Desde el Café
Bernardo Gutiérrez Parra
Este lunes, el embajador de Estados Unidos en México,
Ken Salazar, ofreció su última conferencia de prensa antes de regresar a su
país y ahí dijo: “México sí fabrica fentanilo”. Lo que saben Joe Biden, Donald
Trump, la CIA, la DEA, el FBI, el Ejército Mexicano, la Armada de México y la
presidenta Claudia Sheinbaum, que es la única que lo ha negado sistemáticamente.
Pero se fabrique o no aquí esa porquería, no creo que
deba ser tan relevante como el hecho de que cada vez son más los jóvenes mexicanos
que se enganchan con el fentanilo, ¿cuántos?, quien sabe. Desde el sexenio
anterior nos están debiendo el censo sobre las adicciones. Aunque el secretario
de Salud, David Kershenobich, nos dio una luz: “Son menos que en Estados
Unidos”.
Ah, vaya.
En su mañanera de ayer, la señora presidenta volvió a
descalificar a Ken Salazar pero sin ningún argumento. Enumeró los desencuentros
con el embajador y dio vuelta a la página tratando de minimizar el problema de
una droga que comienza a matar a jóvenes en este país y multiplica las muertes
en Estados Unidos (más de 150 mil anuales).
Quien no la dejó pasar fue Donald Trump que en
conferencia de prensa dijo: “Tenemos un déficit con México y les ayudamos
mucho. Esencialmente, están dirigidos por los cárteles. No puedo dejar que eso
ocurra. México está realmente en problemas, muchos problemas. Es un lugar muy
peligroso”.
¿Alguien puede rebatirle al güero belicoso que una
tercera parte del territorio nacional está en manos de la delincuencia y que
México es un lugar peligroso?
Sí, la señora presidenta a la que el mismo Trump le
puso un bombón a declarar que piensa cambiarle el nombre al Golfo de México por
el de Golfo de América.
Claudia utilizó la primera parte de su conferencia
mañanera de este miércoles para presentar unos mapas del siglo XVI donde ya se
llamaba Golfo de México al Golfo de México. Y cuando le preguntaron si era
cierto que nuestro país está en manos de los delincuentes, contestó que de
seguro Trump estaba mal informado porque el sexenio de Felipe Calderón ya pasó.
Grave que la señora trate de minimizar lo que es una
realidad; que hay zonas enteras del territorio nacional donde la delincuencia
es dueña de “vidas y haciendas”. Y más grave que pretenda cerrar los ojos ante
lo que se le va a venir encima a nuestro país cuando llegue el güero al poder
de los Estados Unidos.
Que Trump es un provocador, sí. Que sus declaraciones
son puras bravatas porque aún no detenta el poder, sí. Que no va a pasar nada
con México cuando asuma la presidencia, eso quién sabe.
No hay que olvidar que eligió como embajador de su
país en el nuestro al coronel Ronald Johnson, un ex boina verde de muy malas
pulgas con el que “Juntos, vamos a poner fin a los crímenes de los migrantes,
detener los flujos ilegales de fentanilo y otras drogas peligrosas a nuestro
país, y hacer a Estados Unidos seguro otra vez”, según dijo.
Es decir, las funciones Johnson irán más allá que las
de ser un simple representante de Estados Unidos.
Mal y pésimo, que la señora presidenta pretenda
hacernos creer que aquí no pasa nada cuando pasa todo. Y van ejemplos: la
guerra en Sinaloa que el gobierno federal no ha podido controlar, como tampoco
la violencia imparable en Chiapas, Tabasco, Guerrero y Michoacán y los 85
asesinatos en promedio todos los días que suman más de 7 mil desde que asumió
la presidencia.
Malo y pésimo que pretenda hacernos creer que no
pasará nada cuando habrá carísimos aranceles para los productos que México
exporta a Estados Unidos y cuando se nos vendrán encima miles o cientos de
miles de migrantes a los que nuestro país no podrá albergar.
Por otra parte y como la violencia sigue, bastará con
que el ex boina verde le diga a Trump que los delincuentes mexicanos también
son terroristas (lo que no está nada alejado de la realidad), para que aquel
ordene una invasión “blanda” a nuestro país.
¿Que no? Futa…
Pero si la señora presidenta sigue creyendo que no pasa
nada ni pasará nada en este bendito país que le está tocando gobernar, allá
ella y su mala cabeza. Y que Dios se apiade de la raza de bronce.
Lima Franco va por la alcaldía de Poza
Rica
Este principio de semana se inscribió como aspirante
de Morena a la alcaldía de Poza Rica, el ex titular de la Sefiplan José Luis
Lima Franco. También hizo lo mismo Emilio Olvera Andrade, fundador de Morena y exdelegado
regional de Bienestar.
Otros que se registraron fueron Fernando Remes Tostado
al que nadie le ha dicho que su candidatura está vetada por ser hijo de un
alcalde en funciones (Fernando Remes Garza). También lo hicieron Miguel Ángel
Guerra Gutiérrez; la ex síndica María del Carmen Carballo Vicencio y María
Soledad Rivera Correa.
Sin querer minimizar la participación de nadie, la
aceptación que tiene la posible candidatura de José Luis Lima Franco, es casi
total en la población de esa ciudad petrolea.
¿La razón? Los beneficios que recibió de Lima Franco
cuando fue titular de la Secretaría de Finanzas. Y los que recibirá Poza Rica no
solo por su capacidad, sino por su cercanía con la gobernadora Rocío Nahle.