Gral. Roberto Badillo Martínez
Compensaría el acelerado envejecimiento de la población mexicana
Por el Gral. de División DEM retirado, Roberto Badillo Martínez
Imagen ilustrativa: Radio Nuevo Mundo de Guatemala
En un artículo publicado recientemente por Periodismo Sin Compromisos, al que titulé «La población de un país. Consideraciones sobre la política de migración de México», afirmé que México requerirá de migrantes sudamericanos y centroamericanos, a paso y medida en que las parejas mexicanas disminuyan la procreación y tengan menos de dos hijos cada una. De hecho, ya estamos en el límite; algo así como 1.9 o 2.1 hijos por pareja.
Los niveles de fecundidad han disminuido debido a la ciega obediencia de los recientes gobiernos de nuestro país a los controles de la natalidad promovidos desde los organismos multilaterales como la Organización de Naciones Unidas, la Organización de la Salud, el Fondo Monetario Internacional y el Banco Mundial; por gobiernos como los de Estados Unidos, Canadá, Reino Unido, Francia y Alemania; así como por fundaciones como las de Bill y Melinda Gates, los Rockefeller y los Soros, por citar solo a algunas.
Sin migrantes, la población mexicana comenzaría a bajar. Y eso no afectaría como nación a mediano y largo plazo. Necesitamos retrasar el declive demográfico mexicano al 2050 o 2060.
Para que esto ocurra, debemos incorporar a unos siete millones de migrantes jóvenes sudamericanos y centroamericanos, de preferencia entre 2024 y 2040. Esto mantendría el impulso poblacional de México.
Si no se hace, el costo será muy alto: la población envejecerá, la fuerza productiva de los jóvenes vendrá a menos, las pensiones colapsarán a la economía y el sector salud carecerá de la capacidad para atender dignamente a la población mayor.
Sobre advertencia…