***¿Revista Proceso se equivocó?
*** Timan con proyectos productivos
Por: Roberto Valerde García
El candidato del PAN-PRD a gobernador de Veracruz, Miguel Ángel Yunes Linares es contundente y afirma ante los cuestionamientos de los reporteros: El Omar Yunes que señala la revista Proceso de intentar crear un fideicomiso en Nueva Zelanda “no es mi hijo”.
“No hay señalamientos contra mi familia, hay un señor que se llama Omar Yunes, que nadie sabe, nadie dice que sea mi hijo, hay veinte Omar Yunes en mi familia y muchos fuera de mi familia, que señala esta investigación, que este señor inició los trámites para crear un fideicomiso, es todo lo que señala no hay más”.
De gira por Coatzacoalcos, Yunes Linares incluso adelantó que su hijo Omar enviará una carta de aclaración a la revista Proceso.
¿Se equivocaron los directivos de la prestigiada revista fundada por Julio Sherer? ¿Osaron publicar tan delicada información sin antes haberla confirmado y reconfirmado? ¿Quiénes la editan son de tan mala entraña que van por la vida causando daño moral a personas y familias?
Todo puede suceder en esta vida, lo único que llama mi atención es lo siguiente. Siendo como son los Yunes, belicosos, entrones, broncudos y que no les gusta dejarse de nadie, ahora resulta que enviarán una simple carta aclaratoria para desmentir que no se trata del mismo Omar Yunes.
Eso es lo extraño, porque si en verdad se presumen inocentes, los Yunes Márquez ya hubieran presentado una denuncia por daño moral y exigirían una fuerte suma a la revista Proceso para reparar el daño, pero algo no les cuadra y mejor pisan con cuidado el terreno minado, porque tampoco es cosa menor echarse encima a Proceso y menos cuando el patriarca anda en plena campaña.
Ahora habrá que esperar la próxima edición de la mencionada revista semanal, que seguramente precisará en sus páginas si verdaderamente Omar Yunes Márquez no tiene nada que ver en el “Panamá Papers” o, por el contrario, dan más elementos para confirmar plenamente su identidad.
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No tienen vergüenza todos y cada uno de los que participan en la enorme cadena de complicidades para timar a campesinos, comerciantes en pequeño y emprendedores que aspiran a conseguir un financiamiento de SEDESOL, SEDECO, SEDARPA, SAGARPA y otras dependencias estatales y federales.
Más allá de que si este año o el anterior hubo o hay recursos o no, el negocio es redondo porque quienes se dedican a “integrar” los proyectos productivos y a “gestionar” los recursos en las ventanillas correspondientes cobran de 30 hasta 50 mil pesos por cada proyecto sin contar lo que reciben como “anticipos” para poder “moverse”.
Me dicen que hay instituciones que otorgan créditos hasta por 300 mil pesos para apoyar proyectos productivos, pero mire usted cuánto es lo que recibe el interesado si bien le va. De los 300 mil pesos le tiene que perder el amor a 40 o 50 del gestor, 50 mil pesos para el diputado que firma el proyecto y lo autoriza, unos 25 mil más para el encargado de la ventanilla quien promete agilizar el trámite y otros 25 a 50 mil pesos para el titular del programa de que se trate quien habrá de dar el visto bueno y autorizar la emisión del respectivo cheque.
El negocio es tan bueno que mi fuente me asegura que año con año se van formando nuevos “despachos” contables y de gestoría que se dedican a este “próspero negocio” donde casi todos gana y el único que pierde y ver mermadas sus aspiraciones son los veracruzanos que quieren acceder a estos programas “$ociale$”.
El colmo es que haya legisladores que estén involucrados en este asunto, cuando deberían estar vigilando la correcta aplicación de esos dineros. ¿Nombres y apellidos?, en breve se los proporcionaré, lo que sí le puedo adelantar que los hay azules, amarillos, verdes y de todos los colores.