Desde el Café
Bernardo Gutiérrez Parra
Y no le baja la pandemia. Este miércoles los contagios
por Covid-19 llegaron a 275 mil 3 y en las últimas 24 horas se registraron 6
mil 995 nuevos casos. Es decir, faltaron cinco para llegar a 7 mil contagios a
nivel nacional mientras que los muertos sumaron 32 mil 796.
¿En Veracruz cómo vamos? Pésimo. Con 397 nuevos
enfermos, los casos positivos por Covid-19 ascendieron a 12 mil 740 en 179
municipios. Además, en las últimas 24 horas fallecieron 43 personas con lo que
el número de muertes llegó a mil 881.
Pero donde la pandemia está pegando con fuerza y nadie
al parecer le está haciendo caso, es en las oficinas, clínicas y hospitales de
la Secretaría de Salud de Veracruz, donde el desorden, la indiferencia, la ignorancia,
la arrogancia y hasta la prepotencia han disparado los contagios.
Los Servicios Coordinados de Salud de la entidad se
han convertido en un gran foco de contagio que pone en constante riesgo la vida
de los trabajadores, no sólo de clínicas y hospitales, sino de las áreas
administrativas al mando de Jorge Eduardo Sisniega Fernández que funge como
director administrativo.
Desde el principio de la enfermedad, este sujeto optó
por salir corriendo a refugiarse en sus oficinas alternas ubicadas en la calle de
Tapachula 6, Colonia Badillo en Xalapa. Y tiene meses que no se ha vuelto a
parar en el edificio principal donde están sus oficinas y las del secretario de
Salud, Roberto Ramos Alor.
Es decir, mientras el personal médico de todos los
niveles está en la primera línea de combate arriesgando la vida para salvar la
de sus semejantes, este sujeto se la pasa campechanamente en una oficina
alterna en lugar de atender las labores inherentes a su cargo. ¿Y cuáles son
sus labores? Mínimo la de vigilar que haya recursos suficientes para que
médicos, doctoras, camilleros y personal de limpieza realicen sus labores
equipados con los implementos necesarios.
Desde los primeros días de junio comenzó el viacrucis
para los trabajadores de Salud que han padecido la indiferencia, negligencia y
el mal ejemplo del secretario Roberto Ramos Alor, lo que ha ocasionado que los
contagios se disparen.
Los primeros casos por Covid-19 que se conocieron
fueron el de Arturo Domínguez, jefe del área de Eventos Especiales de la
secretaría (hombre cercano a Carlos Aceves Amezcua), y de una mujer llamada María
de Jesús, asignada a la subdirección de Recursos Financieros a cargo de Mireya
Domínguez Valerio, quien en el sexenio de Miguel Ángel Yunes, fue jefa del
departamento de Recursos Financieros del Hospital Regional de Veracruz.
En la actualidad los contagios se cuentan por docenas.
Aunque las personas que ha dado positivo al Covid-19 han
sido enviadas a sus casas para aislarse y guardar la cuarentena, los contagios
siguen ocurriendo, lo mismo en las áreas mencionadas que en el Departamento de
Ingresos, en el de Prestaciones Sociales y en el de Contabilidad, porque a
pesar de que se tomaron medidas para implementar el uso de cubrebocas,
colocación de tapetes sanitizantes y gel antibacterial, siempre hay prepotentes
que se niegan a acatar los protocolos. Y un ejemplo de esto es el cuerpo de
ayudantía del secretario Ramos Alor.
De acuerdo con el señalamiento de los empleados de
Salud, son los guaruras de Roberto Ramos Alor quienes ingresan a las áreas
respectivas y se han encargado de propagar el virus porque nadie se atreve a
decirles nada debido a que son influyentes. Y porque su jefe es el primero en
no atender las recomendaciones para evitar que la enfermedad se propague.
La psicosis y el miedo al contagio entre los
trabajadores de las diversas áreas administrativas están a tope, pero tienen
que acudir a laborar porque de lo contrario pueden perder su empleo. Y nadie
quiere que esto suceda en medio de una situación económica como la actual, pero
tampoco quiere enfermarse, llevar esta terrible enfermedad a sus casas o morir.
Además, resulta que uno de estos prepotentes e
irresponsables guaruras que nunca se cuidaron ni mostraron solidaridad con el
personal, es esposo de la Jefa del Departamento de Glosa, la contadora María
Isabel Barradas Aguilar. Debido a esa prepotencia e irresponsabilidad ambos están
contagiados por coronavirus.
Esta situación de riesgo constante es la que se vive
en prácticamente todo el Sistema de Salud de Veracruz y por supuesto en la Dirección
Administrativa donde su jefe, Jorge Eduardo Sisniega Fernández, en lugar de
velar por la integridad física de los trabajadores, brilla por su ausencia y permanece
encerrado en sus oficinas alternas.