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lunes, 1 de febrero de 2016

Usted Dirá…

Por: Roberto Valerde García
 *** PRI, un sueño posible
*** PAN-PRD, lo imposible
*** Anilú, pies de plomo
 A partir de antier domingo comenzó a re-escribirse la historia de Amadeo Flores Espinosa como dirigente estatal del PRI en Veracruz, pues hay que recordar que ya ocupó esa misma posición en tiempos del gobernador Patricio Chirinos Calero. Alberto Silva Ramos le cedió la estafeta como presidente del tricolor, en víspera de un proceso electoral que se antoja complicado por su alto nivel de competitividad y porque como el mismo Flores Espinosa lo precisó, el PRI se encuentra ante un momento histórico para el estado, mismo en el que las condiciones sociales y económicas exigen recomponer el camino y garantizar mejores condiciones de vida para los veracruzanos.
Por fortuna, de entrada, el nuevo dirigente reconoce “antiguos agravios, justos reclamos y nuevas demandas”. Eso ya es un avance importante, porque cerrar los ojos a la realidad y volverse autocomplacientes, tarde que temprano cuesta caro.
Próximo a cumplir 69 años de edad el próximo jueves 5 de febrero, Amadeo encontró cobijo en el partido de sus amores, con ex compañeros y amigos dispuestos a prestarle el apoyo necesario para que pueda desarrollar todo su potencial, tanto para mantener la unidad del partido como para lograr el sueño posible de triunfar el 5 de junio con Héctor Yunes Landa como candidato a gobernador para un ejercicio de dos años y en los 30 distritos locales con las mujeres y los hombres que competirán por una curul en el Congreso del Estado.
Muy variadas y hasta encontradas son las opiniones que actualmente se escuchan y se leen, en relación a que si el PRI debe o no reformarse y en el caso de la última opción, si debe ser profunda o superficial. Desde luego no puede negarse que hay quienes piensan que por que se gana todo está bien y va a seguir estando bien, pero la sociedad es dinámica y, por ese continuo movimiento, siempre habrá algo que preveer, ajustar o cambiar.
Sí, hay que reformarse, hay que transformar, pero éste no es el mejor momento porque la contienda está a la vuelta de la esquina y un error de cálculo puede resultar contra producente, ahora son tiempos de sumar y de multiplicar, no pueden ni deben lastimarse conciencias. Después de la elección ya habrá tiempo de revisar con toda  calma y hacer los ajustes necesarios.
La ventaja de hacerlo con oportunidad, inteligencia y mesura, es que permite la reflexiva y fundada toma de decisiones preventivas y no tanto las de carácter correctivo, que muchas veces, por ser urgentes, riesgosamente se toman con prisa y sin la suficiente maduración.
Así pues Amadeo enfocará sus baterías a la campaña y a llevar a Héctor Yunes al triunfo, por eso afirmó: “vamos a alejarnos de las oficinas y acercarnos a la gente. Vamos a llevar el partido a las calles, a los barrios, a las colonias, a las comunidades”.
El nuevo presidente del Comité Directivo Estatal fue puntual al señalar que “iremos a donde sea necesario, iremos hasta donde haya un priista dispuesto a trabajar por el partido y su candidato”. El triunfo del PRI sí es un sueño posible, hay mucho trabajo por hacer, ningún esfuerzo, ninguna ayuda, ningún priista debe menospreciarse, sin duda la experiencia y la madurez del nativo de Cotaxtla será un factor de peso para alcanzar los mejores resultados. 
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 Por el contrario, lo que parece imposible es que la alianza del PAN y del PRD rinda buenos frutos. Y es que no se puede ir contra la naturaleza, el agua y el aceite no se mezclan. Se registró la alianza ante el OPLE sí, pero el rechazo fue generalizado. Se esperaba una nutrida concurrencia de militantes azules y amarillos, pero con todo y la presencia de los dirigentes nacionales del PAN y del PRD, la verdad es que fue un evento desangelado, con poca, muy escasa asistencia, si consideramos las expectativas generadas. A menos que un milagro ocurra, los augurios para esta alianza, así como para Miguel Ángel Yunes no parecen muy prometedores. 
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 Desde ayer lunes, Anilú Ingram Vallines  es la nueva delegada estatal de la Secretaría de Desarrollo Social (SEDESOL) en sustitución de Marcelo Montiel Montiel. Anilú recibe una importante dependencia, responsable de diversos programas sociales y que por consiguiente maneja importante presupuesto. Inmersos en una batalla electoral, Anilú debe entonces conducirse con pies de plomo, con madurez y con mucha responsabilidad, sobre todo ahora que la oposición estará muy pendiente de sus movimientos y con el mínimo pretexto buscarán hacer camorra. Los años transcurren pero no se olvida el penoso caso de Salvador Manzur Díaz, a quien incluso le costó el cargo. Información y comentarios a rvalerdeg@gmail.com