ALMA GRANDE
Ángel Álvaro Peña
El miedo que quiere imponer la oposición es para no salir a votar, pero no para llegar al zócalo, donde estarán de plantón permanente los maestros y compartirán, en armonía, el espacio. Lo cual motiva nuevas especulaciones
La marcha rosa, que desde hace meses sus asistentes visten el color del árbitro electoral, fortalece el dicho de que en política no hay coincidencias. Lo cual no sería permitido ni en un encuentro de futbol, tiene sus propias características y contradicciones que deben analizarse.
Desde el principio la marcha rosa pudo coincidir y ser aceptada por todos, ya que nadie niega el derecho a manifestarse en las calles y una de las primeras expresiones de ese color fue la defensa del INE, que no era otra cosa que la defensa de los privilegios de los consejeros electorales, pero había coincidencia en el color.
Otra de las coincidencias que permitían, a los ojos de todos, este tipo de manifestaciones fue el hecho de que quienes convocaban y quienes asistían eran, por lo menos en apariencia, miembros de la sociedad civil. De no ser así no sería bien visto que el exconsejero presidente del INE, Lorenzo Córdova, fuera uno de los oradores oficiales.
Así, la marcha daba la apariencia de ser un conglomerado de personas de la sociedad civil en defensa de la democracia, pero ahora que los oradores serán los candidatos a la Presidencia de la República y a la jefatura de gobierno de la oposición, ambos panistas, los colores deben cambiar, la prudencia y legalidad debe caber en el árbitro electoral que no puede tener los mismos colores que los jugadores.
Esto significaría publicidad subliminal en los debates y en cualquier aviso o recomendación del árbitro hacia la sociedad en general, a la que estará manipulando por ese simple hecho, alterando e influyendo a favor de un equipo la balanza de los votos desde antes de la jornada electoral.
Se trata de una marcha con doble personalidad, con un pasado que no es congruente con su presente con miras a las elecciones que influirán en el futuro. Esa marcha cambió con el paso de los meses y lo que era ya no es. La integración de la sociedad civil se convirtió en un acto de campaña.
Además, sería una manera de darle, a la vista de otros, ventajas que no tienen todos y que estaría favoreciendo al ganador desde antes de la contienda.
Representantes de Morena, Partido del Trabajo y Partido Verde ante el INE han pedido que se deje de utilizar el color rosa como identidad institucional, para evitar confusiones con la campaña de Xóchitl Gálvez y la Marea Rosa.
La petición al INE busca garantizar los principios de independencia, imparcialidad y objetividad, evitando que la identidad institucional se confunda con la de la coalición y la candidata presidencial de los partidos mencionados.
Por otra parte, Xóchitl Gálvez convocó a la ciudadanía a llevar la bandera de México y “tu cartón favorito de Xochilover” a la concentración “marea rosa”, en la cual será oradora principal.
La idea de llevar la bandera surgió de un mal entendido en el sentido de que esa mañana no se izaría la bandera, como sucede cada vez que hay una concentración masiva en el zócalo; sin embargo, nunca se dijo que no estaría ahí el lábaro patrio. Situación que se convirtió en rumor y luego una especulación, a grado tal que el propio presidente debió aclarar que la bandera estará en el asta del centro de la plaza de armas más importante del país.
Aún está fresca en la memoria de los mexicanos cuando Xóchitl Gálvez exhibió el escudo de la bandera al revés, al final del primer debate por la Presidencia de la República y esto sirvió para crear esa noticia falsa.
Algo contradictorio en esa convocatoria a la reunión del domingo 19 es que, por un lado, el PAN trata de impedir que la gente salga a la calle a votar, por la inseguridad. Según el mapa que alerta a la población para tener precauciones y no correr riesgos, el 55 por ciento del territorio de la Ciudad de México es peligroso para votar, incluido el Centro Histórico donde se llevará a cabo dicho encuentro.
El miedo que quiere imponer la oposición es para no salir a votar, pero no para llegar al zócalo, donde estarán de plantón permanente los maestros y compartirán, en armonía, el espacio. Lo cual motiva nuevas especulaciones.
Una de ellas es la inconformidad que le causa a los maestros de la CNTE el aumento del 10 por ciento, proporción que hacía años no recibían, pero ahora sí se les antoja protestar y estarán hombro con hombro con la oposición para inflar el número de asistentes, ya que a pesar de la intensa convocatoria, principalmente a través de las redes sociales, cada día asiste menos gente a las expresiones políticas de la derecha, y la presencia de los maestros viene a ser una respiración artificial a la capacidad de convocatoria de la oposición.
De manera evidente, las marchas anteriores también fueron llamadas la marcha del odio, porque tenían en claro objetivo de desacreditar al actual gobierno en lo general, y al presidente de la república en lo particular.
La marea rosa se convertirá en un libro abierto en el que deberá leerse, con mucho cuidado, quienes son en realidad y aunque la mayoría de las decisiones están tomadas, podrán darse cuenta que el voto que está ya destinado a algún partido o candidato, esté ubicado en la realidad, en lo posible y en la verdad.
PEGA Y CORRE. – Con escenas que recuerdan la Segunda Guerra Mundial, el gobierno de Javier Milei, en Argentina, allanó violentamente comedores populares y domicilios de dirigentes sociales, como si fuera plena dictadura militar.
Esta columna se publica lunes, miércoles y viernes.