Desde el Café
Bernardo Gutiérrez Parra
La última ovación que recibió Adolfo López Mateos minutos antes de entregar la banda presidencial a su sucesor, lo hizo olvidar la terrible migraña con la que llegó al Congreso. Con toda dignidad, el mandatario más querido de los últimos 60 años se desprendió de la banda, la entregó al presidente del Congreso con una leve reverencia y entró en la historia.
Seis años después Gustavo Díaz Ordaz se desprendió de la banda casi con alivio; Luis Echeverría lo hizo con nostalgia; José López Portillo la entregó bañado en llanto; Miguel de la Madrid simplemente la entregó; Carlos Salinas la entregó con tristeza y Ernesto Zedillo la acarició discretamente antes de desprenderse de ella.
Vicente Fox la entregó atropelladamente y en medio de una gritería bárbara; Felipe Calderón lo hizo con tranquilidad y Enrique Peña Nieto la entregó sin más.
Todos sin excepción acataron el protocolo que ordena escuchar con atención el discurso de su sucesor y aguantar estoicos y en silencio sus llegues, raspones y uno que otro descontón.
Pero conociendo lo impredecible que es el señor López Obrador muchos mexicanos se preguntan ¿cómo será la ceremonia de cambio de poderes el próximo 1 de octubre? Y estoy en posibilidad de informarte lector, que mínimo será diferente.
En Palacio Nacional y casi en susurro, ha trascendido que el tabasqueño no se quiere desprender de la banda sin hacerlo a su manera y estaría preparando “unas palabras” para despedirse ahora sí en serio, en definitiva y de a de veras del pueblo al que tanto debe.
Pero además, el senador Adán Augusto López y el diputado Ricardo Monreal, habrían sido interrogados sobre la posibilidad de que ya como expresidente, López Obrador pueda tener derecho de réplica para “alusiones personales” si no le gusta lo que diga su sucesora en su primer mensaje a la nación.
“Esto es una soberana babosada aprendiz de columnista, es algo que no va a suceder ya que se estaría violando el artículo tal de la Constitución que a la letra dice: bla, bla, bla, bla…y se estaría desoyendo al artículo fulano de la Ley Orgánica del Congreso que ordena bla, bla, bla…Lo que escribes es un despropósito y una tarugada por decir lo menos” dirá algún purista de la jurisprudencia y tendrá razón.
Pero eso no es lo que se discute. Lo que está sobre la mesa es saber si el tabasqueño se atreverá a tanto a pesar de lo que dicen la Carta Magna y la Ley Orgánica.
Uta…
Si se toma como base la cantidad de ocasiones en que se ha pitorreado de la Constitución y a la vista de todos desde sus mañaneras, claro que sí, por supuesto que sí puede atreverse. ¡Me canso ganso!
Notota de ocho columnas será que se comporte como la gente y evite salir una barrabasada con tal de dejar su “sello personal” impreso en una ceremonia de tanta dignidad y trascendencia.
Pero habrá que esperar para saber.
Ya sólo faltan once días.
Pepe Yunes y un nuevo comienzo
El miércoles anterior Pepe Yunes se reunió en Xalapa con miembros de la sociedad civil que lo acompañaron en su campaña por la gubernatura. El encuentro fue en la Universidad IVES y a invitación del doctor Carlos Luna Escudero, fundador de esa institución.
La reunión a la que asistieron académicos, juristas y analistas políticos entre otros, estuvo picosita porque directo y sin ambages, los presentes reconocieron sus fallas y enumeraron la de chapucerías cometidas por el partido en el poder que llevaron a Pepe a la derrota.
Pero las cosas no quedaron en lamentos, sino que se hizo el compromiso de seguir en la lucha para recuperar a un Veracruz que está sumido en el más preocupante de los abandonos.
Sobre el resultado de las elecciones del pasado 2 de junio, Pepe Yunes dijo que llevó su denuncia al Tribunal Electoral del Poder Judicial de la Federación, ya que de manera indebida el Tribunal Electoral de Veracruz se abstuvo de analizar las pruebas que le presentaron sobre las irregularidades detectadas en los comicios.
Y como primera medida para evitar futuros fraudes, sugirió invitar a 11 mil veracruzanos comprometidos con la democracia, a vigilar en el 2025 las 11 mil casillas que se instalarán en el estado para elegir a los próximos 212 alcaldes.
La idea es buena y felizmente sobran veracruzanos que anhelan un mejor Veracruz.
La lucha que Pepe Yunes y los grupos de la sociedad civil están iniciando será titánica, pero no imposible. Testigos de la reunión dijeron que se percibió en el ambiente el ánimo de sacar a flote a Veracruz y recuperar su grandeza.
Que así sea.
bernardogup@hotmail.com