El socialismo, ya sea considerado como doctrina, ya como hecho histórico, ya como acción, aun después de sus concesiones a la libertad, a la verdad, sin perder el control de ellas y a una justicia parcial, es incompatible con la libertad, la dignidad del ser humano y los principios de la familia, ya que su manera de concebir a la sociedad se opone diametralmente a los ciudadanos de buena voluntad, honestos que trabajamos para sostener y conservar nuestra familia.
Por supuesto que este
socialismo ha moderado y suavizado lo tocante a la lucha de clases y a la
abolición de la propiedad, por lo cual no se le puede reprender en estos
puntos; sin embargo, la misma guerra del dominio privado, restringida cada vez
más y más se atempera, se acomoda una cosa por otra, se hace más suave o menos
intensa, para calmar los ánimos.
De suerte que en definitiva no
es la posesión misma de la propiedad lo que ataca en primer lugar, sino el
predominio social y, de hecho, un poder semejante no pertenece a los que
poseen, sino a la potestad publica, el gobierno, estos bienes estarán
reservados al estado, pues el interés consigo es tener un control económico,
político y social.
La primera acción de este
socialismo moderado es el adoctrinamiento, educar a los ciudadanos y a las
costumbres, romper con las tradiciones del pueblo; ante todo intentar atraer a
los niños en este caso con bonos o becas, bajo capa de amistad para atraerlos
consigo, pero también se extiende a todos los hombres, con las “pensiones” con
el propósito de formar finalmente al “hombre socialista”.
Por ello te pido que conserves
tus usos y costumbres que prevalecen en tu familia, tus tradiciones de antaño
como un legado de nuestros padres, no te dejes arrastrar por ideologías
innovadoras, matizadas disque de un bien en común, verdades a medias, una
tolerancia falsa donde todo está permitido, pues es tu derecho y tú decides;
teorías malsanas, perversas, no de crecimiento, sino más bien de destrucción y
de corrupción disfrazado de bien, corrientes que vociferan que la religión o la
fe no es necesaria en el nuevo orden del mundo.
¡Oh miserable ignorancia de
unos cuantos que pregonan de sabios, y muestran más bien su necedad! ¡Y otros
cuantos entreguistas que en lugar de luchar por su pueblo y de hacer algo en
contra de este adoctrinamiento entregan lo más preciado: la familia y por ende
la sociedad! Pero esto no se va a quedar así. Es necesario despertar, estar
informados e investigar, reflexionar hasta llegar al punto de hacernos una
autocrítica, que nos mueva a una participación social para este año 2022.
Mexicanos, respetables
legisladores de todos los niveles de gobierno, lectores de esta columna Saberes
y Sabores, público en general.
Hay 57 millones de pobres y
esto se puede incrementar a 70 millones o más con este fenómeno del alza de
precios de la canasta básica, ¡es realmente preocupante!, si antes la familia
de escasos recursos económicos no tenía lo necesario para cubrir sus
necesidades básicas, con todos estos incrementos se va a poner en crisis. Las
leyes políticas públicas se deben enfocar en regular los precios de los
alimentos para proteger a la familia, toda legislación o iniciativa a la
reforma constitucional debe valorar el impacto que va a tener en la familia;
así como se cuida el impacto ambiental en cada reforma, así también se debe
cuidar el impacto de la economía familiar. No nos distraigamos con temas
irrelevantes cuidemos nuestra economía familiar.