Desde el Café
Bernardo Gutiérrez Parra
Acostumbrado al buen trato que le han dispensado los medios y periodistas a lo largo de su carrera política, a Ricardo Ahued lo sorprendió primero y lo enojó después, el calificativo de “conserje” que le endilgaron a propósito de un comentario que hizo la gobernadora Roción Nahle, sobre la remodelación y mantenimiento del Palacio de Gobierno. “Él (Ricardo) me ha estado ayudando muchísimo con esto; muchísimo, muchísimo, muchísimo”.
Y órale…
El secretario de Gobierno se movió rápido y en entrevista respondió. “Por ahí dicen que soy conserje. A estas alturas de mi vida, cuando a un servidor público lo quieren ofender diciéndole que es conserje, más que ofenderme me halagan. El conserje es un personaje de respeto, de trabajo, que hace una labor importante”. Y por ese lado tiene razón.
El asunto es que nadie está demeritando el noble oficio ni lo están juzgando por laborar como conserje, lo que no es verdad, sino porque está desatendiendo la chamba para la que fue contratado.
En lo personal alguna vez lo vi acomodando varios artículos en una de sus tiendas. Es decir, se puso a la par de sus empleados y qué bien, pero sin dejar sus funciones como titular de la tienda. Cosa que no ha hecho como secretario de Gobierno.
Ahued agregó: “A veces se confunde la sencillez y el trabajo honesto con la falta de carácter. Que no se equivoquen; estamos trabajando con la mano firme, con la ley en la mano y atendiendo a todo el estado”.
Pues no parece.
Este martes fue asesinado en el centro de Tuxpan el ex director del Cereso, Antonio Huesca Figueroa que antes de caer acribillado había sido amenazado.
Si la secretaría de Gobierno y su titular no pueden garantizar la seguridad de un funcionario de ese nivel, ¿qué nos podemos esperar el resto de los mortales veracruzanos?
Que quede claro, a Ricardo Ahued no se le está señalando por el trabajo de excelencia que está llevando a cabo en el edificio donde despacha la gobernadora Rocío Nahle, sino porque no ha dado el ancho como secretario Gobierno.
Esta semana fue negra para los veracruzanos ya que entre martes y miércoles se contabilizaron al menos tres hechos violentos: un asesinato en Martínez de la Torre, el hallazgo de restos humanos en Coatzacoalcos y dos cadáveres más fueron localizados en Carrillo Puerto.
De acuerdo con el Secretariado Ejecutivo del Sistema Nacional de Seguridad Pública, el jueves hubo 55 asesinatos violentos en el país y Veracruz ocupó el primer lugar con 11. ¿Y dónde estuvo el secretario de Gobierno? En lo suyo, al pendiente de unas obras de remodelación y mantenimiento que se han convertido en su prioridad.
“La administración de la gobernadora Rocío Nahle viene a invertir los recursos del pueblo en infraestructura pública, no viene a robar. Vamos a entregar buenas cuentas, seguiremos trabajando, le duela a quien le duela…”.
Pero ese no es el punto porque a nadie le duele que un funcionario público trabaje, sobre todo en Veracruz donde se han dedicado a rascarse la barriga e hincharse los bolsillos.
Lo que más que doler indigna e irrita, es que el señor se la pase haciendo obras de cosmetología, mientras el estado sigue haciendo agua.
Si va a continuar así, bueno sería que lo promuevan a la Secretaría de Infraestructura y Obras Públicas, para que haga con las carreteras lo que está haciendo con el Palacio de Gobierno y las deje bien guapas; chulas de bonitas.
bernardogup@hotmail.com
