Palabra de Mujer
Billie J Parker*
El festejo presidencial se dio
entre manifestaciones a favor y en contra. Nunca antes en la historia
reciente un presidente había recibido tanta malquerencia, de muchos o
pocos (como lo han querido mostrar), con tal grado de encono que llevó a la
gente a salir a las calles de México para acusarlo de no respetar la ley y los
derechos humanos.
No es gratuita la animosidad de los
manifestantes el pasado domingo, cuyo número fue menor a la masa reunida en el
zócalo. Las comparaciones no son válidas porque una es una expresión social y
la otra tiene un tufo electoral que no sería justo. No se trata de un asunto
cuantitativo sino cualitativo.
Lo que sucede en la operación “al
diablo las instituciones”, está impactando la vida de cada mexicana y mexicano,
quienes en la marcha nacional lo calificaron como un año de terror.
Del contenido (Forma) del Informe
de AMLO Presidente no vale la pena comentar, del Fondo, sí. En la construcción
de su mito intenta instituir la fecha fundacional de la Cuatrote. En el
discurso sus datos, sus escenarios, y una realidad que tienen otro rumbo a
la verdad; los verbos en el futuro y los juicios de valor, han sido tan
repetidos que ya no impactan. Ya vendrá quien verifique el informe que
remacha y repite por toda la República, por lo pronto queda en su personal
memoria histórica. .
La afectación a la ciudadanía es
indiscutible y recuerda aquel poema “Ellos vinieron”, presumiblemente del
dramaturgo alemán Bertolt Brecht, pero que realmente fue creado por el pastor
protestante alemán Martin Niemöller, en referencia a la apatía del pueblo alemán
ante la crueldad nazi; y se sabe lo creó durante su permanencia en el
campo de concentración de Dachau. .
“Cuando los nazis vinieron a buscar
a los comunistas, guardé silencio, porque yo no era comunista; Cuando
encarcelaron a los socialdemócratas, guardé silencio, porque yo no era
socialdemócrata; Cuando vinieron a buscar a los sindicalistas, no
protesté, porque yo no era sindicalista. Cuando vinieron a buscar a los
judíos, no pronuncié palabra, porque yo no era judío. Cuando
finalmente vinieron a buscarme a mí, no había nadie más que pudiera
protestar.”
Así en México. Cuando vinieron por
los periodistas, guardaron silencio e incluso los mataron o los pusieron en la
más extrema vulnerabilidad con protección simulada. Cuando fueron por adultos mayores
y niños y niñas, callaron. Cuando fueron por las y los trabajadores del
gobierno no protestaron. Cuando fueron por los enfermos al quitarles los
tratamientos no pronunciaron palabra. Cuando despojan a los indígenas de sus
tierras, no les importa. Cuando van por los policías, el silencio y cuando van
por científicos y artistas, nadie los ve. Cuando terminen con ellos y ellas, en
este largo etcétera, no habrá quien diga nada.
Tiene razón Alfonso Durazo al
exclamar en la puesta en marcha de la Guardia Nacional “¡Nos dejaron el
país en medio de un sálvese quien pueda!”, pero lo que no dijo es que hoy
la situación está peor, casi 3 mil muertos en el mes de junio y la
incertidumbre carcome a un pueblo rehén de los males pasados, además, de la
actual destrucción irresponsable de programas, que tenía al país agarrado con
alfileres.
Durante los últimos años, el
país ha soportado una clase política que se ha descompuesto aceleradamente
llegando a ser una nación muy diferente de lo que era apenas algunas décadas
atrás. El riesgo de la emergencia y una crisis humanitaria, no la está
viendo quien habita el Palacio Nacional porque su campaña por el país está
manipulada por un grupo que lucra con la pobreza de la asistencia a sus
asambleas. La estrenada clase política de la tómbola asiste para ser ungida por
su patrón, a quien no solo le queman incienso, sino ofrendan parte de su salario.
Solo basta ver la caras de los
acarreados para darse cuenta del dolor y la decepción de los engañados ancianos
y ancianas; los estudiantes con manifestaciones de burla y rechazo; los hombres
y mujeres del campo que siguen teniendo esperanza que les cumplan, y no tan
distantes, atrás de las vallas que impiden la llegada de quien no ha sido
“invitado”, están los que protestan por la palabra incumplida.
Para una mayoría el balance de un
año es negativo y hay que decirlo, que es cuando empezó a “gobernar” el
país Andrés Manuel López Obrador. Como es sabido Enrique Peña Nieto
cobardemente abandonó la gobernanza -incluso meses antes del 1 de
julio- traicionando a México, y se dedicó a la suyo, a robar, sabiéndose
cubierto por el pacto de la impunidad.
Estamos experimentado cambios muy
importantes en la economía y sociedad. No hay economía saludable y
menos al exterior, donde las acciones gubernamentales generan conflictos
diplomáticos, y en el mercado interno solo dádivas que no llevan al desarrollo
de un país.
El territorio mexicano en manos del
narcotráfico que como lo han hecho en cada ley mexicana hoy ven un área de
oportunidad para hacer negocios ilícitos.
Aparte, México está bajo la bota de
un presidente de Estados Unidos sometido a base de chantajes. Desde Santa
Ana no se veía. Liderado por una inexperiencia galopante y la impunidad que
cabalga sin tregua en el gabinete de la cuarta transformación.
Pasamos de ser un país “Sálvese el
que pueda”, a “Sálvese el que queda”. Un año de terror que se refleja en las
cifras de asesinados, feminicidios, desempleo.
No señor presidente a pesar de sus
mentados avances las cosas no funcionan y la gente se siente engañada,
traicionada y hasta robada.
Lo puede constatar en los
periódicos que tanto invalida, en todas las redes sociales que por momentos
bendice y otros las sofoca con descalificaciones , esas que en las
conversaciones cotidianas, las de boca a boca, no las puede detener.
Las manifestaciones del domingo
revelan que la sociedad que había permanecido apática está renovando su
pensamiento para organizarse y hacer frente a los retos que les está
significando la cuarta transformación. Ya no están dispuestos a permanecer en
la indolencia porque, no solo se tienen los mismos resultados con tal actitud,
sino los lleva a un estadio aún peor.
Hoy después de un año de terror
para muchos y muchas se está cierto que la transformación de un país no está
vinculada con los caudillos que sistemáticamente mienten a la población, sino
en un cambio de paradigma ciudadano para erradicar el saqueo y maltrato
de una clase política que solo busca perpetuarse en el poder sin importar a
quien afecte.
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