Desde el Café
Bernardo Gutiérrez Parra
¿Por qué serán tan cínicos los políticos? La pregunta
viene a cuento por lo que declaró el ex alcalde de Zongolica, Juan Carlos
Mezhua Campos, al Grupo de los Diez el martes anterior. Pero antes de decirte lector
lo que tiene pensado hacer este cuate, déjame ponerte en contexto.
Juan Carlos es un tipo cuarentón, con facilidad de
palabra, pintoresco, ocurrente (ha dicho cada babosada…) y bueno para los
negocios (al parecer con dinero ajeno), que gobernó del 2017 al 2021 uno de los
municipios más pobres del país bajo las siglas del PRD.
Llegó a la alcaldía prometiendo mejores condiciones de
vida para sus paisanos y salió dejándolos igual o peor de fregados. Pero
además, el Orfis le detectó irregularidades no solventadas por más de 36
millones de pesos.
Eso sí, no se cansa de decir que tiene su vida
resuelta. Y debe ser; es dueño de varias hectáreas de cafetales y está por
poner unos bungaloos que serán un atractivo turístico en su natal Zongolica.
“Juan Carlos aprovechó la ignorancia de sus gobernados
para hacerles creer que los apoyos sociales que les entregó como alcalde eran suyos.
Hasta la fecha los habitantes de Zongolica están en la creencia de que cada
litro de leche, cada bulto de cemento, cada lámina, cada cobertor que les
repartía, salió de su bolsillo”, me comentó un reportero de la zona que agregó:
“No todos los apoyos fueron a parar a los más necesitados; muchos se atoraron
en su casa o en la de sus familiares”. Y finalizó: “Juan Carlos es un ególatra
pagado de sí mismo que ahora se quiere convertir en otro pinche salvador de la
patria veracruzana”.
Mezhua debe su carrera política al PRD y mientras el
partido le permitió estar pegado a la ubre presupuestal no hubo broncas. Éstas
comenzaron cuando el Sol Azteca se fue a pique y tanto él como su hermana la
diputada Irma Lidia Mezhua, brincaron de la destartalada embarcación. Irma se
fue con los ganadores; ahora es diputada local por Morena.
En un texto que escribió hace un par de años, el
reportero Alfredo Quezada califica a Juan Carlos de “lo peor que ha dado el
perredismo a la entidad veracruzana”. Y le dice protagónico, chistosito, atrabiliario,
atravesado, perdonavidas con pasado escabroso, corrupto y golpeador de mujeres.
Y al parecer hasta la fecha Alfredo no ha sido desmentido.
Bien, la reunión de Juan Carlos con el Grupo de los
Diez fue para anunciar su intención de ser candidato independiente a la
gubernatura de Veracruz. ¿Por qué independiente? Porque los partidos “ya
fueron” o lo que eso signifique.
Mezhua despotricó contra el Frente Amplio por México
(PRI, PAN y PRD), porque “en el inconsciente mexicano está súper incrustada la
idea del perjuicio que estos tres partidos le han hecho al país”. Y de ahí no
pasó. Es decir, no dio a conocer un proyecto para mejorar el sistema de salud,
atraer inversiones, combatir el desabasto de medicamentos, el desempleo y la
deserción escolar.
Sobre nuestro flagelo mayor, la violencia desatada, se
botó la puntada de decir que se puede combatir con autodefensas.
Cuando le preguntaron cuál es su propósito como
candidato independiente contestó con una frase muy sobada: “Estamos tratando de
generar alternativas diferentes”.
Futa…
Prácticamente desconocido fuera de la región de
Zongolica, Juan Carlos Mezhua se apresta a recorrer la entidad a sabiendas de
que no tiene ni la más remota posibilidad de ganar. Pero con un objetivo bien
claro (aunque eso nunca lo va a decir); vender lo que queda de su muy escaso
capital político al candidato o candidata que vaya en punta.
Para que se entienda mejor; el tipo es un oportunista de
los que brotan como hongos en tiempos preelectorales, su única preocupación es
que siga creciendo su abultada cuenta bancaria y que quien gane le permita
tener aunque sea un chisguete de poder. Lo demás como por ejemplo la pobreza
que padecen millones de veracruzanos, eso puede irse a la fregada.
De ahí mi pregunta al principio de esta columna: ¿Por
qué serán tan cínicos toda esta runfla de vividores?