Perfilando
* San Andrés Tuxtla sin el vital líquido.
Por Iván Calderón
La relación que tiene el municipio de San Andrés
Tuxtla con el agua cae en lo ridículo e incoherente. La neta.
A pesar de estar rodeado de cuerpos acuíferos,
y enclavado en los últimos reductos de la selva, este municipio está sediento,
ya que los asentamientos irregulares y la deforestación están haciendo posible
el desastre que ahora padecen los habitantes de esta ciudad.
Aunado a esto, su red de conducción es
centenaria, gobiernos iban y venían y nadie la atendía, utilizando como muchos
Ayuntamientos veracruzanos a la Comisión Municipal de Agua y Saneamiento como
su “caja chica” y nada más.
Con lo anterior, para los sanandrescanos volver
el tiempo es imposible, el problema ya está y el cuete les reventó.
Sin embargo, las autoridades y la misma ciudadanía
algo si pueden hacer para el cuidado del vital líquido, como la edificación de
obras hidráulicas enmarcadas en la sustentabilidad, para que en un futuro
cercano ya se no se padezca de esta complicación.
Incluso algo hicieron, pues el Ayuntamiento de
San Andrés Tuxtla en este ejercicio 2019 realizó diversas obras para captación
y distribución de este elemento desde sus manantiales. Pero la mala noticia es
que a pesar de contar con las obras casi al 80%, ahora resulta que agua no hay.
Triste pero cierto.
Y es que con todo y la llegada de las lluvias,
luego de una histórica sequía que no se había visto en décadas, el pronóstico
sigue siendo desalentador, con los almacenamientos listos y con tuberías
nuevas, está llegando a cuenta gotas agravando la situación.
Se tiene que decir, lejos del golpeteo político
que se pudiera originar al gobierno municipal de Octavio Pérez Garay por la
falta de este elemento, su ausencia debería de motivar el debate entre todos
los ciudadanos y no tan solo de San Andrés Tuxtla, si no a nivel global.
Si bien es cierto que los diversos niveles
gubernamentales deben de garantizar el abasto de agua potable, también es
verdad que la misma población tiene que entrarle a su cuidado, pues los
pronósticos son desastrosos y sus niveles de insuficiencia cada vez más
críticos.
Es más, de acuerdo a la Comisión Nacional de
Agua dentro de unos 15 años cada habitante mexicano recibiría en promedio por
año menos de 500 metros cúbicos. En este momento se considera que el consumo
medio de agua por habitante al año es de 5 mil metros cúbicos, es decir, 10
veces más.
Y si el futuro nos alcanza, la calidad de vida
de los tuxtlecos estaría cambiando por completo, si no se hace nada para
cambiar esta terrible predicción.
En fin, urge que algo se haga, y que en vez de
culpar de todo a los Gobiernos, sea necesaria una agenda pública colaborativa,
ya que con las alarmas encendidas tal vez, aún se está a tiempo para controlar
su escases, ya que digamos que en los meses por venir se soluciona su
distribución, por el aumento de lluvias, pero el circulo vicioso seguirá en el
siguiente año.
¿Qué estás dispuesto a hacer?
@IvanKalderon