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lunes, 29 de mayo de 2023

Tren interoceánico y elección del 2024: los calendarios del señor presidente…

Parte 1


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Corren de manera paralela -y se mezclan- los calendarios de la política electoral y de los megaproyectos de la 4T bajo un elemento común: ambos alimentan el discurso cotidiano y de enorme poder del presidente Andrés Manuel López Obrador.

Uno de los problemas del discurso presidencial son sus consecuencias sobre una realidad donde los contrapesos políticos han sido disminuidos o borrados.

Una parte del discurso de AMLO resulta simple demagogia o mera retórica, pero otra parte no lo es y deviene instrucciones para la estructura bajo su control: desde las gubernaturas hasta el INE y el poder legislativo.

El sector económico se sacude y las estructuras del Estado mexicano resienten el vaivén a veces con vientos a favor y otras con incertidumbre.

Ejemplos hay varios: 


- La decisión de Citigroup de no vender Citibanamex a Grupo México…y tampoco al gobierno

- La tensión cada día más elevada entre “las corcholatas” morenistas

- El debilitamiento de la democracia a partir de una oposición torpe, rapaz, cuyo futuro se vincula más a la posible salida de Marcelo Ebrard de la 4T o -de no ocurrir tal hecho- al basurero de la historia.

- Ese debilitamiento nace desde la mediocridad de nuestra clase política pero también por la inclinación de poderes -técnicamente independientes- a la obediencia de un presidente que inspira miedo.

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Lo deseable sería que la democracia se impusiera y los partidos políticos -MORENA en primer lugar- así como las instituciones -casos destacados el INE, el Congreso de la Unión y los gobiernos estatales- fueran manejados en un marco de respeto al estado de Derecho.

Del mismo modo urge avanzar en materia de transparencia -el INAI, literalmente debe ser rescatado- para frenar los ímpetus de sobrecostos, el ocultamiento de fallas e incumplimiento de plazos en mega obras.

Nos corresponde conocer a ciencia cierta si el envío de marinos a posesionarse de las vías férreas entre Medias Aguas y Coatzacoalcos -al sur de Veracruz- surge de un contexto de beneficio político y económico a favor del Estado o se ha tratado de un abuso contra un particular -FERROSUR- cuyas consecuencias a mediano y largo plazo resultarán más caras frente al aparente beneficio.

Germán Larrea es el segundo hombre más rico de México y es un patán cuyo currículum lo exhibe como un enemigo de la sociedad donde nació.

Empero, el estado de Derecho y el equilibrio económico están por encima de las simpatías entre un millonario impopular y un presidente todopoderoso y popular.

Muy probablemente el presidente López Obrador fue acorralado por Larrea y no tuvo otra opción que hacerse del manejo de 120 kilómetros de vías férreas para lograr el avance obligado del ferrocarril interoceánico...

Pero quizá existieron otros caminos, como el diálogo respetuoso de ambas partes antes de llegar a esta decisión extrema…

En todo caso, no conocemos con exactitud lo que ocurrió porque las decisiones unilaterales, verticales, ejecutadas en el marco de la opacidad, son característica de este sexenio.


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El nivel de aprobación del presidente López Obrador ronda el 60 %.

Esa circunstancia lo ratifica como el presidente más poderoso que hayamos tenido en México desde los tiempos de Porfirio Díaz, Plutarco Elías Calles y Lázaro Cárdenas.

No obstante, popularidad no es sinónimo de razón: el presidente se puede equivocar y sus errores generar consecuencias graves para el país, mientras sesenta de cada cien consultados lo estén aplaudiendo.


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Por lo pronto, el pasado fin de semana López Obrador afirmó que el tren interoceánico entrará en funciones por ahí de agosto o septiembre del 2023, porque a decir suyo la modernización y mejoramiento ferrocarrilero entre Salina Cruz, Oaxaca, y Coatzacoalcos, Veracruz, está muy avanzado.

Ferrocarril del Istmo de Tehuantepec es la empresa estatal -a cargo de la Marina- responsable del tren interoceánico.

Si con el presidente y su aparato de gobierno no hay acceso a información, con los marinos uno sólo puede aspirar a una mirada fría, directa y amenazante…

El tren interoceánico es una pieza clave del Corredor Interoceánico del Istmo de Tehuantepec, pero no es la única.

El Corredor Interoceánico fue planeado desde una perspectiva multimodal; es decir, en materia de infraestructura de comunicación incluye carreteras, aeropuertos, puertos y el tren…

A la fecha, hay avances en los puertos de Salina Cruz y Coatzacoalcos, así como el tren, pero no hay avances importantes en el sector carretero y no hay noticias sobre inversiones en los aeropuertos de Ixtepec, en Oaxaca y Canticas, en Minatitlán.

La empresa Ferrocarril del Istmo de Tehuantepec, a su vez, deberá disminuir los tiempos de traslado de contenedores de puerto a puerto, como parte del proyecto del Corredor Interoceánico.

De las siete horas empleadas durante décadas, debe pasar a cuatro o cinco horas.

Cumplir dicho objetivo incluye la disminución de curvas entre Medias Aguas, en Veracruz, y Mogoñé en Oaxaca.

Hablamos de unos cien kilómetros donde efectivamente se han realizado inversiones y se ejecutaron trabajos durante los últimos tres años.

¿Ya se concluyeron estos trabajos o se van a concluir antes de agosto/septiembre del 2023?

La carga de contenedores es la función prioritaria del tren interoceánico pero el presidente López Obrador añadió el retorno al transporte de pasajeros, eliminado desde la privatización del tren por parte del gobierno de Ernesto Zedillo, entre 1996 y 1998.

El traslado de cargas y de gente incluye mejorar, modernizar el resto de vías del ferrocarril transístmico; esto es desde Mogoñé hasta Salina Cruz y desde Medias Aguas hasta Coatzacoalcos.

Existen versiones extraoficiales en el sentido de la no conclusión de esos trabajos.

Añadamos otro elemento: para el tren de pasajeros se requiere rescatar estaciones de tren o construir nuevas.

¿Ya están listas?

¿Qué es lo que se podrá inaugurar hacia agosto o septiembre próximos?

No lo sabemos, pero recordemos que el viernes primero de julio del 2022 el presidente inauguró la refinería Olmeca en Dos Bocas y a la fecha aun no se produce gasolina en ese lugar.

Hay un nuevo plazo para el próximo primero de julio del 2023 pero podríamos vivir un nuevo incumplimiento en una mega obra donde se han gastado más de 16 mil millones de dólares, frente a los 8 mil mdd presupuestados originalmente.

No extrañaría, entonces, que llegados agosto o septiembre no se inaugure el ferrocarril interoceánico o seamos testigos de un corte de listón sobre un proyecto inconcluso.


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Surge una pregunta: ¿El manejo de las vías retirado a FERROSUR y puesto en manos de la Marina, es sinónimo de infraestructura cien por ciento lista para operar como parte del ferrocarril interoceánico?

¿No se requiere ningún tipo de inversión, ajuste, corrección, adaptación, para unir la modernización del tren desde Medias Aguas hasta Salina Cruz, con el tramo de Medias Aguas a Coatzacoalcos?

Otra pregunta: 

¿Y los bloqueos de ciudadanos oaxaqueños en carreteras, vías del ferrocarril y acceso a terrenos para polos de desarrollo por su oposición al Corredor Interoceánico, ya están resueltos en su totalidad?

Esa agenda de reclamo ciudadano bajo argumentos de diversa índole -incluyendo factores ecológicos, económicos, políticos y culturales- ¿Ya fue atendida y resuelta?

Abundan ejemplos sobre la falta de coincidencia entre el todopoderoso discurso presidencial y la realidad.

Salvo quienes interpretan la palabra de AMLO como una voz de proporciones bíblicas, hay sectores de la sociedad mexicana que critican -con fundamento- consecuencias del decir y el hacer presidencial; algunos se oponen desde posiciones radicales y torpes, mientras que otros lo hacen desde posiciones inteligentes, mesuradas y respetuosas.

El presidente no escucha ni a unos ni a otros porque suele escucharse únicamente a sí mismo.


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La realidad respecto a la infraestructura de comunicación del Corredor Multimodal del Istmo de Tehuantepec no es nada sencilla como para referir su inauguración en unos tres meses…

Y si ese elemento del Corredor Interoceánico genera dudas respecto a su avance y su peso en el andamiaje social, ecológico, económico, político y cultural en el istmo de Tehuantepec, los rubros de carreteras, aeropuertos y el alcance de las inversiones en los puertos, tampoco lucen claros.

En unos quince días se darán a conocer las bases para licitar por las inversiones en los Polos de Desarrollo en el Corredor Interoceánico del Istmo de Tehuantepec, añadió el presidente López Obrador en su declaración del pasado fin de semana.

Se trata de una buena noticia.

A diferencia del poder político, el sector empresarial no juega a perder su dinero.

Sabremos así los nombres y cantidad de empresas interesadas en colocar sus fábricas, en cuáles Polos del Desarrollo lo piensan hacer, con cuánta inversión participarían y qué condiciones laborales ofertarán.


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El corredor interoceánico requiere líneas de internet para las empresas a instalarse en los Polos de Desarrollo.

La empresa ALTAN Redes -bajo control del gobierno- sería la responsable de dotar ese servicio, pero no existe información acerca de avances al respecto.

Otro punto esencial es el suministro de gas natural vía un gasoducto entre Jáltipan y Salina Cruz.

Se trata del 0037 Gasoducto Jáltipan-Salina Cruz (Corredor Interoceánico) que estaría a cargo de la empresa bnamericas, proyecto del sector infraestructura, en cuyo perfil de internet se lee:


“Descripción: Los proyectos que se encuentran en la plataforma Proyectos México, en etapa de Preinversión, están sujetos a actualización y/o confirmación por parte de las dependencias promotoras.” 


Es decir, apenas está en proceso.


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En otras palabras, si en agosto o septiembre se inaugura el tren interoceánico y ya se cuenta con empresas licitando para los Polos de Desarrollo, para esa fecha no habría suministro de gas, conectividad a internet, ni carreteras ni aeropuertos adecuados.


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El discurso presidencial se caracteriza por la ambigüedad, el doble lenguaje, el doble o triple sentido de las palabras y/o las frases.

Entre lo que el presidente dice y la realidad siempre hay tremenda distancia.

Y al mismo tiempo, entre lo que el presidente dice y lo que sus operadores de gobierno ejecutan a favor de sus intereses y en detrimento de quienes opinan, piensan o actúan distinto, suele existir mucha cercanía.


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El otro punto planteado al inicio de esta entrega de CLAROSCUROS remite al calendario electoral del país, también ligado a lo que dice, ordena, establece, determina, el presidente López Obrador.

Y no es para menos, porque hablamos de un calendario político y electoral donde se incluye su relevo en la silla presidencial.

Técnicamente ese tema se debería mover bajo la lógica de la lucha partidista, interna y externa y bajo la vigilancia del órgano creado al respecto, es decir el árbitro electoral…el INE.

Sólo que nada, nadie -ni el árbitro- se mueve al margen de las órdenes del presidente…

Y AMLO maneja sus hilos del poder conforme la realidad le envía señales…

He ahí que la próxima señal surgirá el domingo 4 de junio, desde los comicios en el Estado de México…

(CONTINUARÁ).