Desde el Café
Bernardo Gutiérrez Parra
El primer intento de los huastecos por separarse de
Veracruz de manera pacífica, ocurrió en los albores del siglo XX y lo encabezó el
doctor Zósimo Pérez Castañeda. Pero no pasó nada.
En los años sesenta un maestro tuxpeño llamado Ángel
Saqui retomó la idea y promovió la creación de un Estado que uniera a las huastecas
tamaulipeca, potosina y veracruzana.
El maestro Saqui capitaneo su proyecto sin más
compañía que la de él mismo. Era una especie de Quijote nomás que sin Sancho. (Me
refiero al escudero y no al sancho en el que estás pensando, lector).
Yo era un niño y lo recuerdo vestido de saco y
corbata. Siempre impecable a pesar de los calorones en Tuxpan; cargando en su
portafolio de gastadísimo cuero su invaluable proyecto que cimentaba con datos
históricos, políticos, económicos y sociales de las tres huastecas.
Por años viajó a la capital de las tres entidades y
sostuvo charlas con los gobernadores en turno. Pero su idea no cuajó. Los
gobernadores lo trajeron a las puras vueltas y en una de esas vueltas el
maestro Saqui se murió.
Esto viene a cuento porque circula en redes sociales
un panfleto firmado por un hipotético Movimiento Separatista de la Huasteca,
donde anuncian que cansados de que nadie los pele desean separarse de Veracruz
y fundar el estado 33 de la Federación.
A continuación las partes sustantivas del texto:
“Debido al abandono de las autoridades por parte del
gobierno del estado y cansados de pedir obras sin resultado alguno, hemos
decidido constituir un nuevo estado, ya estamos hartos de ser marginados…
“El nuevo estado de la huasteca será el número 33 de
la República, con poderes autónomos con legislatura propia. Y si estás de
acuerdo, para el 2018 estaremos eligiendo el primer gobernador del nuevo Estado
de la Huasteca, con diputados y senadores propios de la huasteca y los 33
municipios del nuevo estado de la huasteca serán…” Y a renglón seguido dan a
conocer la lista de municipios que empiezan con Pánuco y terminan en Tuxpan.
Evidentemente a estos cuates les urge el nuevo Estado
donde piensan elegir a su primer gobernador, senadores y diputados para el
siguiente año.
Como si fundar un Estado fuera de enchílame otra
gorda.
Nomás en convencer a cada uno de los presidentes
municipales y cabildos de esos 33 ayuntamientos les llevará un titipuchal de
tiempo. Además, tendrán que convencer a más de la mitad de los habitantes de
cada municipio.
En todo eso deberán invertir un buen billete porque en
esta vida nada es gratis.
Después deberán presentar su propuesta al Congreso de
Veracruz donde dormirá el sueño de los justos. Cuando se despierte, la
propuesta será turnada al Congreso de la Unión donde se echará otra pestaña de
varios años. Luego deberá tener el visto bueno del presidente de la República que
de seguro se hará buey y le dejará el paquete a su sucesor. Éste hará lo mismo
y dejará la bronca al que vendrá detrás. Y así…
Total, que para cuando se apruebe el estado número 33
de la Federación, todos los abajo firmantes del panfleto (que por cierto no
tiene ninguna firma), absolutamente todos, llevarán varios años en el
camposanto más tiesos que el pene de un chamaco en la edad de la punzada.
Si lo que quieren es seguir el ejemplo de Cataluña,
deben saber que esa región española desea su independencia desde hace más de 300
años. Y no todos los catalanes, nomás la mitad.
A excepción de la calentura separatista que padecieron
Zósimo Pérez y Ángel Saqui, no he sabido que mis paisanos quieran independizarse
de Veracruz. Y menos los huastecos a los que si algo los caracteriza es su
pachorra, dejadez y valemadrismo ancestral.
A no ser que se arme una revolución (con su
consecuente reguero de muertos) y que aprovechando la coyuntura la gran mayoría
de los huastecos pugne por separarse, no veo cómo le vayan a hacer los
integrantes del Movimiento Separatista de la Huasteca para formar el Estado 33
de la Federación.
Pero si quieren intentarlo, adelante. En dos o tres
siglos me platican cómo van.