En los cafés políticos de Veracruz, los sabios bebedores del emblemático aromático pasaron por la lupa algunas de las múltiples declaraciones públicas que ha debido salir a decir la titular de Energía del país, Rocío Nahle García. Una de ellas que escribió en su cuenta de Twitter fue: “La obligación del @GobiernoMX es garantizar electricidad asequible a precio accesible para los mexicanos. Con la #ReformaElectrica la @CEmx se va a liberar de pagar incentivos a privados; de cargar contratos fijos a 20 años y con esos recursos invertirá en infraestructura propia”.
Los sabios bebedores de café concluyen que
se ve bien que Rocío Nahle, responsable de la iniciativa de la reforma
eléctrica, trate de explicar en su cuenta de Twitter y por todos los medios
posibles, los puntos torales de la misma. Sin embargo, afirman que,
técnicamente, cuando un escrito debe ser explicado y recontraexplicado es
porque o está mal escrito o no contempla todo lo que en las aclaraciones se
debió decir. Una conclusión inequívoca de que la redacción de la iniciativa no
es mala, es pésima, confunde, ¡Vaya! Es un auténtico galimatías que se
contradice y deja mucho a la imaginación y, lo peor, que obliga a sus autores a
tener que explicarla.
La redacción debió salir de
técnicos-técnicos de la CFE, cuya función no es precisamente la de ser
explícitos y claros en la explicación de sus conceptos. Se nota a leguas que
Manuel Bartlett y sus técnicos le comieron el mandado a la titular de la SENER
y ésta solo fue un mensajero.
Tensa se pondrá la discusión de la
iniciativa en el Congreso, pero mucho más en el Senado, donde hay legisladores
con mucha más experiencia y un poco más de imparcialidad y pluralidad. Mientras
tanto, y hasta donde vamos, el pueblo está más que confundido y polarizado con
el tema hacia una lucha de fuerzas entre ricos y pobres, entre buenos y malos y
así, entre “patriotas” y “vendepatrias”… y así no es cómo debería verse algo
que a todas luces es vital para el país.
El
PRD cambiará siglas y colores, acepta riesgo de extinción. El Partido de la Revolución
Democrática (PRD) hace agua y ante el enorme riesgo de extinción al que se
enfrenta, parece que por fin ha aceptado lo que todo mundo sabe, se renueva, o
está destinado a morir. El PRD está a un tris de perder el registro nacional y
de aquel gigante que estuvo a punto de llevar a un candidato a la Presidencia
de la República, hoy solo queda un triste cascarón.
Ante
eso, como quieren seguir succionando… cof, cof, perdón, como quieren seguir
participando en la vida política del país, han decidido cambiar de siglas, de
colores y en una de esas hasta de ideología. Están como la canción de Chayanne,
pues para seguir pegados al presupuesto público están dispuestos a dejarlo
todo, “su credo, su pasado y hasta su religión”.
Será
para diciembre (semanas más, semanas menos) que el PRD cambiará y Santa Claus
les traerá de regalo a los perredistas un nuevo estuche con la cual podrán
seguir embaucando, perdón, convenciendo al electorado de que son la mejor
opción.
En
honor a la verdad, hacen bien. La opinión que el electorado tiene de ese
partido no es buena y tienen que renovarse a fondo.
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