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martes, 3 de febrero de 2009

Presentan en Madrid El Arte de ser Totonaca

 

MADRID, ESPAÑA.-La presentación del libro “El arte de ser totonaca”, el cual emprende un viaje hacia las raíces y el misticismo de un pueblo que mantiene viva su lengua y tradiciones a pesar de los siglos, ha causado expectación entre los interesados en continuar estudiando a las culturas indígenas del nuevo mundo en esta capital ibérica, pese a las inclemencias del tiempo.

 

En “El arte de ser totonaca” participaron dieciséis autores totonacas y la fotógrafa Alejandra Cerdeño, quien capturó con su lente los colores y la fuerza de esta etnia, una de las 56 que sobreviven en México, cuya lengua -la totonaca, desde luego- es hablada por más de 400 mil personas.

 

Durante una década, Alejandra Cerdeño ha sido testigo de sus costumbres y rituales, entre ellos la espectacular danza de los voladores de Papantla -nominados por la UNESCO como Patrimonio Inmaterial de la Humanidad-, que fue prohibida durante la Colonia, pero transmitida en secreto de generación en generación para venerar al sol.

 

Editada por el Gobierno de Veracruz, esta obra descubre también la exuberante belleza del paisaje veracruzano a través de las 485 imágenes fotográficas que componen la obra, un códice moderno que tiene la particularidad de estar escrito por totonacos: abuelos que guardan el conocimiento ancestral y la familia que lo recibe, curanderos, alfareros, tejedores, músicos, danzantes, niños y jóvenes creadores, los que comparten la tradición oral de la cual son herederos.

 

Esta edición es fruto de uno de los proyectos más novedosos que se llevan a cabo en Latinoamérica para promover las culturas originarias: el festival Cumbre Tajín (www.cumbretajin.com), que se realiza durante el mes de marzo con el propósito de recibir la primavera dentro de la zona arqueológica de El Tajín, ciudad sagrada de los totonacos donde habita el Dios Trueno y donde se levanta la famosa Pirámide de los Nichos, ejemplo único de arquitectura que ostenta 365 nichos equivalentes a los días del año.

 

A un kilómetro del centro ceremonial, se creó el Centro de las Artes Indígenas, con la finalidad de generar el desarrollo y la profesionalización de los creadores indígenas por medio de una constante interacción con creadores no indígenas formados en las academias. Es este un espacio dedicado al rescate de las tradiciones y la revaloración del conocimiento indígena amenazado diariamente por la globalización.

 

De esta iniciativa han surgido videoastas cuyos cortometrajes han ganado premios en festivales latinoamericanos, -algunos serán proyectados durante la presentación del libro-, un grupo de artes escénicas que recientemente se presentó en el teatro La MaMa de Nueva York con la puesta en escena Vocal Migrations, y el libro “El arte de ser totonaca” que llega a Madrid y a Barcelona, y el cual será donado a instituciones educativas y culturales antes de su venta al público.