Sin tacto
Por Sergio González Levet
El ingenio humorístico mexicano se exulta en el manejo prodigioso que hacen los hablantes del idioma y sus consecuencias. En todas las regiones del país puede cualquiera hallar esas perlas lingüísticas, aunque dicen que en Veracruz refulgen aún más. Y todos los jarochos lo creemos.
No por nada somos los inventores del albur y del doble sentido. Continuadores magistrales de la picaresca del medioevo, que llevaron a sus máximas expresiones con el correr de los siglos. No por nada tuvimos un Gobernador que era émulo exacto y remasterizado del Amadís de Gaula, del Lazarillo de Tormes, del Guzmán de Alfarache… de nuestro Periquillo Sarniento.
Pero esas capacidades no se quedaron en el ámbito de nuestra lengua y han invadido magistralmente el terreno de otros idiomas.
Rescato dos joyitas “bilingües” producto de la inventiva popular. La primera es una mixtura de inglés con castellano, y va así:
Once upon a time there was a little mariposita.
She was flying. And de repente, she was azoted.
—Ay, jijos —she dijo—. ¡I forget to open my alitas!
La otra es un relatito entre italiano y español que recitaba mi hermano cuando era joven y aún estaba en este mundo, y que decía cada vez que había fiesta en la familia González, para regocijo de todos los tíos (tías incluidas) y los primos (primas incluidas).
Iba de la siguiente manera:
Ettore, conde del monte, de capa y espada y de la Fermosca, cabalga per la sua senda.
Pronto, siente un dolore bajo el ventre. Leva de la sua cabalgadura, leva de la sua armadura, ternilio per ternilio, torca per torca. Híncase… puchi… e una picola bolina.
Leva de la sua armadura, ternilio per ternilio, torca per torca, leva de la sua cabalgadura, e cabalga per la sua senda.
Súbito, siente un secondo, intensísimo, dolore bajo el ventre. Presto, prestíssimo, leva de la sua cabalgadura, leva de la sua armadura, ternilio per ternilio, torca per torca. Híncase, puchi… e una seconda pícola bolina.
Leva de la sua armadura, ternilio per ternilio, torca per torca, leva de la sua cabalgadura e cabalga di novo por la sua senda.
E sente un terceto fortisísimo dolore bajo el ventre.
E pensa: Io, Ettore, conde del monte, de capa y espada y de la Fermosca, cabalgo per la mía senda. Siento un fortísimo dolore bajo el ventre. Levo de la mía cabalgadura, levo de la mía armadura, ternilio per ternilio, torca per torca, híncome, pucho… ¡e una pícola bolina!
No, se diche, no. No mi bajo, no mi bajo.
¡E solta tremenda cagatta!
Cosas del ingenio hasta “bilingüe que tenemos los mexicanos, gracias a Dios.
sglevet@gmail.com