Desde el Café
Bernardo Gutiérrez Parra
Si Veracruz está en la vil inopia económica es porque
los gobiernos ladrones y corruptos de administraciones pasadas se llevaron
todo. Si falta dinero para rehabilitar escuelas y hospitales es por lo
mismo. Si no hay trabajo y sobra la
inseguridad, también. Todo es culpa de los bandidos. Y la verdad es que sí es
cierto… en parte.
No todos los problemas que sufre Veracruz son a
consecuencia de los bandidos que ya se fueron, sino por irresponsabilidad y
corrupción de quienes hoy llevan las riendas del poder.
Al gobernador Cuitláhuac García Jiménez, se le ha
olvidado que un millón 600 mil veracruzanos lo eligieron para que arreglara los
desastres de sus antecesores y no para pasarse dos años quejándose y echándoles
la culpa.
Y nomás se queja, porque no ha sido para llevar ante
la justicia a ninguno de esos saqueadores.
Las declaraciones del oncólogo pediatra Sergio Miguel
Gómez Dorantes, sobre la muerte de niños con cáncer provocada por desabasto de
medicamentos, lo agarraron fuera de base.
Dijo que si no se han comprado esos medicamentos es
porque hay una intención (seguramente aviesa, perversa y siniestra) de las farmacéuticas
de “bloquear” las adquisiciones del gobierno federal.
¿A qué farmacéutica le interesaría bloquear a otra
cuando sucede exactamente lo contrario?
Puede que una armadora de la Ford le niegue un
cigüeñal a una armadora de la Chrysler, pero una farmacéutica jamás negará un
medicamento a otra porque se trata de vidas humanas. Y mucho menos la bloqueará
como dice mentirosamente el señor gobernador, que de inmediato buscó un
culpable.
“En el caso del material oncológico es uno de los que
más extrañamente ha escaseado y no nos han podido otorgar la compra
consolidada. Y espero que detrás de eso no estén personajes políticos que antes
eran proveedores, había uno del ISSSTE y espero no sea ese tipo de acciones”
dijo.
Si ese político del ISSSTE sigue transando ¿por qué no
lo entamba? Eso no ayudará a mejorar a los niños con cáncer, pero al menos
estaría realizando una de las funciones para las que fue elegido: vigilar que
los funcionarios públicos actúen con honradez.
Sobre el tema, el secretario de Salud Roberto Ramos
Alor (la ineptitud e incapacidad personificadas), dijo que el desabasto es
culpa de los proveedores internacionales. ¡Ah, vaya! ¿Y por qué se han vuelto
tan gandallas los proveedores? Eso ya no
lo contestó.
Pero si agregó: “Seré claro y preciso: de ninguna
manera y por ningún motivo hemos dejado de atender a pacientes oncológicos ni
dejado de suministrarles medicamentos; la atención de este grupo importante de
pacientes es una de las principales prioridades de los Servicios de Salud de
Veracruz… Estamos ocupados en la búsqueda de opciones para la obtención de
medicamentos”.
Ni claro ni preciso, pero sí mentiroso. Si en verdad
hay medicamentos oncológicos ¿entonces por qué le echa la culpa del desabasto a
los proveedores internacionales? Y si hay abasto ¿por qué está tan “ocupado” en
la búsqueda de opciones?
“Desde luego que estos medicamentos e insumos en el
Sector Salud para este sector escasean a nivel nacional e internacional, pero
siempre estamos trabajando en las gestiones necesarias para el abastecimiento
de los mismos”.
Falacia tras falacia las de este sujeto. Que se sepa,
no hay un solo país que se queje por la falta de medicamentos oncológicos. En
contrapunto, son miles los oncólogos mexicanos que claman por medicamentos.
Y finalmente el choro de despedida: “Hoy más que nunca
tenemos que estar en comunicación y coordinación todos aquellos involucrados en
el bienestar de las y los niños que se enfrentan a diferentes tipos de cáncer,
así como los pacientes adultos. Hoy más que nunca hay que luchar juntos y
seguir al pie de la letra las indicaciones médicas para proteger la salud;
tenemos que poder”.
Tendrán el poder pero lo que no tienen es vergüenza.
Ambos, el gobernador y Ramos Alor siguen mintiendo y los niños con cáncer
siguen muriendo.
¿Cuántos menores tienen que fallecer y cuántos médicos
tendrán que seguir alzando la voz para que estos señores reaccionen?
Nadie justifica ni justificará nunca el latrocinio de
los que se fueron, pero al menos esos bandidos no tenían la impiedad de quienes
gobiernan ahora.