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miércoles, 19 de marzo de 2008

Niños Voladores, representantes de la tradición milenaria del totonacapan

+A través del Centro de las Artes Indígenas se busca preservar
y fortalecer esta tradición milenaria propia de la cultura totonaca

+Ellos profundizan en el aprendizaje de la lengua totonaca, crean
sus trajes y estudian el significado de las danzas que bailan

EL TAJÍN, VER.- A casi dos años de haberse creado por iniciativa de la presidenta del DIF Estatal, Rosa Borunda de Herrera, la Escuela de Niños Voladores representa hoy en día el rescate de una tradición milenaria que tiene sus raíces en el Totonacapan, y en la cual participan actualmente 60 infantes de los municipios de Coxquihui, Papantla y Agua Dulce.

El Centro de las Artes Indígenas, ubicado en el parque temático Takilhsukut (El Principio), es el espacio donde cada sábado -respaldados por 10 instructores- se reúnen este grupo de infantes con el objetivo de lograr el aprendizaje de la lengua totonaca, elaboración de trajes, penachos, significados de la danza, colores y habilidad para volar, dio a conocer el productor ejecutivo de Cumbre Tajín 2008, Salomón Bazbaz Lapidus.

Mientras visitantes de diversos puntos del país y otras partes del extranjero presenciaban una de las danzas representada por los niños voladores durante la apertura del Festival de la Identidad, Cumbre Tajín 2008, destacó que esta escuela surgió hace más de un año, derivado del esfuerzo coordinado del DIF Estatal, Gobierno del Estado, fideicomiso del parque temático Takilhsukut y organismos privados.

“El apoyo de la señora Rosa Borunda de Herrera ha sido constante e incomparable, no sólo para el desarrollo de la Escuela de Niños Voladores, sino para otras actividades artísticas y culturales que son proyectadas a través del Centro de las Artes Indígenas”, destacó Salomón Bazbaz.

Agregó que en un inicio, este proyecto sólo contaba con 20 infantes y a la fecha más de 60 sábado a sábado asisten con el propósito de adquirir los conocimientos que han trascendido desde sus ancestros hasta padres y abuelos.

“Ya no solo bailan las danzas de los voladores, sino también de guaguas, y negritos”.

Una de las particularidades de la escuela, dijo, es que los niños también transmiten a los integrantes de sus comunidades todo el cúmulo de ideas que les brindan los instructores.

“En ese sentido estamos muy contentos porque ha crecido enormemente y en esta Cumbre Tajín 2008 buscamos el encuentro con otros niños voladores de diferentes etnias”.

Ejemplo de la labor cotidiana realizada por los integrantes de la Escuela de Niños Voladores, es su participación en otros festivales del Estado de Veracruz, Tamaulipas, inclusive de Estados Unidos.

Todos ellos provienen de diversas comunidades de los municipios de Coxquihui, Papantla y Agua Dulce, y son apoyados con comida y transporte cada sábado cuando acuden al Centro de las Artes Indígenas a recibir esta formación básica.

La ceremonia de los voladores se caracteriza porque al principio es ejecutado el son del perdón y una vez en lo alto, cuatro voladores y un caporal oran a los cuatro puntos cardinales y al cielo.