Pepe Valencia
Corría el año 2014. En algún lugar de Xalapa se realizaba singular
cónclave. Asistían diputados locales y funcionarios del gobierno estatal. El
tema a tratar, la modificación constitucional para que el gobernador que se
elegiría en 2016, durara en el cargo sólo dos años.
Se filtró el
dato y algunos comunicadores divulgaron la noticia. Se armó tremendo revuelo.
Hubo jaleos entre quienes se oponían y quienes impulsaban el proyecto.
El meollo
del asunto, sin embargo, era mucho más profundo. El acortar el período
gubernamental no implicaba ningún problema. En realidad se gestaba una
maquiavélica y magistral jugada a la más alta escuela política.
El operador
visible de esta estratagema era el presidente de la Junta de Coordinación
Política del Congreso del Estado, el experimentado Juan Nicolás Callejas
Arroyo. Una maniobra tan delicada e importante no podía permanecer en secreto
por mucho tiempo. Así que también trascendió.
Por el
distrito de Coatzacoalcos sería postulada una mujer para diputada federal. Para
asegurar la curul, la misma sería incluida en la lista de plurinominales. Luego
se le designaría coordinadora de los legisladores federales veracruzanos en el
Congreso de la Unión.
De esta
forma, estaría en condiciones de aspirar a la gubernatura de dos años en 2016…
y ganaría con todo el apoyo del gobierno estatal y el aval del gobierno
federal.
Para
apuntalar la eventual candidatura, tiempo atrás había comenzado a publicar
artículos periodísticos en varios medios de comunicación afines al régimen. Y
para que no se hablara de algo parecido al nepotismo, suprimió su apellido de
casada y firmaba con su nombre de soltera. Se cuidaron todos los detalles.
Adivinaron.
La dama en cuestión es la misma que hoy se ha vuelto a poner de moda. La que
vive a todo lujo en Londres, Inglaterra.
Karime
Macías de Duarte volvió a llamarse Karime Macías Tubilla y se preparaba para
ser gobernadora de Veracruz.
Algunos
columnistas se atrevieron a insinuar tímidamente la posibilidad y hasta la
“conveniencia” de que la esposa de Javier Duarte de Ochoa se convirtiera en la primera mujer
gobernadora de su estado.
Algo ocurrió
en los más recónditos sótanos del poder. El plan abortó y quedó en mera
intentona.
Esta dama
que alguna vez pensó que merecía toda la abundancia del mundo, y que también
soñó con la gubernatura de Veracruz, está a punto de ser detenida y extraditada
a México para responder por diversos delitos graves.