Desde el Café
Bernardo Gutiérrez Parra
Posible parte policiaco. Elementos de la policía
municipal destacamentados en esta ciudad (Orizaba) repelieron la agresión de
dos sujetos armados que cayeron abatidos en la calle Sur 39, entre las avenidas
Colón Oriente y Oriente 2 de la colonia centro.
La madrugada de este jueves, elementos policiacos al
mando de (…) le marcaron el alto al conductor de una camioneta Jeep Patriot que
circulaba de manera sospechosa. Como contestación, el conductor disparó contra
los policías y de inmediato se inició una persecución que terminó en la calle
Sur 39 donde el conductor se bajó de la camioneta y siguió disparando su arma
de alto poder.
Casi de inmediato, otro sujeto armado salió semidesnudo
de una de las viviendas. Llevaba una metralleta AK-15 de las conocidas como
Cuernos de Chivo y disparó contra los elementos policiacos que repelieron la
agresión y abatieron a ambos delincuentes.
Versión de la familia. La madrugada de este jueves el
joven Ernesto Pérez González de 33 años de edad, se desplazaba a bordo de una
camioneta Jeep Patriot por las calles de la ciudad. Ernesto venía de una fiesta
y probablemente conducía en estado inconveniente cuando elementos de la policía
municipal le marcaron el alto.
En lugar de parar la marcha de la unidad, el joven
aceleró rumbo a su domicilio donde estacionó la camioneta y se bajó. Pero ahí
fue abatido por los policías. Al escuchar las detonaciones, su hermano Román,
que se encontraba en paños menores en el interior de su hogar, salió para
auxiliar a Ernesto y también fue abatido por los policías.
De acuerdo con versiones de los vecinos y los padres
de las víctimas, los jóvenes no eran delincuentes; eran profesionistas de buena
conducta y no tenían problemas con nadie. Además, no iban armados como en un
principio afirmó la policía.
Las armas que presuntamente llevaban y utilizaron
contra los policías no aparecen por ningún lado al igual que los casquillos. Todo
apunta a que los policías los confundieron con delincuentes y por ello les
dispararon a mansalva.
Una prueba de rodizonato de sodio a las víctimas dirá
que ellos jamás dispararon. Esa misma prueba dará con los responsables y se
aclarará en asunto.
Lo que nunca será igual es la vida de los padres de Ernesto
y Román, que en apenas unos segundos perdieron a sus dos hijos de manera
violenta y en la flor de la vida.
Es evidente que hubo un error brutal; pero errores de
estos no tienen solución porque siegan la vida de las personas y desgracian para
siempre a las familias.
Por miedo quizá a un secuestro, un joven no detuvo la
marcha de su auto. Por miedo, unos policías le dispararon a él y a su hermano
creyéndolos delincuentes. Por miedo, los testigos se abstendrán de levantar una
denuncia. Por miedo, los responsables quizá ya andan huyendo. Toda la tragedia
se desencadenó por el miedo.
Este es el Veracruz de hoy. Un Veracruz violento y
aterrado; herencia aquellos que nos prometieron mejores cuerpos policiacos y
acabar con la inseguridad en seis meses.
Un Veracruz ahogado en el miedo, la zozobra y en la
sangre derramada de sus habitantes.