Sin tacto
Por Sergio González Levet
El artero y hasta ahora impune asesinato de la secretaria particular y de un asesor de la Jefa de Gobierno de la Ciudad de México, es una gota que derrama el vaso del dudoso equilibrio entre el poder del Estado y la fuerza de las bandas de la delincuencia organizada.
Esa acción desmedida contra dos funcionarios de alto nivel del Gobierno morenista de la capital de la República, a plena luz del día y en plena vía pública, le da la razón a los funcionarios del Gobierno de Donald Trump y del ejercito de los Estados Unidos, cuando afirman que el narcotráfico se ha adueñado de buena parte del control del país.
Fiel a su costumbre de responder con una especie de negativa ficta, la presidenta Claudia Sheinbaum debe estar insistiendo ahora, durante la Mañanera ¿del pueblo?, en que se harán las investigaciones correspondientes y tratará de sembrar la idea que más le convenga a la línea discursiva de la perfección cuatrotera. Es muy posible que sus malos asesores -mal asesorados por Chucho Ramírez- la hagan decir a los cuatro vientos, que tal vez fue un crimen pasional o que los asesinos se equivocaron de persona.
Lo cierto cierto cierto es que el homicidio de Ximena Guzmán y de José Muñoz en una de las avenidas más importantes y concurridas de la CdMx, la Calzada de Tlalpan, revela el poder que ha alcanzado el narcotráfico en México, que se atreve a enfrentar directamente al Gobierno de la República y al grupo político que detenta su control.
Clara Brugada, la Jefa de Gobierno que es destinataria directa del mensaje de ese crimen, es un efectivo importante en el partido que se hace llamar Movimiento de Regeneración Nacional y una pieza crucial dentro del grupo de Claudia Sheinbaum, a más de una de las operadoras consentidas del desvanecido Andrés Manuel López Obrador.
El atentado fue cometido por un sicario profesional, que hizo muy bien su mal trabajo, y se deduce por la precisión de sus movimientos y la criminal parsimonia con la que quitó la vida a dos personas en plena calle y después huyó sin ningún impedimento.
La Cuarta Transformación ha recibido un balazo muy grave, que ha puesto en evidencia la precaria condición de las autoridades en su guerra contra el delito y la violencia.
La cara trastornada de Omar García Harfuch cuando recibió la noticia del atentado durante la Mañanera de ayer y su reacción nerviosa son símbolo de que la policía y las fuerzas armadas no han logrado colocarse en una posición de ventaja contra la delincuencia.
Muchas cosas tendrán que cambiar a partir de ahora en la lucha contra el crimen. Si no se da un golpe de timón efectivo, la Presidenta puede terminar perdiendo esta guerra.
Y tal vez se vería obligada a aceptar el ofrecimiento de Trump.
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