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viernes, 26 de noviembre de 2021

Presentación en el Casino Xalapeño del Libro La Magia Orizaba

 FOTOS DE BULMARO BAZALDUA BALDO









POR FLAVIO MORALES

Quiero iniciar mi participación con la siguiente reflexión, que se desprende de algunas definiciones de lo que es el periodismo:

 

El escritor y periodista argentino Tomás Eloy Martínez afirmaba que el periodismo no es un circo para exhibirse, sino un instrumento para pensar, para crear, para ayudar al hombre en su eterno combate por una vida más digna y menos injusta.

 

Vicente Leñero, escritor y periodista mexicano, por su parte decía que el periodismo no está llamado a resolver las crisis, está llamado a decirlas, a registrar su peso, a gritar qué se esconde, qué se oculta o simula, cómo duele la llaga, por qué y cómo y a qué horas, desde cuándo y por qué se manifiesta el yugo que oprime nuestra vida social.

 

Una definición más clásica, la del libertador de América Simón Bolívar, expone que un periódico bien conducido y con una información importante es un centinela contra todo extremo u omisión culpable y es al mismo tiempo un catecismo de moral y virtudes públicas que mejora la condición del pueblo, instruye y forma las generaciones venideras.

 

Palabras más palabras menos, nos hemos acostumbrado a asumir el periodismo como un ejercicio de denuncia, que pone el acento en los yerros y excesos de las figuras públicas, sean estas gobernantes, empresarios, artistas, deportistas o quien quiera que tenga una figura relevante dentro de la sociedad.

 

Dicho lo anterior y después de leer “La Magia, Orizaba” editado por el Grupo de los 10 reflexiono… ¡qué rayos pasó aquí!

 

Quien quiera que se asome a esta compilación de crónicas de este selecto grupo de colegas y maestros del periodismo, muchos de ellos premiados con sendos galardones nacionales y todos ellos dueños de las plumas más críticas y severas del acontecer local y nacional, encontraría una disociación de los conceptos tradicionales del periodismo y la catarata de reconocimientos y elogios que quienes escribieron para esta compilación dejaron en sus textos.

 

Pero no, no es que mis colegas claudicaron a sus principios éticos y sucumbieron en la tierra de los chayotes (quiero aclarar aquí que una de las definiciones populares de los orizabeños es la de chayoteros, aunque para quienes somos reporteros ese término nos resulta particularmente espinoso).

 

Tampoco es que el nombre de este grupo de amigos, el Grupo de los 10, sea su identificación como el staff de publirelacionistas de Juan Manuel Diez Francos, el generador del milagro y la magia que nos tiene esta tarde aquí reunidos.

 

 

No, no va por ahí la cosa. Más bien y con esto recuerdo la enseñanza de un viejo mentor periodístico, tiene que ver con que el periodismo centra su atención en la anormalidad. ¿Cuándo escribimos del sol? preguntaba el maestro, cuando hay un eclipse, cuando el sol deja de alumbrar como todos los días.

 

Lastimosamente un gobierno eficiente, honesto, que cumple sus compromisos, que promueve el desarrollo económico, que propicia las creación de empleos, que educa, es una anormalidad en nuestro país.

 

De ahí pues que es plenamente justificado y comprensible que este importante grupo de periodistas haya centrado su atención en lo que está sucediendo en Orizaba, un municipio que hace 15 años inició su transformación exitosa bajo la conducción de un grupo de ciudadanos que se volvieron gobierno.

 

En este contexto, replico aquí la que es considerada como la Primera definición de periodismo en el año 1777 por Georg Hamann, filósofo alemán: quien así sintetiza nuestro oficio y profesión: “narración de los acontecimientos más recientes y más dignos de recordar, impresos sin orden y coherencia especial.”

 

Y en efecto, el producto editorial que tenemos aquí fue impreso sin un orden y coherencia especial. Es un cúmulo de vivencias que sus redactores recogieron en una visita que realizaron a la Ahuilizapan, también conocida como Ciudad de las Aguas Alegres (lo de las aguas alegres aún no tengo claro si es alusión a que ahí se fabrica cerveza).

 

Quiero brevemente glosar cada una de las aportaciones hechas por los periodistas que participaron en este libro.

 

Considero un acierto abrir esta serie de textos con el redactado por el colega Miguel Ángel Cristiani González fechado el 6 de octubre del año 2015. Considero un acierto iniciar la lectura con esta colaboración, porque coloca al lector en el principio de la magia.

 

Brevemente el maestro Cristiani rememora una entrevista realizada al presidente municipal de Orizaba, Juan Manuel Diez Francos, en la que el munícipe explica lo que a su juicio es la fórmula del éxito de Orizaba.

 

Entre otras cosas, Juan Manuel Diez destacó la generación de un decálogo para los funcionarios municipales en el que se asentó que “la honradez no es una virtud, es una obligación”; cualquier parecido con la cartilla moral del presidente Andrés Manuel López Obrador no es una coincidencia porque como lo dijo el propio presidente municipal de Orizaba actualmente en funciones, Igor Rojí López, la cuarta transformación inició en ese municipio desde hace 15 años, eso sí, con otras siglas.

 

La cita del presidente Rojí López es del periodista Luis Emmanuel Domínguez Rangel, quien con la agudeza que suele acompañar a los buenos reporteros, recogió en su colaboración para este libro la frase dicha con mucha jiribilla por el actual munícipe en su segundo informe de labores.

 

Originario de la región, el maestro Domínguez Rangel entiende bien lo que significa la histórica rivalidad entre orizabeños y cordobeses y la plasma en su escrito; que sirve para efectos pedagógicos de la buena administración pública, en un ejercicio de lo que debe y no debe hacerse al frente de un Ayuntamiento: “las comparaciones comenzaron hace unos diez años. Orizaba había cambiado y Córdoba seguía empeorando. Orizaba era una ciudad turística y Fortín ‘de las Flores’ ya ni gardenias producía”. ¿Qué había pasado? Se pregunta el reportero ¿cómo fue posible?

 

Aquí quiero hacer un paréntesis para referir un chiste localista que circula entre los orizabeños, y que engloba esa delantera que Orizaba ha tomado en la región.

 

¿Cuál es la mejor obra que realizó Juan Manuel Diez? Le pregunta un orizabeño a otro… convertir a Córdoba en un triste pueblo.

 

Orizaba es ejemplo, sentencia el maestro Luis Emmanuel, quien al igual que el maestro Cristiani recrea una reveladora entrevista al líder del grupo empresarial que transformó a Orizaba, el multicitado Juan Manuel Diez. En ella y les recomiendo que pongan atención a este concepto, en ella el próximo presidente municipal habla de la hipoteca social y lo que representa… no voy a hacerles spoiler por si no han leído el libro pero se los dejo de tarea.

 

Imperdible la referencia y anécdota con el exgobernador Fidel Herrera y sus tristemente célebres fideliñas. Pues para convencer a Juan Manuel de ser candidato por primera vez se comprometió a otorgarle a Orizaba 500 millones de pesos para obras… les dio cinco y luego se los pidió de regreso.

 

Sin embargo y a 15 años de distancia, viendo la transformación de la ciudad, su crecimiento y porvenir creo que los orizabeños deberíamos pagarle al exgobernador priista… y obviamente luego se lo pedimos de regreso.

 

Es menester reconocer el extraordinario trabajo fotográfico de un paisano, Bulmaro Bazaldúa Baldo. Quienes conocemos su trabajo no nos sorprende la calidad y estética del material que aportó para este libro. Quien tenga este libro, como un bonus track se llevará también una serie de postales de la ciudad, comenzando con la majestuosa foto de portada. Felicidades Bulmaro.

 

Poseedor de una prosa que revela su formación en letras, el maestro Sergio González Levet nos obsequia una pieza que pone la pausa literaria en este libro. Resulta un buen ejercicio de síntesis de estos 15 años de gobierno de un mismo grupo, en el que se han turnado la presidencia con el voto y la confianza de la ciudadanía los empresarios Juan Manuel Diez, Hugo Chahín e Igor Rojí.

 

Don Sergio González narra como llegó este grupo a la presidencia en el 2007, de manera azarosa, y resalta las principales aportaciones de cada uno de los que desde entonces ha encabezado al municipio.

 

El analista Bernardo Bellizzia Guzmán no solo fue a Orizaba a derramar las aguas frescas en la mesa de tablones del mercado de Cerritos, donde este grupo periodístico desayunó con el presidente Igor Rojí, y que de manera puntual e indiscreta fue balconeado por el maestro Omar Zúñiga en su crónica y lo que evidentemente refleja el gran ambiente que se vivió en ese viaje y que por supuesto que hablo de puritita envidia porque no fui convocado.

 

En la crónica de Bernal…do que no Díaz del Castillo, encontramos algunas cifras principalmente referentes a la Planta Separadora y Trituradora de Residuos Orgánicos y Sólidos (Ecori), que a juzgar por todos los textos causó una gran impresión en todos los asistentes a esa gira.

 

Me une una larga amistad y cariño con otro de los autores de este compendio de textos periodísticos: Jaime Ríos Otero, mi maestro desde tiempos de bachiller y a quien agradezco la mención en su texto y el crédito por haberlo llevado por primera vez a esa tierra bendita… que bueno que se acuerda.

 

Mucha añoranza hay en este texto melancólico que huele a provincia. La descripción de la región que hizo Mauricio Magdaleno y que Jaime refiere en su escrito es fascinante y más fascinante aún es que Jaime la iguala con su redescubrimiento de esta tierra pródiga.

 

Dice en su prosa: “la buena fortuna de que un grupo de orizabeños bien intencionados y decentes tomó el timón de la ciudad y la ha convertido en un modelo de orden urbano, belleza y rescate de sus valores y riquezas, impulso económico y orgullo por la identidad”.

 

Creo que en esa frase de periodista experimentado, condensa lo que sucedió ahí en tres quinquenios de progreso.

 

El maestro Filiberto Vargas Rodríguez, con quien he tenido oportunidad de trabajar, utiliza la mayéutica como recurso y con preguntas induce al lector a visualizar que en Orizaba los anhelos de todo ciudadano para su terruño son posibles, y es inevitable pensar que esta realidad es más cercana a un libro de ciencia ficción que a un compendio de crónicas.

 

No pude evitar recordar la película México 2000 que protagonizara por cierto, un insigne orizabeño, el comediante Héctor Lechuga, quien en esa parodia nos relataba de un México del año 2000 en el que no habría corrupción, ni pobreza, ni contaminación y los servicios públicos son eficientes y accesibles. Que lejos estaba de imaginar el extinto Héctor Lechuga que ese milagro producto de la parodia se materializaría en su propia casa.

 

“Siempre preferíamos ir a comer en la vecina ciudad de Córdoba, a disfrutar  la ciudad de los 30 caballeros”, inicia su escrito el maestro Melitón Morales Domínguez. Otra vez el dedo en la llaga y una vez más, la referencia que es una constante en el libro: quienes conocieron Orizaba antes de estos últimos 15 años, recuerdan una ciudad triste y sombría, de esas muchas que hay en el estado que están lejos de la mano del centralismo de los Gobiernos Estatales que solo suelen inyectar dinero para Xalapa y la zona conurbada de Veracruz-Boca de Río.

 

Por décadas en Orizaba no pasaba nada. Ni una calle nueva, los mismos baches, los mismos servicios deficientes.

 

En un tono desenfadado leemos las impresiones del muy reconocido periodista Omar Zúñiga, quien pone la sal y la pimienta en el libro y que hace con sus textos (publica dos) las veces de un detrás de cámaras, como para ver qué tal se la pasaron los colegas.

 

Ambos textos son de excelente confección pero recomiendo particularmente el segundo que hace referencia al hoy mercado de Cerritos (por cierto mi barrio), y en el que hace un recuento muy detallado de la etapa fabril de Orizaba. Sobre todo con la fundación y posterior desaparición de las fábricas de hilados y tejidos.

 

Es de un gran valor documental lo dicho en esa crónica por el maestro Zúñiga. Quien entre broma y broma nos ha legado un importante documento de consulta.

 

Cierro con el maestro Mario Javier Sánchez de la Torre, autor de un texto que perfectamente puede fungir como una guía para quienes quieran visitar esta ciudad majestuosa, pues de manera acuciosa enumera todos los atractivos turísticos de este municipio veracruzano.

 

Resulta una feliz coincidencia que este libro sea obra de periodistas, igual que en su momento lo fue el libro más completo que se ha escrito sobre esta ciudad, el Ensayo de una Historia de Orizaba de la autoría del periodista Joaquín Arróniz en el año de 1867.

 

La Orizaba que retrata en su obra don Joaquín Arróniz dista mucho de la que refieren los del Grupo de los 10 y creo que ese es uno de los principales méritos del libro que presentamos esta noche.

 

Se trata de un libro que deja muy claro que el buen ejercicio en la función pública, sí paga, contrario al aforismo popular entre los políticos de el que no tranza no avanza. Aquí estamos en presencia de una obra de un grupo en un principio empresarial y ahora político, que durante 15 años ha trabajado en un proyecto con honradez y eficacia y como como resultado ha tenido el respaldo de la ciudadanía en cada elección municipal.

 

Que sirva este libro de manual para quienes aspiran a gobernar, para que se miren en ese espejo y vean que el trabajo por el bien colectivo rinde dividiendos en lo político y que no hay mejor campaña que cumplir, cumplir y cumplir. Honor a quien honor merece.