Desde el Café
Bernardo Gutiérrez Parra
Desde su llegada este martes al Salón de Sesiones del Congreso local para la glosa del quinto informe de gobierno, algo barruntó el secretario de Infraestructura y Obras Públicas (SIOP), Elio Hernández Gutiérrez, porque llegó muy serio a la cita y mirando con cara de pocos amigos a los asistentes. “¿Vendrá crudo?” preguntó alguien, pero no hubo respuesta.
Frente a los diputados Marco Antonio Martínez, Fernando Arteaga y Magdaleno Rosales, integrantes de la Comisión de Comunicaciones, el funcionario hizo un desparramadero de dinero y les contó un cuento. Tantos millones por aquí, tantos otros por allá y tantos más acullá, que sumaron la bonita cantidad de 658 millones de pesos, fueron invertidos en 39 obras en zonas indígenas que están beneficiando a 432 mil 218 personas de 19 municipios, dijo y se siguió de largo.
La distinguida concurrencia que se estaba cabeceando, despertó de su modorra al comenzar la ronda de preguntas y respuestas. Y Elio sintió calambres cuando sin decir agua va, el diputado tricolor Marlon Ramírez Marín le soltó el primer carambazo.
Marlon mostró una lista de ocho empresas que comparten el mismo domicilio fiscal y tienen al mismo representante legal, y que fueron favorecidas con contratos por 449 millones 800 mil pesos, cifra que representa más de la mitad del presupuesto otorgado a la SIOP estimado en 623 millones de pesos.
Sorprendido por la descobijada Elio tartajeó, cantinfleo, algo dijo pero no aclaró nada. Por lo que en la segunda ronda de preguntas, Marlon dio a conocer los nombres de las empresas Chevalier Constructora, Constructora SSQ, COVER Diseñando, Grupo Especializado Ruta Boca, Grupo Freunde, Enox Construye, LMN y Constructores Asociados, además de PBA y Civiles Asociados, como las beneficiarias de tamaña millonada.
Pero el legislador del PRI no se quedó ahí, fue más allá al leer una lista de beneficiarios de programas sociales con contratos millonarios entre los que destacan: Verónica Castro Hernández, beneficiaria de Jóvenes Construyendo el Futuro, que tiene un contrato por 1 millón 49 mil pesos; Ricardo de Dios García, beneficiario de Producción para el Bienestar, con un contrato por 1 millón 300 mil pesos; Martín Domínguez Salazar, del Programa de Apoyo Financiero a Microempresas y Familiares, con un contrato de 920 mil pesos y Gustavo Granados, beneficiario del Programa de Apoyo al Empleo con 289 mil pesos.
“¿Tiene conocimiento de estas prácticas, señor secretario? ¿Está siendo investigada esta práctica de colusión por el órgano interno de control? ¿Va usted a iniciar alguna investigación de carácter legal?, porque me parece inverosímil que beneficiarios de Jóvenes Construyendo el Futuro, sean a la par contratistas de su dependencia”, dijo el legislador.
Trompudo, con los dedos entrelazados, el ceño fruncido y quizá deseando que a Marlon le cayera un meteorito en la cabeza, Elio Hernández recurrió a la muletilla a la que han recurrido todos los secretarios de despacho cuando los agarran en la maroma: “Se investigarán los datos”, respondió. Pero no investigará nada.
No es la primera vez que Marlon le da un jalón a la cobija con la que el gobierno de Cuitláhuac García pretende tapar sus actos de latrocinio y corrupción.
En septiembre dio a conocer un presunto desvío de recursos por 1, 593 millones de pesos en la Secretaría de Salud, desvío en el que estarían involucradas al menos 18 dependencias.
Y esto no es de ahora. Desde que Cuitláhuac García rindió su primer informe, Marlon ha documentado casos de corrupción, desvío de recursos, nepotismo y viles transas del gobierno de la 4T que ya desde entonces mostró lo largas que tiene las uñas.
Como legislador local Ramírez Marín se ha convertido en algo más que un dolor de muelas para los secretarios de gabinete y para el propio Cuitláhuac, porque no han podido rebatirle ni uno solo de sus señalamientos.
Sí, sí, todo eso está bien, pero a pesar de las acusaciones debidamente fundamentadas ¿será que Marlon esté hablando en el desierto?
Sí y no.
Sí porque el gobierno actual no cometerá el error de darse un balazo en el pie denunciando a los presuntos responsables. Y no, porque el gobierno que llegue sea del color que sea, tendrá que entambar a varios al menos por dos razones: porque atracos como estos ya no deben permitirse y para legitimarse si como se vaticina, la elección llega a ser muy cerrada.
Mientras eso sucede Marlon seguirá denunciando, porque tela para cortar le sobra al legislador jarocho.
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