*La iniciativa de un con iniciativa
*El
jalón de orejas
*Citlali
Medellín no se deja
Sin
lugar a dudas una iniciativa controversial per
sé, pero que dada la actual
situación de la Universidad Veracruzana, causó molestia –dado que era
una convocatoria oficial- entre el claustro de catedráticos, que criticaban que
en lugar de tratar los temas realmente importantes, la máxima casa de estudios
veracruzana se dedicaba a estas cosas, que sin restarle importancia, pareciera
algo banal, pues no hay un sustento de ninguna especie que sugiera otra cosa.
El tema
es que el asunto trascendió más allá de la Facultad y llegó a oídos de la Rectoría,
donde sabemos De Primera Mano, que
salió una llamada a la directora de la Facultad, pues contrario a lo que se
había hecho pensar, esta iniciativa no tiene el respaldo de la Universidad, ni
siquiera de la Facultad y que los logotipos –cuya regulación para su uso es
verdaderamente rigurosa, como corresponde y que además el reglamento
universitario contempla sanciones por violaciones en su utilización-.
Pues
bueno, luego del jalón de orejas, se dispusieron a indagar de dónde había
salido la peregrina idea y resulta que, nos informan, salió de la Coordinación
de Acreditación de la Facultad de Derecho, que quedó en manos de Irving Uriel López Bonilla, proveniente
del Sistema de Enseñanza Abierta, llevado ahí precisamente por la directora,
pero que nunca avisó de esto a nadie, creyéndose, que por ser el consentido de
su profesora, podía hacer y deshacer a su antojo.
El
escandalito originado por López Bonilla llegó a tal grado que tuvo que
modificar la convocatoria, diciendo que son los alumnos quienes invitan, sin embargo,
fuentes bien informadas nos revelan que tanto alumnos como académicos de
renombre siguen molestos por el mal uso al nombre de la UV, pues la famosa
iniciativa NO es de alumnos, sino a título personal, pues al parecer el joven
López Bonilla es activista de la comunidad LGBTT+, lo cual –subrayo- no tiene
absolutamente nada de trascendente, salvo que se hizo mal uso del nombre de la
Universidad Veracruzana y de la Facultad de Derecho.
Hoy no
saben cómo solucionar el entuerto, pues a pesar de la apertura, el hecho del
mal uso del nombre de la UV es lo que trae encabronado el rector, la cola entre
las patas a la directora y despreocupado al autor del desmadre.
*****
El
miércoles pasado por la tarde el Ayuntamiento de Tamiahua que encabeza Guadalupe Rodríguez Torres, llamó a
sesión de cabildo a las 17:00 horas, urgente, pues; el objetivo fue pedir
“autorización” para denunciar a la anterior administración anterior por
observaciones en la Cuenta Pública, “por lo que se instruye al síndico a
realizar las acciones conducentes ante la Fiscalía General del Estado”; hasta
ahí, todo bien.
El
maldito “pero” de siempre es que, en primera instancia, el Ayuntamiento no está
facultado para tal efecto, las entidades que deben hacerlo son el Orfis y la
Comisión de Vigilancia del Congreso del Estado, pero bueno, suponiendo sin conceder,
que quieren hacerlo para protegerse, pues están muy mal asesorados, y me
explico:
Resulta
que la administración anterior, encabezada por la actual diputada del PVEM, Citlali Medellín Careaga, llevó, como
hacen todas las administraciones salientes, su documentación ante el
Ayuntamiento, donde le sellaron de recibido –pero nunca certificaron-, para
poder presentar ante el Orfis la comprobación, y asunto terminado, pues en este
caso concreto, Citlali tiene toda la información probatoria para demostrar
dónde está invertida esa lana observada (poco más o menos 10 millones de pesos).
Sin
embargo, la visceralidad con que se conduce –por cuestiones personales- la
actual alcaldesa Guadalupe Rodríguez,
es tal que no ve más allá de su propia nariz, pues está incurriendo en una
ilegalidad y antepone sus intereses personales a los del pueblo tamiahuense.
Esa
ilegalidad no se va a quedar ahí, pues será denunciada por la diputada, pues “ella (la alcaldesa) ya
cometió un delito y no se vale que por berrinches, caprichos, egoísmos y sobre
todo por ignorancia, me haya causado ese daño, (pero) por otro lado, hasta aquí,
digamos que ¿a quién tenía yo que denunciar?: era a ella (la alcaldesa) a su tesorero
y a su secretario (del Ayuntamiento)”, pero explica que su ignorancia llegó aún
más lejos, pues convocó a sesión de Cabildo, “la número 81, del 12 de
septiembre” donde les dice “No le quiero certificar a Citlali, pero quiero que
todos me firmen. Estoy a favor de que no se le certifique y entonces ahora ya
involucró también a los (tres) regidores y está en un acta oficial”, la única
que votó en contra es una regidora, la del Partido Verde, y en esa
inteligencia, la denuncia también va contra ellos.
Pero la
alcaldesa nunca midió el tamaño de sus acciones, pues Citlali es diputada al
Congreso del Estado y desde ahí la estará revisando, pues tiene, por ley, acceso
a la “información y estoy viendo cómo está administrando y está haciendo las
cosas muy mal, pero muy mal”.
“Dijo
(Guadalupe Rodríguez) que yo no le había dejado dinero (cuando entró al
Ayuntamiento). Claro que le dejamos dinero, dejamos más de medio millón de
pesos para que ella entrara y pudiera tener recursos los primeros días y poder operar.
Y al pueblo le dice que yo la dejé endeudada. Mentira”.
Por
eso, estimado lector, no es sano escupir hacia arriba, por eso es conveniente
que si eres ignorante y llegas a encabezar un ayuntamiento, un gobierno, una
organización gremial o una asociación civil, te rodees de gente que sepa, no de
los que buscan endulzar el oído a su jefe con el canto de las sirenas para operar
a trasmano y sea el titular el que dé la cara, haga el rídículo y asuma las
consecuencias.
Por vía
de mientras, a seguir trabajando. ¡Bien por Citlali!
¡Qué
barbaridad!
deprimera.mano2020@gmail.com