Desde el Café
Bernardo Gutiérrez Parra
Fue por ahí del 2007, a mediados del gobierno de Fidel
Herrera, que el turismo en Veracruz empezó a bajar de manera más o menos
significativa. Comenzaban a escalar las ejecuciones y secuestros y esto hizo
que los paseantes buscaran opciones más tranquilas.
Cuando Javier Duarte llegó al poder las matanzas se
multiplicaron y el turismo se tambaleó. Al terminar su mandato había bajado
casi un 60% en relación a los sexenios anteriores a pesar de la promoción que
se le hizo al estado.
En el bienio que está por terminar el turismo dio un
bajón bárbaro que se agravó por la casi nula inversión en ese sector, la falta
de promoción y, sobre todo, por la violencia desatada.
Sin duda el comentario más ácido sobre el tema se lo
escuché a un empresario: “El turismo se fue a pique, los únicos que nos visitan
a montones son los zopilotes por tanto ejecutado como hay”.
En los 730 días de gobierno de Miguel Ángel Yunes, la
violencia se disparó a cifras de escándalo y los números del Secretariado
Ejecutivo del Sistema Nacional de Seguridad Pública no me dejarán mentir.
Esta pandemia alejó a los visitantes, como
consecuencia se cerraron hoteles y restaurantes y esto dejó sin su fuente de
empleo a cientos de trabajadores.
Pero desde la perspectiva del Notario Público habilitado
como secretario de Turismo, Leopoldo Domínguez Armengual, nada de lo anterior
sucede en la entidad.
En su comparecencia ante los diputados con motivo de
la glosa del segundo Informe de Gobierno, dijo sin el menor rubor que
actualmente Veracruz se encuentra entre los diez estados con mayor número de
vacacionistas.
¿De dónde sacaría tamaña jalada?
El dato lo busqué por todas partes y no lo encontré.
Lo que sí encontré (y ya lo he comentado en este espacio) es que Veracruz sigue
en los primeros cinco lugares a nivel nacional en secuestros, feminicidios y
ejecuciones.
Al igual que su jefe Miguel Ángel Yunes, Domínguez
Armengual pintó un Veracruz de ensueño donde los puertos, pueblos mágicos,
hoteles, restaurantes, playas y zonas arqueológicas, se atiborraron de turistas
en estos dos años.
¿Balaceras en Veracruz? Ay no mammm… Esas se dan en Paris
y Nueva York.
“Yo creo que es más riesgoso viajar por Francia o
hasta por el Times Square de Nueva York, que viajar por Veracruz. A cada rato
vemos balaceras y atropellamientos en esos lugares” dijo el funcionario sin
miedo a morderse la lengua.
Si no quieren ver fantasmas, no salgan de noche, reviró
a quienes lo cuestionaron sobre la inseguridad en algunos centros turísticos. Y
con infinito desdén minimizó las alertas de viaje emitidas a turistas
extranjeros que quieran viajar a Veracruz.
Aunque deja decirte lector que esas alertas salen
sobrando. En comparación con años anteriores, son pocos los extranjeros que en
su sano juicio se han aventurado a viajar por estas tierras en tiempos
recientes.
Otra cosa que ignora el funcionario (o pretende
ignorar), es que quienes tienen que viajar a nuestra entidad por algún asunto,
invariablemente reciben este consejo en los hoteles de Pánuco, Tuxpan, Poza
Rica, Papantla, Tecolutla, Martínez de la Torre, Xalapa, Coatepec, Orizaba,
Córdoba, Veracruz, Boca del Río, Coatzacoalcos y Minatitlán: “Si no tiene a qué
salir por la noche, no salga”.
En varios de esos lugares, la vida nocturna (que antes
era parte del atractivo turístico) está en su mínima expresión y no
precisamente por los fantasmas.
¿Cómo van a venir los turistas cuando la mañana de
este miércoles fue encontrada la cabeza cercenada de un individuo, ejecutaron
al enésimo taxista y balacearon a un motociclista? ¿Cómo van a venir cuando el
domingo anterior el mismo gobernador reconoció que no pudo con la inseguridad?
¿Cómo van a venir cuando según el SESNSP se registraron en Veracruz 698 asesinatos
con violencia de enero a octubre de este año?
Todo eso se lo pasó por el forro don Polo Domínguez
Armengual que insistió en vender un Veracruz fantástico que sólo vive en su
imaginación. Inútil decirle que ese Veracruz ya no existe y menos con turistas;
que se lo llevó la tristeza cuando llegaron a Palacio de Gobierno Fidel, Javier
y su jefe Miguel Ángel.