El título de esta columna es la manera como se escribe en alfabeto cirílico serbio el nombre del genial balcánico Nikola Tesla, quien hizo muchos inventos que no pudieron ser patentados por falta de recursos económicos.
Él se negó sistemáticamente a vender sus patentes a personas como Thomas Alva Edison, entre otros, que habían hecho una industria lucrando con los jóvenes inventores a quienes les birlaban sus ingeniosos artefactos para colocarlos a sus nombres.
Tesla trabajó en los Talleres de Maquinaria Edison en Goerck Street, Nueva York en 1884. Se dedicaba a mejorar los productos que vendían como la bombilla, el fonógrafo y la imagen en movimiento. El científico serbio-americano era un genio brillante y excéntrico cuyas invenciones permitieron a los sistemas de comunicación masivos alcanzar la difusión.
Sin embargo, lo que comenzó como relación laboral terminó como batalla legal. Tesla mejoró tanto los productos que ideó un nuevo sistema eléctrico que sustituiría al obsoleto e ineficaz sistema que Edison había diseñado por las redes de alta tensión o corriente alterna.
Edison se negaba a sustituir su sistema porque no quería pérdidas económicas. Tesla en cambio pugnaba por mejorar a la tecnología y finalmente ganó el juicio ya que su propuesta es la que hoy en día utilizamos para alumbrar nuestros hogares.
A pesar de su genialidad, no fue un hombre muy reconocido en su tiempo, sobre todo por la comercialización y patentes de las ideas de Tesla por otros, empezando por Edison, Marconi e incluso el tío de Donald Trump, John George Trump que era ingeniero eléctrico y físico y se decía inventor, ja.
El ingenio de Tesla no tenía límites. Él introdujo un sistema eléctrico a los motores e hizo varias predicciones que en la actualidad nos sorprenden por la exactitud con que describía por ejemplo las videollamadas que hoy son tan cotidianas y normales para nosotros.
En esos tiempos parecía ciencia ficción como ahora nos impactan las predicciones de Elon Musk quien probablemente conoce bien la historia de este personaje por lo que nombró a su compañía de autos eléctricos Tesla Motors. Era lógico que la llamara así porque fue quien logró descubrir el campo magnético giratorio que no sólo revolucionó la industria automotriz, sino la eléctrica al crear el alternador, los transformadores y todo el sistema polifásico que nos provee de energía eléctrica.
Además, en 1896 inventó el primer transistor de radio, sí Tesla. No Marconi.
En 1943 la Corte Suprema de Estados Unidos reconoció la contribución de Tesla sobre la de Marconi, aunque ya se había llevado el Premio Nobel en 1909.
Afortunadamente, en la actualidad se está haciendo justicia por la causa de Nikola Tesla que se dirige hacia el bien común y la armonía siempre.
