
El mensaje
disfrazado de sugerencia del presidente Andrés Manuel López Obrador a los
diputados va directo. Por fin parece que se reducirá el presupuesto para
partidos políticos. Por lo pronto a la mitad, aunque se le debe tomar la
palabra a la presidenta de MORENA, Yeidckol Polevnsky, quien afirma que el
recorte podría ser de hasta el 75 por ciento.
Es un clamor
de la sociedad el que no se gaste tanto en campañas políticas. Son ofensivas
las cantidades de dinero que se utilizan cada año, haya o no elecciones.
Y como para que
Lorenzo Córdova y otros beneficiados con el jugoso presupuesto del INE no
salgan con su cantaleta de que el crimen organizado podría infiltrarse y
financiar candidatos, pues que se impongan topes de campaña austeros y se
sancione con rigor a quienes los
rebasen.
La
competencia político-electoral será más justa y pareja. Cualquier ciudadano
honorable estará en condiciones de participar sin necesidad de poseer
millonadas.
Hoy sólo políticos
que han robado del erario pueden financiar campañas con el dinero ajeno o
buscan patrocinio de socios o cómplices ante quienes se comprometen a devolver la
inversión con pingües dividendos, en perjuicio de la sociedad.
--Aporta
lana para mi campaña y si gano, te doy obra. De acuerdo a lo que inviertas será
el tamaño de la rebanada –pactan candidatos y patrocinadores.
Además, los
moches son ganancia extra, la más jugosa. Porque siguen existiendo aunque se
asegure lo contrario. Lo que no hay es obra pública en abundancia. Los
contratistas confían en que pronto habrá y que desaparecerán los onerosos
moches que en otros tiempos se dispararon hasta por el 30 por ciento del valor
de la obra. Inaudito, pero simplemente se abultaba el monto y sanseacabó.
Alcanzaba para todos.
Creo que el
presidente López Obrador sí desea acabar con la corrupción pero no ha podido.
Está dando
los pasos necesarios y le ponen mucha resistencia y grandes escollos en el
camino.
En el caso
de la iniciativa para disminuir el presupuesto a partidos políticos, hay férrea
oposición. No se resignan a renunciar al negociazo.
El
presidente López Obrador parece estar solito y su alma en la lucha contra la
corrupción. Habla, critica, denuncia y promete. Todo se queda en palabras
porque nadie lo secunda. No se acatan sus instrucciones y termina por quedar
mal.
Ha cometido errores.
También aciertos. Veremos si de veras se cumple el eventual recorte a los
partidos y que lo que se ahorre se destine a generar empleos y apoyar a los
pobres.
Imaginemos
un ciudadano honrado y capaz como candidato a alcalde, diputado, senador,
gobernador o presidente de la república que no requiera gastar millonarias
sumas en compra de votos para ganar la elección.