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domingo, 12 de enero de 2025

Las armas de Trump

 Si el próximo presidente de Estados Unidos decide atacar a los cárteles mexicanos, nuestras Fuerzas Armadas estarán imposibilitadas para impedirlo. Los ataques, por lo demás, desestabilizarían totalmente a nuestro país

Por el Gral. Roberto Badillo Martínez (*)

Imagen ilustrativa: Northop Grumman

Muchas son las intenciones de Donald Trump para cuando regrese a la Presidencia de los Estados Unidos, es decir, para el próximo 20 de enero.

La verdad es que todavía faltan catorce días y puede ser que las amenazas de los demócratas y globalistas no queden en eso. Trump está en verdadero peligro y las personas que lo rodean, también.

Lo vimos en el atentado perpetrado en Las Vegas, Nevada, a un vehículo producido por Tesla, empresa de Elon Musk, personaje muy cercano al próximo presidente de los Estados Unidos.

Se deduce que la izquierda criminal estadounidense y los globalistas continuarán causándole males al siguiente gobierno de los Estados Unidos.

Muchos pensarán que son las reacciones lógicas a las declaraciones e intenciones de Trump, expresadas prácticamente desde que ganó la elección. Y algunas de ellas, aun en la campaña presidencial.

Trump y México

Con respecto a México hay por lo menos dos declaraciones graves. Una, la de los aranceles; la otra, la de las acciones directas contra los cárteles de la droga mexicanos. Analicemos las dos.

La de los aranceles tiene muchas aristas. Primero, necesitamos verificar si pretende aplicarlas a los productos contemplados en el Tratado Comercial México, Estados Unidos, Canadá (T-MEC). De ser así, Trump estará violando las normas del T-MEC y del comercio internacional. ¿Lo puede hacer? Sí. El USA-HEGEMÓN mundial hace lo que quiere en casos extremos, aunque tenga que violar todos los acuerdos habidos y por haber.

Lo hemos visto con Irán en Medio Oriente durante los últimos meses. Esta república islámica chiita perdió el liderazgo regional frente a Turquía y Arabia Saudita por desafiar al estado de Israel, aliado número uno de Estados Unidos en todo el mundo.

Ahora bien, si los aranceles planeados por Trump se aplican a productos ajenos al T-MEC, o a los que sean de procedencia China, se entenderá mejor la causa.

Lo que sería gravísimo para México es que los aranceles anunciados por Trump afecten a productos incluidos en el T-MEC.

El gobierno mexicano debe tener claro que Estados Unidos es el hegemón indiscutible. Además, Trump ganó la elección popular, ganó la mayoría de los colegios electorales estatales, ganó el Congreso y el Senado, y tiene mayoría en la Corte Suprema. En síntesis: tiene todo el poder legal y electoral.

Claudia Sheinbaum y Donald Trump
Foto: LaPresse vía Marca

¿Qué podría hacer México? Poco a nada. Que los mexicanos cantemos al unísono el himno nacional difícilmente daría resultados ante un hombre como Trump que se jacta de apabullar a sus competidores.

Tampoco nos ayudaría gran cosa llevar la controversia ante la Organización Mundial del Comercio (OMC) porque, primero, su fallo podría demorar meses y segundo, porque si la resolución es contraria a los yanquis, nadie los podrá obligar a que la cumplan.

Las consecuencias previsibles de los aranceles de Trump serían las siguientes:

⦁ Alza de precios y, por ende, mayor inflación.
⦁ Feroz competencia internacional para tratar de sustituir a México como proveedor de EE.UU.
⦁ Desestabilización absoluta de nuestro país.
⦁ Disminución significativa de los montos de las remesas por presiones de Trump.
⦁ Deportación masiva de mexicanos establecidos en Estados Unidos.
⦁ Afectación de todos los planes de desarrollo nacional.

El gobierno anterior, el de Andrés Manuel López Obrador, pudo haber minimizado los riesgos, pero optó por lo contrario y ahora la nación entera sufre las consecuencias.

El problema para México es que coincidieron con un presidente mexicano hablador, pendenciero, creído de que era el hegemón del mundo y daba a diario directivas e instrucciones a los gobiernos y pueblos del mundo. Y un presidente anciano de los Estados Unidos, débil, condescendiente ─especialmente con sus vecinos del sur─, falso católico y promotor de las políticas destructivas de la Organización de las Naciones Unidas (que buscan la destrucción de las familias y de los países para imponer un gobierno mundial).

El tabasqueño, en sus mentiras diarias, se burlaba de Estados. Unidos. Le decía lo que tenía que hacer y lo que no. Por si fuera poco, le hacía reclamos irrelevantes, solo para tratar de quedar bien con su audiencia. Tuvo la fortuna de que nunca hubo una respuesta del USA-HEGEMÓN. El presidente Biden nunca intentó callar a la chachalaca tabasqueña que dejó a México casi en la ruina, con un déficit fiscal de seis puntos porcentuales del PIB, lo que es gravísimo.

El macuspano frenó las inversiones mundiales; otro presidente sensato hubiera inundado con inversiones en dólares a todo el país. Recuerden que el tabasqueño anunció que Elon Musk quería hacer un recorrido por México para asignar inversiones. ¿Por qué no pasó eso? Seguramente porque Musk se dio cuenta del comunismo de quien era el jefe del Ejecutivo federal mexicano. Y así como Musk decidió sacar plantas de California para llevárselas a Texas, así también decidió olvidarse de México por su presidente comunistoide y masón de poco rango.

El tabasqueño quiso equipararse con el USA-HEGEMÓN sin tener la más minina idea de lo que es un líder, y de lo que necesita para serlo a nivel mundial. En sus políticas ratoneras, ignoró por completo cómo la geopolítica y la economía gobiernan al mundo desde Estados Unidos.

Esa labor subversiva exacerbó, por lógica, el discurso nacionalista de Trump, quien está consciente de la necesidad de evitar que su vecino del sur ─al que Estados Unidos ha protegido con su paraguas militar desde finales de la segunda guerra mundial─ lo ningunee.

México ha solicitado la protección de su territorio a Estados Unidos por medio de políticos sensatos que han optado por guardar silencio al respecto. Eso, el tabasqueño nunca lo supo ni lo sabrá, pues su amigo es Rusia, el país que solo cambió de nombre, pero que sigue siendo comunista, y que tiene un régimen fantoche, dictatorial y tiránico.

En esas condiciones llegará Trump al gobierno el próximo 20 de enero. Y como nada ha cambiado en la política internacional mexicana, están vigentes las tres amenazas trumpianas: la de los aranceles, la deportación de indocumentados mexicanos y la intervención militar contra los narcos mexicanos. (Abro un paréntesis: Justin Trudeau está a nada de dejar de ser primer ministro de Canadá. ¿Habrán tomado nota en Palacio Nacional?).

Justin Trudeau y Donald Trump.
Foto: Especial

La tercera es la más grave y le dedicaré unos renglones. Antes, diré que el regreso forzado de migrantes afectará las remesas en dólares que esos compatriotas nos envían, y que rondan los 60 mil millones de dólares por año.

Dudo que Trump pueda expulsar a nueve o diez millones de mexicanos porque Estados Unidos los necesita. De manera conservadora, se calcula que 42 millones de mexicanos viven allá (entre indocumentados y compatriotas con papeles migratorios en regla).

Los mexicanos establecidos en Estados Unidos aportan aproximadamente 2 billones de dólares al Producto Interno Bruto de ese país, y esa cantidad crece año con año. Privar de esa riqueza al pueblo estadounidense sería muy riesgoso para Trump y su equipo. Nada molesta más al ciudadano de los Estados Unidos que le afecten su bolsillo. No serán deportados millones de mexicanos porque no conviene una crisis en ambos lados de la frontera. Sin embargo, sí habrá deportaciones dosificadas con las que se tratará de impresionar a la opinión pública de ambos países.

Trump necesita, por lo demás, una economía controlada por él y sus funcionarios leales, no por el estado profundo y su aparato mediático.

El aspecto militar

Paso al aspecto militar y último. El más trágico, deplorable y vergonzoso.

Trágico, por las consecuencias que pueda tener para el pueblo de México. Ya se sabe que el USA-HEGEMÓN nunca se hace responsable de los daños colaterales que causa. Simplemente los provoca y punto. Acudir a las Naciones Unidas serviría simplemente para provocar un griterío hipócrita de muchos gobiernos del mundo contra el hegemón, pero nada pasaría a favor de México.

Estados Unidos podría dejar de resarcir los daños colaterales y sanseacabó. Nada se hace en las Naciones Unidas sin la aprobación del USA-HEGEMÓN. Esto lo debería de saber el gobierno de México.

De nada le servirían al pueblo mexicano los gritos hipócritas de los gobiernos comunistas de Cuba, Nicaragua o Venezuela, acostumbrados a llevar agua a su molino. Nuestro pueblo les tiene sin cuidado a los Díaz-Canel, los Ortega y los Maduro. Ellos y otros gobiernos de la región envidian a México por su desarrollo.

Una eventual intervención militar de Estados Unidos en México afectaría también a la economía nacional, con todo lo que ello significa. No hay actividad importante que esté desvinculada de la economía. Dicho de manera simple: México se desestabilizaría totalmente.

Se revertirían los logros obtenidos vía el Tratado de Libre Comercio de América del Norte (TLCAN) y el Tratado México, Estados Unidos y Canadá (T-MEC). Las afectaciones afectarían nuestras relaciones comerciales, industriales, financieras, bancarias, turísticas y aun, culturales.

Una eventual intervención militar de Estados Unidos en México se deberá a la negligencia de los gobiernos recientes que nada saben de lo que pasa en el mundo; de quiénes hacen y escriben la historia de las naciones. Gobiernos que se sienten iluminados, pero que desconocen quiénes dirigen al mundo y lo controlan con sus armas. Que soslayan quién es el primer productor y comprador mundial. Que relativizan que la potencia estadounidense es la única que produce 28 billones de dólares al año. Sí: ¡catorce veces más que nuestro país!

Gobiernos recientes que minimizan ─por decirlo de manera comedida─ que Estados Unidos tiene más de 700 bases militares a lo largo y ancho del planeta; que es el único país que tiene siete flotas navales con 80 o 90 aviones cada una para atacar a sus enemigos, al tiempo que los puede rodear con centenares de embarcaciones de todo tipo y arremeter contra ellos a corta distancia.

A estos gobiernos mexicanos recientes se les “olvida” que esa potencia ─la primera del mundo─ comparte con nuestro país la frontera abierta más grande del mundo (y, por ende, la más dinámica, tanto en lo comercial como en lo cultural).

Los actuales gobernantes mexicanos ignoran todo eso; su ignorancia se agrava por la alianza que mantienen con Rusia, un país agresor desde hace siglos y que tiene un dictador que ya cumplió 25 años en el poder; que organiza elecciones amañadas y tiene una supuesta democracia donde los opositores son asesinados en los hospitales o son empujados al suicidio desde varios pisos de un hotel.

Con un “poderosísimo ejército” que lleva más de dos años detenido en sus fronteras por un país agredido y subdesarrollado.

Realmente, es incomprensible el proceder de los actuales gobiernos mexicanos. Recuerdo la frase de un político alemán que dijo más o menos lo siguiente: “Alemania desearía tener solo un kilómetro de frontera con Estados Unidos para poder inundarlo de productos alemanes”. ¡México tiene más de tres mil kilómetros de frontera y nuestros actuales gobernantes desaprovechan esa circunstancia! Por esa estrecha visión geopolítica es que buscan pleitos todos los días con sus contrapartes del norte.

En síntesis: una eventual acción militar de Trump en México sería muy peligrosa para México y absolutamente vergonzosa para nuestros actuales gobernantes.

Ni siquiera podríamos saber con qué tipo de armamentos nos ataca. Ni por dónde y a qué horas. No tenemos defensa para ello. Nuestros radares solo cubren el 35 por ciento del territorio nacional y casi están orientados hacia el sur de México ─para interceptar los aviones del narco sudamericano─. Pero no tenemos armas de defensa aérea. No podríamos interceptar ningún tipo de aeronave militar que se introdujera en nuestro territorio.

El tabasqueño suspendió las compras que la fragata necesitaba. Eso no lo dijo en sus más de dos mil mañaneras. Se peleaba con casi todos los mexicanos, pero ocultaba el tremendo mal que les hizo a nuestras Fuerzas Armadas, las cuales, sin embargo, le construyeron generosamente sus principales obras.

No hay duda: el tabasqueño fue el peor Comandante Supremo de las Fuerzas Armadas, del año 2000 para acá. Y esto será muy fácil de demostrar. Además de que no compró material militar, prácticamente hubo escaso mantenimiento, lo que dejó muy afectada, por ejemplo, a la Fuerza Aérea, a la que incluso le quitó material aéreo. Ninguna mañanera lo podrá desmentir. Y es del conocimiento de los altos grados del Ejército, la Fuerza Aérea, La Marina y la Guardia Nacional. Ninguna mañanera puede desmentirlo. Ahora sigo con el tema de Trump.

Las armas de Trump

Estados Unidos y esto no lo saben los actuales políticos mexicanos, tiene un presupuesto para el año fiscal 2025 que casi duplica al de nuestro país. O sea: el presupuesto del gobierno mexicano para este año será de entre 350 000 y 400 000 mil millones de dólares. En cambio, el presupuesto de defensa de Estados Unidos será más o menos de 900 000 mil millones de dólares. Este presupuesto, insisto, será solamente para los gastos militares de Estados Unidos. El del gobierno mexicano es para todas sus áreas.

Entonces, estar despreciando al USA-HEGEMÓN y diciéndole lo que debe hacer y lo que no debe de hacer en el mundo ─como lo hacía el tabasqueño─ es una imprudencia mayúscula, por decir lo menos. Los hechos que suceden que suceden en el mundo no se impiden con palabras de políticos ignorantes. Y así seguirá siendo por los siglos de los siglos. No se modificarán ni con diez mil mañaneras.

Hoy, por todo lo anterior, por las políticas equivocadas de políticos mexicanos dogmáticos e ignorantes, estamos en el ojo del huracán del imperio, del USA-HEGEMÓN, del que es el hegemón mundial.

Es inconcebible que, en lugar de construir una vecindad positiva para ambas partes, estemos esperando el ramalazo ─o los ramalazos─ de Donald Trump.

Lo deseable es que Trump decida ─principalmente en este tema, más que ninguno otro de su política exterior─ con calma y prudencia. Es indispensable que su Estado Mayor y sus consejeros políticos le muestren los pros y los contras de intervenir militarmente en México para combatir a los cárteles de la droga.

Las relaciones diplomáticas, consulares, económicas y fronterizas que tiene Estados Unidos con México no las tiene con ningún otro país del mundo. Por añadidura, México tiene en el territorio de los Estados Unidos ─para bien o para mal; esto lo discutiremos en otro momento─ a 42 millones de mexicanos de sangre, de los cuales más de 30 millones son ciudadanos estadounidenses. Muchos de ellos llegaron a esos territorios de Norteamérica mucho antes que los sajones y otras etnias europeas que los gobiernan.

Piénselo bien, presidente Trump…

El futuro inmediato es impredecible. Puede suceder que Trump cumpla sus amenazas. Tiene el mayor y mejor material militar del mundo para hacerlo, sin siquiera enviar un solo soldado a nuestro suelo.

Tiene todo tipo de aviones y drones, que son los más avanzados del mundo. Sus ataques los podría hacer con drones, sin recurrir a sus aviones.

Puede atacar con armas tecnológicamente bastante avanzadas, las más avanzadas del mundo. Lo puede hacer contra todos los campamentos de los narcotraficantes, sus laboratorios y sus plantaciones.

Está en capacidad, incluso, de destruir a los narcotraficantes en sus casas o en sus desplazamientos. Recuérdese cómo lo hizo en el Medio Oriente con uno de sus enemigos, al que despedazó en su balcón familiar mientras disfrutaba del horizonte. Lo puede hacer con un dron denominado RQ-4 Global Hawk, cuya autonomía es de 20 horas y puede volar a 20 kilómetros de altura. Está diseñado para transportar misiles AGM-114-Hell Fire.

Dron RQ-4 Global Hawk
Foto: Northorp Grumman

Cada dron RQ-4 Global Hawk tiene un costo de 200 millones de dólares y Estados Unidor los tiene por miles.

Cada misil AGM-114R-HELFIRE II puede llevar carga explosiva o cuchillos para blancos individuales. Cuando las fuerzas de Estados Unidos lo utilizan sin carga explosiva dicen que lo hacen para evitar daños colaterales o muertes de inocentes.

Cuando el misil AGM-114R-HELLFIRE II lleva cuchillas de acero inoxidable hace pedazos al atacado, el cual puede estar en alguna de sus casas o disfrutando de unas vacaciones. Las fuerzas de los Estados Unidos lo pueden liquidar cuando realiza actividades cotidianas o cuando está delinquiendo; cuando está en el campo, en una calle citadina, en una montaña, en una playa o en una carretera.

Misil AGM-114R HELLFIRE II
Foto: Lockheed Martin

Ese misil, lanzado desde un dron estadounidense , puede alcanzar a los estamos más violentos de México en la actualidad : Sinaloa, Sonora, Jalisco, Michoacán, Guerrero, Guanajuato, Tabasco y Chiapas. Puede eliminar lo mismo a narcotraficantes que a narcopolíticos y a sus cómplices. Así es lamentablemente, Cubre todo el territorio nacional.

¿Qué podría hacer México en un caso parecido? Nada. Absolutamente nada. Sus Fuerzas Armadas no tienen manera de evitar o responder a este tipo de agresiones. Solo le quedaría gritar en los organismos parasitarios mundiales que no sirven para nada. Fueron creados y son manejados por el USA-HEGEMÓN.

Esperemos que no haya agresiones de ese tipo, pues sus secuelas serían gravísimas para México. Afortunadamente, la política tiene otras formas de arreglar los problemas. ¿Lo entenderán los gobernantes mexicanos vinculados a los globalistas y demócratas? ¿Lo aceptará Donald Trump?

Por lo pronto, Justin Trudeau está a punto de ir a dar al estercolero de la historia. Trump ni siquiera ha tomado posesión (faltan 14 días para eso) y Trudeau ─promotor principalísimo de la agenda satanista woke y socialista en Canadá─ tuvo que renunciar al liderazgo del Partido Liberal, lo que significa que dejará de ser primer ministro. A buen entendedor…

(*) Gral. de División DEM retirado del Ejército mexicano.