Crítico sistemático del manejo que hace la Comisión Federal de Electricidad con las tarifas eléctricas, el senador Ricardo Ahued cambió radicalmente su postura al votar este martes a favor de la Reforma Eléctrica impulsada por el Presidente López Obrador.
Una Reforma que regresará al país al arcaísmo de los
años cincuenta. Y un voto (el de Ricardo) que no termina de sacar de su asombro
a la mayoría de los veracruzanos.
Su batalla contra la CFE comenzó en abril del 2019
cuando desde el Senado exhortó a la Comisión Reguladora de Energía a revisar
las fórmulas y recalcular las tarifas para la entidad veracruzana.
En esa ocasión sostuvo que Veracruz es quien más
contribuye a la generación de electricidad en el país: “Es una entidad
superavitaria en energía eléctrica, con un factor de balance de 3.06, es decir,
genera el triple de la electricidad que consume”.
A
principios de junio del año anterior dijo que ante la crisis económica ocasionada
por el Covid-19, gestionaría ante la CFE una reclasificación de tarifas, con lo
que entró en conflicto con la titular de Energía, Rocío Nahle, que dijo no a la
petición.
Pero
Ricardo insistió y manifestó que eran inhumanos los cortes de luz en un momento
tan crítico por la pandemia. Lo único que pedía era que se homologaran las
tarifas con las de Tabasco y Yucatán, que pagan 40 por ciento menos que los
consumidores veracruzanos.
Apenas
hace unas semanas, el 3 de febrero, volvió a alzar la voz al señalar que los
veracruzanos no eran ciudadanos de segunda y exigió a la CFE la reclasificación
de tarifas.
“No
entiendo por qué a Veracruz no se le da su lugar, no somos segundo plato… son
justas las demandas y se tienen que resolver. No se trata de perjudicar a la Comisión
Federal de Electricidad y pagar menos, se trata de pagar lo justo”.
Todo esto
le generó aplausos y un cúmulo de puntos a su favor principalmente de los
xalapeños.
Y ahora
sale conque…
En
palitos y bolitas la Reforma de AMLO ordena la rectoría del Estado sobre la
energía eléctrica, manda al diablo la inversión extranjera y “nos devuelve la
soberanía nacional”.
Alemania,
Francia, España, Estados Unidos, Japón, Rusia, China y Cuba, se valen de la
inversión extranjera para generar su energía eléctrica y no han perdido ni un
ápice de su soberanía. Pero bueno…
Si Ricardo
Ahued sólo hubiera votado por eso no habría mayor bronca. Pero la Reforma
contiene cláusulas muy perniciosas.
A partir
de su entrada en vigor, la CFE abastecerá sus plantas de energía con
combustóleo y carbón en lugar de hacerlo con energías limpias. Ambos productos
son tan dañinos que los organismos internacionales de energía han prohibido su
uso. Pero al gobierno de López Obrador eso le importa un pito y sigue priorizando
las energías sucias.
Tanto el
combustóleo como el carbón son caros, por lo que la CFE tendrá que pagar más y
como consecuencia los recibos de la luz vendrán como lumbre (aunque esto
sucederá después de las elecciones del 6 de junio) y no más baratos, como lo prometió
AMLO desde que andaba en campaña.
Por eso
votó Ricardo Ahued que hasta hace treinta días defendía la homologación del
servicio con Tabasco y Yucatán.
¿Qué le
pasó al senador?
Se habla
de presiones e incluso de amenazas, aunque no lo creo. Pero también se habla de
traiciones.
Bueno
será que los veracruzanos sepan por qué cambió de parecer.
Y ojalá aclare
a satisfacción el asunto y no vaya a salir con que antes de criticarlo, leamos bien
la Reforma Eléctrica porque tiene “grandes” beneficios para los mexicanos,
porque es una medida patriótica y porque le regresó la “soberanía y
autosuficiencia” a la nación.
Esas retóricas
jaladas ya nadie las cree, ni aunque vengan de alguien tan respetable como Ricardo
Ahued.
Comida con Pepe Yunes
Este
miércoles José Yunes Zorrilla comió con un grupo de periodistas y analistas
políticos de Xalapa con quienes charló largo y tendido. Como bien sabes lector,
Pepe competirá por una curul federal por Coatepec en la contienda que culminará
el 6 de junio.
Pero no
será un contendiente más. Dijo que su participación tiene que ver con la
necesidad de generar equilibrios en el Congreso que sirvan de contrapeso al
Poder Ejecutivo.
Ojalá así
sea.
Para
nadie es un secreto que Andrés Manuel es dueño de las dos Cámaras, pero además,
posee información que compromete el futuro político de varios legisladores de
la oposición. Es por ello que no ha tenido contrapesos, sino cómplices obedientes
a sus deseos.
José
Yunes no tiene esos problemas. Con una carrera sin mácula en sus años como
político, será uno de esos contrapesos que tanta falta le hacen al Poder
Legislativo. Su experiencia como diputado y senador serán factores que se harán
sentir en la Cámara Baja.
Pero para
eso deberá ganar la elección.
En
contrapunto con aquellos que ya se sienten dueños de una curul, Pepe ha tomado
con seriedad su participación en la próxima contienda y procura no escuchar el
canto de las sirenas que le dicen que ganará hasta con relativa facilidad en su
distrito. Y hace bien.
Sabe que
si pierde su carrera política habrá llegado a su fin. Pero si triunfa, el
camino hacia el 2024 se ensanchará tanto como el horizonte mismo.