Bernardo Gutiérrez Parra

De acuerdo a los cánones que rigen en nuestro país, la
mujer fue exhibida, señalada, vituperada y defenestrada incluso por el mismo
Andrés Manuel.
Como decían las abuelas, Eva perdió hacha, calabaza y
miel porque le quitaron el fuero y su curul. Y estaba condenada a pasar una
temporada en la cárcel acusada de delitos electorales, de no ser porque una juez
la encontró inocente del agravio y ordenó que regrese a su escaño en el
Congreso y le devuelvan el fuero.
Ignoro en qué elementos se basó la juez para decidir
que la imputada es inocente cuando los videos la muestran recibiendo el dinero
y pidiendo “una bolsita” para guardarlo.
Pero poco debe sorprendernos eso en este México nuestro
donde la impunidad ya se adueñó del país. Sorpresa sería que Eva hubiera pisado
la cárcel.
Y más sorpresa, que en un arranque de dignidad y
decoro se negara a aceptar la curul en tanto no demuestre fehacientemente que
fue víctima de una trampa, como lo ha señalado en reiteradas ocasiones.
Pero nada, en misiva dirigida al Congreso anunció su
regreso como diputada independiente, y el PAN ya se apresta a darle la
bienvenida y ofrecerle la oportunidad de volver a ser panista.
¡Qué falta de vergüenza y decoro el de Eva Cadena!
Este fin de semana fueron decapitadas cinco personas
cuyas cabezas se exhibieron en el cofre de un taxi en las afueras de
Tlacotalpan y llenaron de pánico a los habitantes de aquella región.
También este fin de semana fue asesinada en el
interior de su hogar, una mujer que buscaba a su hija desaparecida. Los hechos
sucedieron en la comunidad de Plumas Libres, municipio de Veracruz.
Elizabeth Zepeda de 32 años, era el nombre de esta
madre que presentó una denuncia formal ante la Fiscalía estatal por la
desaparición de su hija Aline de 17 años, a la que vieron por última vez el 18
de diciembre. La mujer había recibido amenazas del sujeto que presuntamente se
la robó, además de la exigencia de que ya no siguiera buscándola.
La madre continuó sus pesquisas y terminó sus días ultimada
a balazos.
Pero este fin de semana el Gobernador Miguel Ángel Yunes
Linares dijo que habían bajado los índices delictivos en Veracruz por quinta
semana consecutiva.
Quizá los números que le dan sus colaboradores lo
hagan hablar de esa manera, pero la percepción ciudadana y lo que muestra la
realidad veracruzana son cosas muy distintas.
¿Cómo puede hablar así cuando decapitaron a cinco
personas y mataron a una madre que buscaba a su hija desaparecida?
Para no ir muy lejos y mientras escribía esta columna,
unos tipos armados entraron en una vivienda de Xalapa y balacearon a un joven y
a su anciana abuela.
Decir que los precandidatos que vinieron a Veracruz
este domingo estuvieron en un estado donde hay paz estabilidad social es una
desproporción.
¿Paz y estabilidad cuando unos sujetos intentaron
quemar la casa y la familia del asesinado periodista Gregorio Jiménez? ¿Paz y
estabilidad cuando maniataron y ejecutaron a un individuo en San Rafael?
¿Cómo puede hablar así el Gobernador?
Por elemental decoro debería dejar de lado sus conferencias
dominicales donde da a conocer los índices de seguridad, hasta que se acaben en
Veracruz los secuestros y ejecuciones.
Pero el decoro no es algo que les venga bien a políticos
como la señora Eva Cadena y el señor Yunes Linares.