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lunes, 23 de junio de 2025

La Prórroga del Rector: ¿Estabilidad Universitaria o Conservadurismo?

 

La reciente decisión de la Junta de Gobierno de la Universidad Veracruzana (UV) de prorrogar el mandato del Dr. Martín Gerardo Aguilar Sánchez hasta 2029 ha generado un torbellino de opiniones. ¿Es esta una medida que garantiza la estabilidad institucional o simplemente un reflejo de un conservadurismo arraigado en la política universitaria?

En el corazón de esta decisión yace la pregunta sobre la autonomía universitaria. La UV ha sido históricamente un bastión del pensamiento crítico y la libertad académica. Sin embargo, la extensión del mandato del rector plantea dudas sobre la capacidad de la comunidad universitaria para cuestionar y debatir. La Junta de Gobierno, en un proceso que se presentó como plural, ha decidido mantener a Aguilar al frente, pero esto no debería ser un cheque en blanco.

La consulta a la comunidad fue el primer paso en este proceso. Se realizaron foros, encuestas y reuniones. Sin embargo, el resultado parece más una validación de un liderazgo que ha estado en el cargo desde 2017 que un ejercicio genuino de participación. Esto nos lleva a preguntarnos: ¿realmente se escucharon las voces de todos? O, más bien, ¿se buscaba solo legitimar una decisión ya tomada?

El Dr. Aguilar ha dejado huella en la UV. Su gestión ha estado marcada por algunas iniciativas destacadas, pero también es innegable que enfrenta desafíos. En un entorno en constante cambio, donde la educación se adapta a nuevas realidades, la falta de un debate abierto sobre su continuidad puede ser peligrosa. La estabilidad es clave, pero la innovación también lo es.

La historia de las universidades nos recuerda que el poder concentrado puede llevar a la inercia. La UV no puede permitirse caer en la trampa de la complacencia. La prórroga del rector debe ser una invitación a la comunidad a involucrarse más y no menos. La defensa de la autonomía universitaria no debe ser un escudo que proteja a los líderes de la crítica, sino un marco que fomente el debate y el cuestionamiento.

Ahora, no todo es pesimismo. Este momento también ofrece una oportunidad para reflexionar sobre el futuro. La Junta de Gobierno debe ser consciente de que su decisión no solo afecta al rector, sino a toda la comunidad. Un liderazgo fuerte debe estar dispuesto a escuchar y aprender. La UV debe ser un lugar donde se fomente el diálogo, donde se celebren las diferencias y se busquen soluciones en conjunto.

La prórroga representa un desafío. ¿Se convertirá en un hito para la UV, marcando el inicio de un periodo de consolidación y crecimiento? O, por el contrario, ¿será un signo de estancamiento, de una universidad que se aferra al pasado en lugar de mirar hacia el futuro?

La comunidad universitaria debe actuar. Este es el momento de reclamar un papel activo, de exigir que la gestión del rector se evalúe constantemente. No se trata de criticar por criticar, sino de construir un espacio donde todos se sientan representados y escuchados. La universidad debe ser un campo de batalla de ideas, no un santuario de dogmas.

En conclusión, la prórroga del Dr. Martín Gerardo Aguilar Sánchez es un acontecimiento significativo en la historia de la UV. Es un llamado a la acción, a la reflexión y al compromiso. La estabilidad institucional es fundamental, pero nunca debe ser un pretexto para la falta de cuestionamiento y renovación. Si la comunidad universitaria se une y exige un diálogo abierto y constructivo, esta prórroga puede ser el inicio de una nueva era de crecimiento y transformación. La UV tiene el potencial de ser un faro de innovación y pensamiento crítico. ¿Estará dispuesta a aprovecharlo?