El cambio sigue y no se detiene, afecta y transforma demasiados aspectos y crea la nueva realidad. Individuo y sociedad, son al mismo tiempo sujetos y objetos de las acciones que se emprenden, de lo que se haga o deje de hacer.
Instituciones
desaparecen, otras surgen y se establecen.
Muchas más, persisten,
evolucionan y se adaptan, se innovan y fortalecen. Una de ellas es la
Democracia, que se define y caracteriza como forma de organización social y de
gobierno, basada en la contribución y
participación individual. Los derechos y libertades de las personas, concurren
y definen decisiones y tendencias.
Mucho
se ha hablado respecto a la Democracia y más, mucho más, se hablará por mucho
tiempo, hasta que aparezca y se establezca otra forma o sistema de organización política y
social.
Sin
recurrir a teóricos y especialistas, intentando una expresión breve y clara.
Por
lo pronto, baste recordar que tradicionalmente la Democracia se ha definido y
aceptado, simple y sencillamente, como “el gobierno de la mayoría”; esto es, la
expresión en forma de decisión electoral, que obtenga más del 50%, de los
integrantes del conjunto que puede participar, votar y decidir.
Elección
que se establece y expresa periódicamente, en un plazo previa y legalmente
establecido. Los electos duran en el cargo, hasta que los electores deben, de
acuerdo al plazo establecido en la ley, volver a ejercer el derecho a elegir.
Así,
se dice y asegura, que la Democracia
se establece, cuando de plazo en plazo, los electores pueden ejercer el derecho a
elegir; y después, deben aguardar a que
llegue la siguiente oportunidad.
Mientras tanto, se otorga al electo la oportunidad de desempeñar el cargo, manejar los recursos públicos y ejercer
las atribuciones asignadas; y por otro lado, se acostumbra al electorado a
esperar, la siguiente elección programada.
En
resumen: elegir, para nombrar y confiar en los electos; y mientras esperar,
hasta que llegue la siguiente elección.
Visto
así. Establecido en esta forma, se desvirtúa y deforma, el verdadero sentido de la Democracia, al referirla
solo a la elección; y al reducir y
limitar también, los alcances y
atribuciones, de las libertades y derechos permanentes de los ciudadanos,
únicamente al hecho de elegir (de tiempo en tiempo) y, mientras tanto, permitir decidir y hacer a los electos, a quienes
gobiernan.
En
pocas palabras, tradicionalmente la Democracia se ha definido y acepta, simple
y sencillamente, como “el gobierno de la mayoría” que deposita su confianza,
representación y poder público, en unos cuantos electos.
EL
CAMBIO PRESENTE
Visto
así, está claro que la Democracia, no puede ni debe ser reducida, sólo al
ámbito de la elección y el ejercicio del poder otorgado. Es imprescindible
reconocer y hacer valer la importancia y alcances de la participación
individual y colectiva. Participación permanente en la discusión y decisión de
todo asunto público y actividad gubernamental. Participación en la organización
y movilización de la población; en la consolidación y fortalecimiento de las
instituciones y el sistema de gobierno; y en la previsión y planificación.
Empezando
por reconocer, que la misma decisión de elegir debe ser acompañada y
practicada, con el derecho y oportunidad
de revocar, ajustar y reorientar, tanto representación, como cargo y encargo,
si así lo se decide la representación mayoritaria. Elección y revocación son y
deben utilizarse, para aprovechar oportunidades; decidir, una y otra, para
asegurar buenos resultados, que se reflejen en logros y avances.
En
la actualidad. No hay duda que uno de los esfuerzos determinantes, es establecer
y asegurar que el
verdadero sentido de la Democracia, no se limita solo a la elección o hasta la
revocación, es imprescindible asegurar
mayor y mejor participación de las personas; incluso, precisar que la
participación y evaluación ciudadana y social es la piedra central, de toda
democracia que aspira a alcanzar los objetivos planteados y lograr buenos y
comprobables resultados.
En
todo caso, se debe entender y aceptar que no se puede ni debe reducir, capacidades y potencialidades del individuo y
de la sociedad, al reducir y limitar los
alcances y atribuciones, de las
libertades y derechos permanentes de las personas, de los ciudadanos, al
orientarlos o conducirlos únicamente al hecho de elegir (de tiempo en tiempo)
y, mientras tanto, permitir y dejar
hacer a los electos.
La
democratización se basa en más y mejor participación individual, institucional y colectiva.
La
nueva Democracia se amplia e incluye elegir, revocar, consultar y evaluar.
Exige
a todo gobernante, funcionario y servidor gubernamental: transparencia,
información oportuna y accesible, rendición de cuentas y, desde luego, seguimiento,
control y fiscalización pública.
Atender
el presente y construir el futuro. Prever y planear, también son actividades de
la Democracia.
Los
cambios llegan y afectan todos los ámbitos de gobierno: federal, estatal,
municipal y órganos autónomos.
Participar
y evaluar permanentemente, son la clave.
-Academico.IIESESUV
@RafaelAriasH,Facebook:VeracruzHoydeRafael AriasH