· Sobre
el tema de Nepotismo en materia electoral la propuesta se queda muy corta
· Solo
se limita a un período de tres años anteriores a una elección
· Faltaron
los funcionarios públicos federales y estatales familiares recomendados
Por Miguel Ángel Cristiani G.
La verdad es que la iniciativa de reforma Constitucional
sobre el tema de Nepotismo en materia electoral, propuesta por la presidenta
Claudia Sheinbaum se queda muy corta, porque limita su aplicación en un más
amplio contexto, que abarca a todos los funcionarios públicos.
Porque el llamado nepotismo, no solo se está dando entre los
presidentes municipales que nombran a sus familiares en cargos públicos y luego
hasta pretenden dejarlos como candidatos a la alcaldía.
El nepotismo también se da en otros niveles de la función
pública, en donde quienes tienen un cargo de representación popular, incrustan
a sus familiares en las nóminas de otras dependencias, como para disimular que
se trata de un evidente caso de nepotismo.
Así es como vemos que llegan al cargo funcionarios que no
tienen experiencia ni capacidad, pero que tienen una “buena recomendación”
En la actualidad, cuando la iniciativa de reformas a la
Constitución sobre el nepotismo está a punto de ser aprobada por el Senado, al
parecer se le agregaron impedimentos a los diputados y senadores, pero no se
dice nada de los funcionarios que son autoridades federales o estatales.
De acuerdo con la reforma propuesta por Claudia Sheinbaum,
dicho nepotismo implica que familiares del titular de un cargo público de
elección popular, local o federal, aspiren a ese mismo puesto, sólo estará
prohibido de manera inmediata.
“No podrá ser diputada o diputado, senadora o senador,
Presidenta o Presidente de la República, gobernadora o gobernador, diputada o
diputado local, presidenta o presidente municipal, regidora o regidor, síndica
o síndico, jefa o jefe de Gobierno, alcaldesa o alcalde o concejal, la persona
que tenga o haya tenido, en los últimos tres años anteriores al día de la
elección, un vínculo de matrimonio o concubinato o relación de pareja, o de
parentesco por consanguinidad o civil en línea recta sin limitación de grado y
en línea colateral, hasta el cuarto grado, o de afinidad hasta el segundo
grado, con la persona que está ejerciendo la titularidad de ese cargo”,
El nepotismo es mucho más amplio, es la práctica de
favorecer a familiares o amigos cercanos al otorgarles empleos, contratos o
beneficios en el ámbito público o privado. Esta conducta no solo es ética y
moralmente cuestionable, sino que también puede afectar la eficiencia y la
imagen de las instituciones. Se traduce en una falta de meritocracia y, a
menudo, en una cultura de impunidad.
La iniciativa de reformas a la Constitución se presenta como
una respuesta necesaria ante un problema que ha persistido durante años. El
abuso de poder y la corrupción son temas recurrentes en nuestro entorno
político. La percepción de que los puestos de trabajo se asignan en función de
relaciones personales más que de capacidades es un gran obstáculo para la
confianza ciudadana.
La propuesta de reforma debería de incluir varios puntos
clave:
Definición Clara: Establecer una definición clara de
nepotismo para evitar ambigüedades en su interpretación.
Prohibiciones Específicas: Prohibir el nombramiento de
familiares directos en cargos públicos, especialmente aquellos que tengan
influencia en decisiones laborales.
Mecanismos de Denuncia: Establecer canales seguros y
confidenciales para que los ciudadanos puedan denunciar casos de nepotismo sin
temor a represalias.
Transparencia: La iniciativa incluye la obligación de que
todas las contrataciones en el sector público sean vigiladas, transparentes y
accesibles al público.
Sanciones: Sanciones severas para aquellos que violen las
nuevas reglas, así como para los que no actúen ante denuncias de nepotismo.
Un aspecto fundamental para el éxito de esta reforma es la
participación ciudadana. La sociedad civil debe estar involucrada en el
proceso, desde la redacción de la reforma hasta su implementación.
La iniciativa de reformas a la Constitución sobre nepotismo
es un intento significativo de abordar un problema arraigado en nuestra
sociedad. Aunque enfrenta desafíos, su éxito dependerá de la voluntad política,
la participación ciudadana y un compromiso genuino con la transparencia y la
justicia.
Vale la pena recordar al político tuxpeño el famoso
Tlacuache Garizurieta que como amigo del presidente de la república decía: “a
mi no me den un cargo, póngame donde hay dinero”.
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