EnEstaHora
por Luis Bustos
Hoy,
23 de marzo, se cumple un año más del artero asesinato de Luis Donaldo Colosio
Murrieta, político sonorense que en su oportunidad generó esperanza en los
mexicanos que llegaron a confiar en él, con la expectativa de un México
diferente, en donde se hiciera realidad el cambio en las condiciones de vida de
millones de connacionales.
Estas
son las palabras que cimbraron a muchos mexicanos, unos por la ilusión del
cambio y de mejoras; otros, por sentir la advertencia de que las cosas pueden
cambiar y eso quizás no le convenía a la clase política tradicional:
“Yo
veo un México con hambre y con sed de justicia. Un México de gente
agraviada, de gente agraviada por las distorsiones que imponen a la ley quienes
deberían de servirla. De mujeres y hombres afligidos por abuso de las
autoridades o por la arrogancia de las oficinas gubernamentales.
Veo
a ciudadanos angustiados por la falta de seguridad, ciudadanos que merecen
mejores servicios y gobiernos que les cumplan. Ciudadanos que aún no tienen
fincada en el futuro la derrota; son ciudadanos que tienen esperanza y que
están dispuestos a sumar su esfuerzo para alcanzar el progreso.
Yo
veo un México convencido de que ésta es la hora de las respuestas; un México
que exige soluciones. ....”
Al
leer una y otra vez estas palabras, recordé un pasaje bíblico: Mateo: 5:6: Bienaventurados los que tienen hambre
y sed de justicia, porque ellos serán saciados.
Sin
duda, Colosio sabía muy bien lo que decía y lo que proponía para alcanzar el
cambio que ya era urgente y, al mismo tiempo, expresaba su FE en Dios, como
guía y acompañante para hacer posible esa nueva realidad.
La
mano no santa de quienes decidieron cortarle la vida, no solamente cumplieron
con su objetivo, sino que al mismo tiempo, mataron las ilusiones de millones de
mexicanos que no tuvieron otra opción que esperar que su sucesor, Ernesto
Zedillo, pudiera hacer suyas esas palabras y esas ansias de cambio. Es por ello
que el entonces candidato tricolor logró obtener una votación muy alta por
encima de sus opositores.
Las
cifras ahí quedaron para la historia: Zedillo obtuvo 17,181,651 millones de
votos frente a los 9,146,841 millones de Diego Fernández de Cevallos y los
5,852,134 millones de Cuauhtémoc Cárdenas.
Zedillo
ganó y fue presidente, cumplió su ciclo y las palabras de Colosio, con sustento
bíblico, a 31 años de distancia, siguen siendo vigentes para muchos rincones de
nuestro México.