Veracruz ha sido siempre uno de los Estados con mayor violencia dentro de su territorio. Todos sabemos la historia de terror que se vivió con el ex gobernador Javier Duarte y después los dos años que fueron insuficientes para detener la enorme ola de violencia que se arrastraba y se propago durante esos años.
Sin embargo se pensaba que con la llegada de Cuitláhuac García Jiménez las cosas podrían cambiar, y no tanto por él, sino porque en la Presidencia también llegaría alguien de su mismo partido y que sería mucho más sencillo combatir la enorme inseguridad, que se tenía en esos momentos a lo largo y ancho de toda la entidad veracruzana. De hecho fue una promesa de campaña.
Lamentablemente no ha sido así, todo lo prometido es hoy una montaña de mentiras, de promesas incumplidas. Tenemos hoy un gobierno rebasado en el ámbito de la Seguridad Publica. Todos los días hay actos de violencia a lo largo y ancho del Estado. El miedo se apodera de la gente y las respuestas simplemente no llegan, por el contrario la percepción en los niveles de inseguridad son cada día más elevados y siguen subiendo conforme se acerca el fin del sexenio.
El problema es que ya parece ser cualquiera a quien le puede tocar un acto de violencia. Igual matan periodistas, que activistas, que personas de la sociedad civil, mujeres, hombres, funcionarios, en fin, los ataques y los caídos son variados. Sin una estrategia de seguridad adecuada que pueda combatir con éxito la inseguridad y detener la violencia que se genera a diario en Veracruz, simplemente no se podrá hacer nada. Los resultados serán nulos. Para empezar se debe de atrapar a los peces gordos que se encuentran dentro de las corporaciones policiacas, la Fiscalía, el ejército y la política. Estos personajes son los que se encuentran directamente inmiscuidos en la delincuencia organizada, inclusive muchos de ellos son los líderes de esas bandas. Mientras eso no suceda, las cosas seguirán están igual. Todo será buenos deseos y simulación.
Lo cierto es que Cuitláhuac esta hasta el cuello de porquería que brota de su gobierno. Y aunque se cansen de decir que es “bueno”, “honesto” o el adjetivo que gusten ponerle. Lo cierto es que su gobierno y él mismo pasaran a la historia como el peor del que tengamos memoria en muchos años. Decepciono a muchos, inclusive a personajes de su propio movimiento. Ya ni que decir de los miles de veracruzanos que al día de hoy solo quieren que termine su infame desgobierno, y que se vaya lejos, muy lejos de Veracruz. En donde hay que decirlo con todas sus letras JAMÁS DEBIÓ DE HABER LLEGADO. Correo electrónico: bernardobellizzia@hotmail.com
