La Organización del Tratado del Atlántico Norte, (OTAN) tiene su origen dentro de la firma del Tratado de Washington de 1949, su finalidad es garantizar la libertad y la seguridad de sus países, quienes son miembros políticos militares, se han comprometido a defenderse mutuamente en caso de agresión armada.
En el caso de Rusia y Ucrania es evidente que existen fuerzas de poder a lo que debemos ser totalmente conscientes de que, en la presente situación, la paz es un valor que se apoya en unos cimientos demasiado frágiles, dado que nuestro mundo nos presenta una evidencia clara de exceso de egoísmo de grupos políticos, ideológicos y económicos, algunos opuestos entre sí, dispuestos a seguir sus objetivos particulares y sus ambiciones de poder, de progreso y de riqueza.
El debate está servido desde hace más de un siglo. Uno y otro bando luchan en forma feroz cada uno con sus argumentos, acuerdos, alianzas, tratados “guerras de poder” para demostrar que sistema económico es mejor ¿capitalismo o socialismo?
Nuestra visión crítica bajo este prisma resulta difícil, ¡hay que buscar y tomar lo bueno de cada uno, donde se privilegie la dignidad de las personas, la vida, la familia, el bien común y los valores humanos y de creencias, sin sometimientos de poder.
Un valor universal debe ser afrontado con toda honestidad intelectual, con lealtad ciudadana y con agudo sentido de responsabilidad ante sí mismo y ante los demás y todas las naciones.
Rusia y Ucrania el presidente Putin afirma que es inaceptable un mayor desplazamiento de la OTAN hacia el Este, a lo que siente amenazado, espero que se convenzan de que solo existe una sola paz, independientemente de su filosofía política, de su sistema económico o principios personales, todos estamos llamados a contribuir a una fundada sobre las bases de la justicia social, la dignidad y los derechos humanos.
El valor que representa la paz se halla continuamente en peligro debido a intereses de fondo, a manipulaciones inteligentes valiéndose del poder de la fuerza.
Qué bueno sería tener nuevas relaciones basadas en la información veraz, la ayuda mutua y el diálogo, porque aprenderíamos a:
-respetar la dignidad de todo ser humano y nación;
-respetar los auténticos valores y las culturas de las naciones;
-respetar la legítima autonomía y la autodeterminación de los demás y de;
-mirar más allá de nosotros mismos para aprender y apoyar lo bueno de los demás;
-contribuir a la paz con nuestros actos en favor del desarrollo de, que se derive de la equidad y la justicia;
-construir una estructura que asegure la ayuda social, y el diálogo.
La paz se define como la concordia entre las partes disidentes. Por esto, cuando cesa en nosotros esta guerra interna, propia de nuestra naturaleza, y conseguimos la paz, nos convertimos en heraldos de paz, demostrar en nuestras personas la veracidad de este apelativo “venimos en son de paz”.
Así como los rayos del sol ilumina a todos, así la justicia y la paz debe alcanzar a todos los ciudadanos, para que dejemos las actitudes injustas y nos conduzcamos con justicia, dignidad, apartando de nosotros las ignominias, las ofensas que se cometen en público o a escondidas. ¡Obrar en plena luz!, convertirnos también en hombres y mujeres de paz justos por los actos.
Y si tenemos en cuenta que la paz es un valor universal, nos abstendremos de toda obra y pensamiento que contradiga la paz al demostrar la eficacia de esta paz anhelada con los actos de nuestra vida.
“La paz os dejo, mi paz os doy”