Desde el Café
Bernardo Gutiérrez Parra
El martes de la semana anterior,
una persona de la tercera edad increpó acremente al alcalde xalapeño Hipólito
Rodríguez Herrero durante la sesión del Cabildo.
Sin duda esto fue la continuación
del escándalo que armaron los xalapeños en redes sociales al enterarse que su
austero alcalde gana un sueldazo, lo mismo que sus regidores.
Queriéndose congraciar con sus
gobernados, Hipólito anunció que se bajaría el salario de 130 mil a solamente
60 mil pesos.
Pero en lugar de aplausos lo que
recibió fue un estentóreo: “¡Qué bruto, pues qué es lo que hacen!” de este
ciudadano que se hizo de palabras con el munícipe. “Es vergonzoso. Es peor lo
que nos están haciendo a que nos mentara usted la madre” le dijo, mientras se
ponía de pie y agitaba unos documentos delante del alcalde.
Este hombre se refería a un
problema que hay en su colonia y que Hipólito se ha negado a resolver. Lo que
sí hizo el alcalde fue tratar de callarlo: “Usted no tiene derecho a hablar en
esta sesión”.
-Ah caray, entonces soy un cero a
la izquierda aquí. Qué tristeza, yo soy un ciudadano”- espetó el hombre, a lo
que Hipólito contestó con sorna: “Ya tendrá derecho de hablar. Y no se
entristezca”.
Evidentemente furioso e impotente
el hombre se sentó, pero mientras lo hacía, tuvo la osadía de levantar el brazo
derecho con el puño cerrado en un ademán que desde tiempo inmemorial conocemos como una
mentada de madre.
Qué tristeza que un sujeto con
los blasones universitarios que tiene este nativo de Xochimilco y que llegó a
la alcaldía de Xalapa más por hartazgo ciudadano que por méritos propios, no
pueda resolver los problemas de una ciudad como la capital veracruzana.
Y más tristeza es que los
xalapeños que creyeron en él y le dieron su voto le estén perdiendo el respeto.
Sin duda el hombre que estuvo en
el Cabildo es uno de ellos.
En otro pleito, el que tuvo el
alcalde con el gobernador Yunes Linares por negarse a la instalación de unas
cámaras de videovigilancia, llegó a feliz término gracias a la presión de
empresarios y la ciudadanía y no a sus buenos oficios.
Al parecer, los empresarios
amenazaron con cerrar sus negocios por 24 horas, no pagar impuestos y organizar
una megamarcha, si Hipólito se empecinaba en negar el permiso para poner las
dichosas cámaras, por lo que tuvo que doblar las manos.
Duro debió haber sido para él asistir
este miércoles a Palacio de Gobierno a escuchar la filípica de Yunes Linares
sobre la manera en que resolverá el problema de la inseguridad en Xalapa.
Pero además de esa existen otras
contrariedades que Hipólito no ha podido resolver.
En cinco meses de gobierno no ha
pavimentado una calle, no ha reconstruido un aula, no ha ordenado obras de
drenaje, no ha llevado agua potable a colonias de la periferia, no ha mejorado
los mercados, no ha limpiado los parques y jardines y no ha cumplido decenas de
promesas a las que se comprometió como candidato.
Lo que sí ha hecho es pelearse aquí
y allá con quien se le pone enfrente. Se ha peleado con los trabajadores del
Ayuntamiento, se niega a dar apoyos en zonas marginales, les niega espacios a
los vendedores ambulantes y se ha desentendido de la seguridad que exigen los
xalapeños. Aunque al parecer este problema ya se lo van a resolver.
Si creyó que con portar la
camiseta de Morena las broncas de Xalapa se acabarían como por encanto, se
equivocó completamente. Como se equivoca si piensa que con esos desplantes le
abonará votos a su candidato a gobernador, Cuitláhuac García.
Si en tiempos de Duarte la Plaza
Lerdo estaba colmada de manifestantes, ahora esas manifestaciones se han
trasladado a Palacio Municipal.
Hipólito Rodríguez se ha
convertido en una calamidad porque no dialoga, no consensa y no concilia y así
no se puede gobernar.
Vaya que han sido duros estos
cinco meses para los xalapeños con el alcalde que les tocó en suerte. Pero más
duros deben ser para el propio Hipólito y su ego. Sobre todo, cuando le van con
la noticia de que su antecesor Américo Zúñiga Martínez goza del respeto,
gratitud y aprecio de quienes fueron sus gobernados, en cualquier punto de
Xalapa donde se para.
Esto debe ponerlo lo que le sigue
a histérico.