Desde el Café
Bernardo Gutiérrez Parra
Con el histórico y controvertidísimo fallo de la
Suprema Corte de Justicia de la Nación (del que amenazo ocuparme más adelante) para
que se lleve a juicio a los expresidentes, en la aldea veracruzana volvió a
tomar fuerza un tema que sigue latente: la revocación de mandato del gobernador
Cuitláhuac García Jiménez.
Cuitláhuac será muy buena onda como ser humano, pero
como gobernador es un zafio que no ha dado pie con bola y esto lo ha convertido
en uno de los mandatarios estatales más cuestionados no sólo de Veracruz sino
del país. Está reprobado en seguridad, salud, educación, turismo, creación de empleos…
está reprobado en todo.
Él mismo reconoce que llegó a la gubernatura por el
efecto López Obrador y no por méritos propios que simplemente no tiene.
Cuando ocurrieron las masacres de Minatitlán y
Coatzacoalcos, ambas en un lapso de cuatro meses, los veracruzanos comentaron:
“Ahora sí lo chispan”. Pero López Obrador lo refrendó en el cargo al manifestar
ante los dolientes de Coatzacoalcos: “Cuitláhuac es un hombre honesto que tiene
el respaldo del gobierno federal” y con eso mató cualquier esperanza.
Pero Cuitláhuac nomás no levanta ni tantito así, sus desatinos
persisten y los reclamos porque se vaya aumentan.
En el entorno del presidente prácticamente hay
consenso para que lo remuevan, principiando por el poderoso Consejero Jurídico
del Ejecutivo Federal, Julio Scherer Ibarra quien lo ha sugerido en más de una
ocasión. Y si en un principio Andrés Manuel se negaba en redondo porque eso
sería reconocer que se equivocó, al parecer está cambiando de opinión.
Lo que está orillando al presidente a tomar una
decisión que no desea, es porque por las mañanas cuando le pasan el reporte
sobre Veracruz, mueve la cabeza de un lado a otro en señal de desaprobación y
quizá de desconsuelo.
A mi no me lo creas lector, pero eso es lo que se dice.
Al parecer el arroz ya se está cocinando y sin necesidad de revocación de
mandato, que por otra parte no existe en la Constitución de Veracruz. La
echaron de ahí los legisladores de Morena.
Es probable que en diciembre Cuitláhuac sea “invitado”
a colaborar más cerca del presidente en la cuarta transformación del país con
lo que le darán una salida digna y López Obrador salvará su honra, me dijo un
columnista que de esto sabe un mundo.
¿Y a dónde lo mandarán? Eso es lo de menos, la cosa es
sacarlo de Veracruz antes de que ocurra una desgracia mayor. Lo mismo le pueden
dar una dirección de algo que nombrarlo asistente personal del Director del
Departamento de Intendencia de la Presidencia de la República.
¿Quién sería el gobernador sustituto? También eso es
lo de menos, pero para tu tranquilidad lector, jamás nombrarán a Eric Patrocinio
Cisneros Burgos, porque de lo que se trata es de enderezar el barco que está
muy ladeado y no de armar una revuelta social que termine de hundirlo.
En lo personal quiero pensar que cualquier sustituto
hará un mejor papel que Cuitláhuac. Pero si sigue en la gubernatura, que no
vayan a llorar los morenos ni la noche del 6 ni la mañana del 7 de junio próximo.
¿Y si no lo llaman?
Entonces ni hablar, a seguirlo aguantando cuatro años
más. Y una de dos, o termina de hundir a Veracruz o chance y en una de esas
aprende a gobernar.
Crece el debate electoral
El PRI, PAN y PRD en Veracruz podrían solicitar al INE
que atraiga las elecciones locales en virtud de las reformas antidemocráticas
que está aprobando el Congreso del Estado. Lo anterior lo dieron a conocer en
conferencia de prensa los líderes estatales, Marlon Ramírez Marín (PRI),
Joaquín Guzmán Avilés (PAN) y Sergio Cadena Martínez (PRD).
“Qué es lo importante de lo que pretenden hacer en
este momento en el gobierno y en el Congreso del Estado, cerrar el ciclo opaco
de las elecciones. Por un lado, desmembram a la oposición eliminando las
prerrogativas, metiendo a los partidos políticos en problemas de orden
financiero, laboral, de multas e impuestos. Lo que pretende provocar
inmovilidad de los partidos políticos. Segundo, pretenden concentrar en las
cabeceras de distritos el conteo de los votos” dijo el líder priista.
Más adelante agregó: “No puede Veracruz que ha sido
pionero en la lucha de la democracia y de la libertad, retroceder en pleno
siglo XXI; nos parecería de la mayor gravedad. Y si esto llegase a ocurrir no
descartamos la posibilidad que sea el Instituto Nacional Electoral, quien atraiga
las elecciones para que le dé certeza política a la elección en Veracruz en la
que sin duda el resultado será sustantivamente distinto”.
Indicó que al eliminar el Programa de Resultados
Preliminares (PREP), van a dejar en punto ciego no solamente a la sociedad que
votó, sino a los medios de comunicación porque no van a tener el elemento para
poder verificar en tiempo real el conteo y el avance del escrutinio de las
actas computadas. Adicionalmente se eliminará el piso parejo, porque al no
poder monitorear los gastos de campaña, lo que se va a provocar es una
disparidad en la equidad de la elección.
Marlon exhortó a que los diputados y diputadas de
todos los partidos políticos, se conduzcan con apego al espíritu de la reforma
que de 1988 a la fecha, han consolidado el sistema electoral como un sistema
eficaz porque ha permitido la alternancia política en todos los niveles de
gobierno. Eficaz, porque existen tribunales que revisan la constitucionalidad y
la legalidad de los actos electorales y eficaz, porque hoy existen mecanismos
que permiten la transparencia y la rendición de cuentas.
Por su parte, el presidente del PAN, Joaquín Guzmán
Avilés, dijo que ante el fraude electoral 2021-2024 que Morena está preparando
con cuatro reformas en materia electoral en menos de seis meses, los
veracruzanos se fortalecen para evitar que Morena cumpla con su objetivo de
robar el voto de los veracruzanos para mantenerse con trampas en el poder.
En su intervención, el Presidente del PRD estatal,
Sergio Cadena, cuestionó el uso del presupuesto del OPLE y coincidió en el
reclamo por una política falsa de austeridad en las elecciones.
Una cosa es cierta de todo esto, quienes se quejaban
de fraude y ahora están en el poder, están actuando exactamente igual o peor,
que aquellos que criticaron.