En la traída y llevada consulta para la revocación del mandato presidencial que se celebrará en marzo del próximo año, el voto mayoritario de los pocos o muchos mexicanos que decidan participar en este proceso, tal vez se inclinará por la permanencia de Andrés Manuel López Obrador como presidente de México. Así lo revelan las encuestas.
¿Y en lo concerniente al gobernador de Veracruz? Persistirá
la duda, pues no se llevará a cabo la consulta
para revocarle el poder o refrendarle la confianza para continuar en el cargo.
Los diputados locales aprobaron que se aplique a partir del siguiente mandatario,
no a Cuitláhuac García Jiménez.
--¿Votarías, querido lector, para que el buen Cui prosiga
gobernando durante todo el sexenio o para que se retire a descansar a su casa y
sea nombrado un interino?
La pregunta aprobada por los senadores para imprimirse en las
boletas del Instituto Nacional Electoral, es la siguiente:
--¿Estás de acuerdo en que a Andrés Manuel López Obrador,
presidente de los Estados Unidos Mexicanos, se le revoque el mandato por
pérdida de confianza o siga en la Presidencia de la República hasta que termine
su periodo?
Así, ya sea porque los programas sociales de la 4-T benefician
a millones de familias o porque la mayoría de los mexicanos de veras confían
ciegamente en AMLO o por las causas que gusten y manden, lo cierto es que todo
indica que votarán para que continúe hasta el 30 de septiembre de 2024.
Por la reforma constitucional aprobada en 2014, el próximo
presidente rendirá protesta el primero de octubre de 2024, dos meses antes de
concluir el actual sexenio.
Se quedarán con las ganas quienes desean que Andrés Manuel López
Obrador se vaya cuanto antes a “La
Chingada”, que así se llama su rancho,
no sean malpensados.
El caso de Cuitláhuac García Jiménez es similar, aunque por distintos
motivos. Sus adversarios no lo verán partir antes de cumplirse los seis años,
porque –como lo comenté líneas arriba en este espacio— simplemente no habrá
consulta para una eventual revocación de su mandato.
Nunca sabremos con certeza si la votación habría sido para
ratificarlo como gobernador o para relevarlo por haberle perdido la confianza.
Algunos de sus adversarios aún abrigan la muy remota esperanza
de encontrar resquicios legales para revertir esta disposición y, en cambio, la revocación se aplique al gobernador en
turno. ¿Lo lograrán o no?