¡ADELANTE!
Pepe Valencia

En lo que nunca estaremos de acuerdo, salvo que se nos
explique a detalle en qué consiste la amnistía que ha ofrecido para
delincuentes y nos convenza de sus bondades y de que esta medida coadyuvará para
recuperar la paz pública.
Escuché por la televisión lo que dijo textual en Ciudad Juárez,
Chihuahua, el martes de la semana pasada: “Olvido no. Perdón sí”.
¿Cómo pedir a una madre que perdone al o los asesinos de su
hija o hijo? ¿Al violador? ¿Al secuestrador?
¿Cómo hacerle semejante petición a una viuda o a un huérfano?
¿Quiénes o cuántas personas estarán dispuestas a perdonar
al que ha arrebatado la vida a un ser querido?
Con indignación y justa razón exigen castigo. El estado
existe para garantizar la seguridad, para procurar e impartir justicia. El
perdón es potestad de Dios.
Hemos conocido casos de maleantes irredentos que salen de
prisión por fallas o errores al ser capturados o procesados, o por omisiones
deliberadas de fiscales y jueces corruptos, ante la desesperación e impotencia
de las víctimas y familiares. Estos criminales liberados vuelven a cometer
delitos graves.
El presidente electo pide a los deudos de personas
desaparecidas, asesinadas, torturadas, secuestradas y violadas que no olviden a
sus familiares pero que perdonen a sus verdugos.
No queremos la ley del talión, el ojo por ojo y diente por
diente, tampoco cortarles las manos a los ladrones como proponía el Bronco, ni castrar
a los violadores, ni pena de muerte para los asesinos, pero sí demandamos justicia
a secas.
No al perdón. Y si insiste AMLO, los mismos que lo eligieron
podrían votar dentro de 3 años para revocarle el poder si no se reducen los altos
índices de inseguridad y violencia… en caso de que cumpla la promesa de proponer
y aprobarse una ley de revocación del mandato presidencial a la mitad del
sexenio.
Andrés Manuel López Obrador está aún a tiempo de rectificar,
de no ofrecer en bandeja de plata pretextos a sus adversarios para que exclamen
a voz en cuello: ¡Se los dije! ¡Se los dijimos! ¡Nos irá mal con este
presidente!
Señor presidente electo, no defraude la confianza de millones
de mexicanos que lo apoyan. Demuestre que no se siente un mesías, gobierne para
todos. De verdad haga historia y que sea una realidad la cuarta transformación de
la república que usted propone.
Posee todo el poder, incluida la mayoría en las cámaras de
diputados y senadores, para ser el gran presidente que México requiere.
Los que confiamos y votamos por usted se lo demandamos… también los que no le
dieron su voto.