Un día como hoy, hace 23 años, las principales televisoras del país interrumpieron su programación ordinaria para dar a conocer el sorpresivo deceso del senador Fernando Gutiérrez Barrios, exsecretario de Gobernación y exgobernador de Veracruz.
Se tejieron mil y un rumores fantasiosos en torno a su defunción. Desde que habría sido asesinado porque sabía muchos secretos de estado hasta que acaso simuló su muerte para irse a refugiar en Cuba, protegido por su amigo Fidel Castro.
Vicente Fox, postulado por el PAN, había derrotado al PRI meses atrás y se preparaba para asumir la presidencia de la república.
Una semana antes del lunes 30 de octubre de aquel año 2000, visité a don Fernando en su oficina, en México. Me confirmó que Roberto Madrazo sería el siguiente presidente del CEN del PRI.
--Debería ser usted --le dije.
--No, Pepe, aunque me veo bien de salud, ya no es lo mismo. Roberto será un buen líder --respondió.
El viernes volvimos a hablar vía telefónica y me pidió que le llamara el siguiente lunes a las 12 del día.
Minutos después de las diez de la mañana del lunes me enteré de la infausta noticia. El Hombre Leyenda, como lo bautizara Carlos Salinas de Gortari, había fallecido. No aguantó una cirugía del corazón.
Hoy mucha gente se pregunta si un político de la talla de Gutiérrez Barrios, habría sido capaz de coadyuvar con éxito para mantener la seguridad pública tan anhelada en estos tiempos.