Catarsis
Por Elsa de León A.
Ayer fui con mi querida amiga Rebecca Arenas al evento de campaña de nuestro candidato Pepe Yunes, en su tierra natal, Perote. Llegamos alrededor
de las cuatro y media a un pueblo fresco y apacible. Se notaba ya la algarabía
de que iba a ser un evento intenso y cálido.
Empezaron a llegar
contingentes y poco a poco el Parque Juárez de Perote fue llenándose de personas
de las poblaciones aledañas.
Alrededor de las
cinco de la tarde la plaza estaba a la mitad de llena y empezó el animador, o
más bien empezaron los animadores, a hacer su trabajo.
En un instante la
plaza estaba llena, llena de alegría como hacía mucho no veía un evento o un
mitin: gente con la cara feliz, niños jugando junto a sus padres, abuelas y
abuelos rodeados de toda su familia, grupos de jóvenes, grupos de chavas
contentas, madres jóvenes con sus creaturas en brazos. Una fiesta, fiesta en
verdad. El Parque se llenó de colores con las banderas del PRI, del PAN y del
PRD; el grupo de salsa empezó a amenizar el evento con su música pegajosa y
llena de ritmo.
Las mujeres
empezábamos a bailar al son de la salsa y se respiraba ese ambiente de alegría,
de libertad y de seguridad que hacía mucho tiempo no se sentía en Veracruz.
En la orilla de la
calle, las familias completas, los niños, las mamás, los papás y las abuelas y
abuelos, volteaban a cada rato emocionados para ver si Pepe llegaba. Una señora
grande iba con sus hijas y nietas; me voltea a ver a los ojos y me dice
emocionada: “Yo conocí a Pepe así”, y me señala con la mano el tamaño que
describe a un niño como de cinco años. Añade: “Es muy buena persona”. Se le
llenan a la señora los ojos de emoción y sonríe. Le contesto que sí,
efectivamente, Pepe es una buena persona. Y la fiesta siguió.
Al cabo de una hora,
todas y todos ya emocionados empezamos a hacer una valla para recibir a nuestro
candidato. Muchos nos fuimos a donde se suponía que iba a llegar, y seguimos al
grupo cercano de Pepe Yunes, como Pablo González Madrazo, o las porras, o los
dirigentes de los partidos. Nos fuimos acercando a la calle donde se suponía
que Pepe llegara. Pasó una caravana de vehículos con música y apoyo al
candidato. En verdad era una fiesta como hacía mucho no veía y sentía.
Esperamos unos
veinte minutos y empezamos a ver que Pepe Yunes venía caminando entre la gente,
como acostumbra, saludando de mano a su pueblo. Uno por uno, una por una,
viéndolos a los ojos, con una ceja levantada como se ve cuando se pone serio, y
al final con una sonrisa relajada y firme, seguro y escuchando a todos y cada
uno de los asistentes. Toda la gente se empieza a arremolinar, se acercan
personas adultas, señores, señoras, jóvenes, y una mamá con su niño en brazos
quiere que Pepe salude a su hijo, pero la gente se arremolina. La señora con el
niño en brazos se asusta y empieza a gritar -porque todos querían hablar, ver y
estrechar la mano del candidato, decirle algo, pedirle algo- y en ese momento,
al escuchar el candidato el grito, toma al niño en brazos y lo protege. Sin
dudarlo, sin la menor duda, yo lo vi con mis ojos rescatar y poner en orden la
marabunta que se venía encima de él, de la señora y de la criatura. Tomó al
niño en sus brazos, tranquilizó a la mamá y pidió que se abriera una brecha
para poder saludar a todos.
Quienes vimos esa
reacción del candidato, en un momento complicado, en el que tuvo que reaccionar
de manera inmediata y hacer algo por tranquilizar al niño y a la mamá, hablar
con la gente y pedir que abrieran cancha, es una de las muchas cualidades que
Pepe Yunes tiene para resolver.
La marcha siguió a
lo largo de la calle, hasta llegar al templete, que ahora sí estaba rodeado de
miles de personas alegres, tranquilas, llenas de algarabía y fiesta. Y empezó
la verbena.
Yo como
coordinadora de Xochitlovers en el estado, lo saludé, estreché su mano y seguí
adelante. Mi amiga Rebecca Arenas logró, pese al gentío, capturar su imagen
junto a Pepe, y al final todos felices y contentos.
Hoy faltan
exactamente 16 días para las elecciones. La mayoría de los veracruzanos ya
elegimos a nuestro Gobernador. Queremos a ése, el hombre humano, sensible,
preparado, educado, que escucha, que oye a todos atentamente, que no pierde la
figura ante los vulgares ataques de una señora vulgar, corrupta y mentirosa.
Ése es el Gobernador
que todas y todos queremos, el que conocemos de siempre, el que dialoga, el que
toma decisiones correctas, el que está preparado para hacer de Veracruz una
potencia, como él mismo lo dice.
Qué gran fiesta la
de Perote, la tierra que lo vio nacer, la que quiere que un peroteño sea su Gobernador.
Sus comentarios a: edla20045@gmail.com