Desde el Café
A mediados de octubre el alcalde de Xalapa, Hipólito
Rodríguez Herrero, pidió al Banco Nacional de Obras y Servicios Públicos
(Banobras), “un adelanto de 37 millones de pesos a sus participaciones del
2021” para construir cuatro tanques que permitan llevar más agua a colonias
donde el vital líquido escasea.
Y Banobras lo bateó.
Enchilado, Hipólito se quejó con su patrón López
Obrador mediante una sentida carta donde le pide su intervención pues esos tanques
“permitirán compensar el tandeo en las colonias más pobres del municipio,
olvidadas por las administraciones pasadas, cuya población sufre periódicamente
la falta de agua potable en sus hogares”.
En su misiva dice que el cabildo xalapeño autorizó
recibir dicho crédito con nueve votos a favor de los 14 ediles presentes. Pero
Banobras considera que se requiere la aprobación de dos terceras partes del
cabildo, es decir, de 10 votos.
“Este razonamiento no es aplicable a nuestro caso”
argumentó el munícipe. Claro que
es aplicable. Uno de los requisitos que pide la Banca en nuestro país para ese
tipo de créditos es el aval de dos terceras partes, de lo contrario no hay
dinero y punto.
Pero aquí hay algo que
no encaja.
¿Cómo es posible que este
señor pida dinero cuando devolvió 15 millones de pesos por subejercicios y es seguro
que devuelva más porque no ha cumplido en su totalidad con el Plan de Obras
para este año? ¿Cómo es posible le dé prioridad a una inútil ciclopista y
carezca de liquidez para la construcción de cuatro tanques que apagarán la sed
y la necesidad de los xalapeños marginados?
Xalapa carece de
policía municipal porque los cadetes que Hipólito mandó a capacitarse a Puebla,
no recibieron adiestramiento en el uso de las armas; carece de seguridad porque
los elementos de la Secretaría de Seguridad Pública no se dan abasto para
cubrir las más de 350 colonias.
Las calles de Xalapa
son una sucesión de baches sin cuento; el sistema de limpia pública es
deficiente porque no hay suficientes unidades ni personal y como consecuencia tampoco
se dan abasto. El sistema de alumbrado público es pésimo.
A diferencia de otras
administraciones que se preocuparon por embellecer la ciudad, en la actualidad
Xalapa da la impresión de abandono y descuido. Tan es así que hasta el
gobernador Cuitláhuac García ha tenido que sacar el machete para limpiar
predios enmontados.
En tres años Hipólito
Rodríguez ha resultado una nulidad, un fiasco y una mayúscula desilusión. Le
dejaron la mesa puesta y jaló el mantel. Tenía todo para ser un buen alcalde pero
se echó a perder en el camino y echó a perder a la ciudad.
Cuando le falta poco
más de un año para que al fin se vaya, quiere construir cuatro tanques de agua
con un préstamo que para colmo quiso tramitar por teléfono. Y ningún alcalde,
por aturdido que sea, pide prestados 37 millones mediante un telefonazo,
lector.
En el colmo de su
soberbia, tomó como una falta de respeto la negativa de la dirección de
Banobras a tomarle la llamada. ¿Quién se cree el tipo? ¿El Sha cuando gobernaba
Irán?
Ojalá Banobras lo
aliviane con el préstamo porque esos cuatro tanques serían una bendición para
cientos de familias. Pero en caso de que no sea así, se los puede pedir al
mismo Presidente que se ha convertido en dueño del presupuesto y los
fideicomisos.
Como es más que sabido
que Andrés Manuel no le da agua ni al gallo de la pasión, le puede vender la
idea de que cuatro tanques de agua para familias marginadas, podrían
representar dos o tres mil votos para la 4T en Xalapa, que buena falta le harán
a la candidata de Morena a esa alcaldía el próximo 6 de junio.
