Desde el Café
Bernardo Gutiérrez Parra

Esto debió advertirlo el precandidato a la presidencia
de la República, José Antonio Meade que dijo: “Hay que ser muy contundentes y hablar
de frente a todo el priismo que hoy nos escucha. Nos duele, nos duele
profundamente que Javier Duarte nos haya traicionado con la corrupción”.
Sus palabras, de alguna manera levantaron el ánimo de
los tricolores veracruzanos que desde hace más de un año andaban alicaídos y
bocabajeados. Y es que tras presentar su renuncia, Duarte se largó y los dejó en
medio del lodazal de la corrupción y el descrédito.
En el salón Ghal de Xalapa y con mucho menos
acarreados que los que llevó el PRI al Word, el precandidato de la coalición
Por México al Frente, Ricardo Anaya Cortés, dijo que Duarte será el gran lastre
del tricolor. Y presumió que en los estados donde ha ganado el PAN como
Chihuahua, Quintana Roo y Veracruz los corruptos han ido a la cárcel, mientras
que en Coahuila, bastión del PRI, hay un pacto de impunidad y se premia a esos
corruptos.
AMLO por su parte dijo desde Amatlán que Veracruz es
una de las entidades más peligrosas del país porque hay una asociación entre el
gobierno y los delincuentes.
¿En qué beneficia la presencia de los precandidatos
presidenciales a los candidatos a la gubernatura? En mucho. Pero éstos también
deben hacer su esfuerzo.
Cuitláhuac García Jiménez, tiene meses instalado en su
zona de confort y piensa que con invocar el nombre de AMLO tiene segura la
gubernatura.
Alguien debería decirle que para esta elección ya no tendrá
el millonario respaldo que le brindó Javier Duarte. Si bien es cierto que
contar con el apoyo de López Obrador le da un plus, más allá de Andrés Manuel
están los votantes veracruzanos que quieren oír propuestas concretas del precandidato
de Morena.
El priista Pepe Yunes comenzó a tambor batiente tanto
el viernes en su registro, como este domingo en Boca del Río. Su discurso es el
de un hombre que va a luchar con todo por el triunfo y que no se contentará con
ser un actor más en la contienda.
¿Qué tanto le pegará el efecto Duarte? Poco o nada.
Yunes Zorrilla jamás fue duartista y nada tiene que ver en el atraco a
Veracruz. Pero hará bien en sacudirse lastres del duartismo que desde este fin
de semana se le han pegado como rémoras.
Quizá quien más chamba tendrá en eso de agenciarse
votos será Miguel Ángel Yunes Márquez, candidato del PAN, PRD y MC. Y de su
papá el gobernador.
Sí, es cierto que su papá le brindará todo el apoyo
político y económico. Pero tendrá que luchar contra el problema gravísimo de la
inseguridad que se ha disparado en la administración de Yunes Linares.
Descalificar a sus adversarios diciéndoles merolicos y
charlatanes no lo ayudará en mucho. Como tampoco presumir que él si tiene
experiencia política como para acabar con la inseguridad ya que ha sido dos
veces alcalde y una diputado local.
También su papá cuenta con experiencia política,
joven. Él también nos dijo que acabaría con la inseguridad en seis meses. Y mire
nomás cómo estamos.
Para colmo, Yunes Linares no ayuda mucho a su vástago
con sus comentarios sobre la seguridad. Este fin de semana fueron halladas en
Tlacotalpan cinco cabezas humanas sobre el cofre de un taxi. Pero este domingo
dijo textual: “Es muy grato informar a los veracruzanos que por quinta semana
consecutiva han mejorado los índices de seguridad pública en Veracruz. Y
particularmente, esta primera semana del año ha sido exitosa en materia de
seguridad pública”.
No pus qué a todo dar.