El Gobierno del Estado de Veracruz
El Instituto Veracruzano de la Cultura
Hostería La Bota y
El Frente de operaciones comunitarias, cultura y arte
A través de la Galería de Arte Contemporáneo de Xalapa
Invitan a la Exposición:
El TRONO DE LOS DE A PIE O EN LOS ZAPATOS DE OTRO
13 de noviembre al 12 de diciembre del 2010
INAUGURACIÓN
sábado 13 de noviembre
13:00 hrs. / con la presentación del CUARTETO DE SAXOFONES SAXXAL
Galería de Arte Contemporáneo de Xalapa
ENTRADA LIBRE
Agradecemos el apoyo para esta exposición a
LA CEIBA GRÁFICA
FUNDARTE
AL CUARTETO DE SAXOFONES SAXXAL
Esta exposición fue concebida por Antonio Calera-Grobet, desde Hostería La Bota en el Centro Histórico de la Ciudad de México. A finales del 2009.
Este es un proyecto independiente —es decir, sufragado de manera privada—, por invitación, de carácter experimental. Con el pretexto de elaborar un objeto artístico (intervenir un cajón de bolero), se reunieron a 200 protagonistas del medio del arte y la cultura y ciudadanos en general en un objetivo común: lograr una exposición itinerante que generara a su paso la reflexión en torno al quehacer cultural y artístico en el México contemporáneo, particularmente sobre la manera en que la obra de arte se propone al gran público y la función del aparato educativo en este diálogo.
El propósito de esta exposición es que, al tomar como punto de partida un objeto como símbolo generalizado cuando se habla de otredad —el cajón de bolero no como dedicarse cada quien "a sus zapatos" sino al revés: "ponerse en los zapatos del otro"—, se logre hacer empatía con una cierta manera de ver el mundo de la promoción cultural y artística: una reverencia si se quiere un tanto provisional a ese ciudadano común, de a pie, al cual uno debería deberse de alguna u otra manera, como parte del mundo de la cultura.
El trono de los de a pie tubo como primera sede, para su exhibición en el mes de junio de este año, el Centro Cultural Casa Talavera de la Universidad Autónoma de la Ciudad de México. Posteriormente, será trasladada a otros estados de la República, como son Veracruz, Puebla, Baja California Norte y Oaxaca.
Esta es una exposición de arte contemporáneo fraguada desde la más absoluta libertad, entre un grupo de amistades, y que apunta a la creación del Frente de Operaciones Comunitarias, Cultura y Arte (FOCCA), una institución no lucrativa para la difusión del arte y estudio de los fenómenos culturales de nuestro país.
Es muy importante aclarar que una de las posibilidades que brinda la exposición es, además de subsidiar todos los esfuerzos encaminados a la creación de dicho frente, que tendrá como objetivo el procurar fondos para el sistema de becas y apoyos a la creación artística que ya ha venido haciendo Hostería La Bota desde hace años.
Por tal motivo, se propuso a los participantes interesados en apoyar dicha posibilidad a través de la comercialización de su obra en una subasta al término de la itinerancia de la exposición., en una subasta en mayo próximo en la Casa Lamm de la ciudad de México, participando destinando un porcentaje de el precio de lo obtenido por su pieza. Para la creación de este Frente.
Dentro de las personalidades que participan de esta exposición podemos resaltar a artistas como Daniel Lezama, Alexandra Cue, Benjamín Torres, Emilia Sandoval , María Ezcurra, Myriam Moscona, Phillippe Ollé – Lapruna, Rocío Cerón, y artistas y personalidades del Estado de Veracruz, como Rafael Villar, Leonor Anaya, Elsa Naveda, Jorge Saldaña, y Brenda Álvarez y los artistas radicados en nuestro estado Rafael Ruíz y Per Anderson.
La curaduría de esta exposición estuvo a cargo de Erik Castillo.
A propósito del discurso de una exposición
Erik Castillo
La argumentación de esta muestra consiste en la puesta en funcionamiento de una curaduría tipológica, es decir, de una colección de intervenciones heterogéneas a un objeto tipo -en este caso, la caja del bolero- a cargo de muchos autores: artistas visuales, poetas y narradores, críticos y teóricos de arte, funcionarios culturales, así como personas interesadas en la producción y difusión de la cultura. Se trata, claro, de un género de exposición muy en boga en el escenario contemporáneo; sin embargo, lo relevante de esta reside en que es una exhibición particularmente critica y constructiva: poniendo en tela de juicio a las curadurías costosas, invasivas y oportunistas, y consensuando la decisión sobre el destino de las obras, fue planteada desde la organización civil comunitaria para cumplir objetivos múltiples que integran el valor de la creatividad con el de la difusión pública no lucrativa, enlazando ambos con el de la generación de recursos, a través de la venta para fondear – con transparencia nuevos y subsecuentes proyectos.
El Trono de los de a pie, toma como matriz objetual una artefacto sutil, con historia y cargado de implicaciones simbólicas relacionadas con la esfera tradicional del trabajo, con el uso del poder y la definición de las jerarquías sociales, con el gesto fundacional de la ritualidad sacra y con la persistencia de lo mítico y la ceremonia laica, en fin, con la vida de la urbe. Todo ello posibilitando el traslado de las citadas implicaciones al contexto de la producción de subjetividad. El resultado es un stock o repertorio de piezas que irradian una energía que reivindica la presencia del otro (representado por el bolero que trabaja literalmente con la caja, por el resto de los artistas que operaron con el objeto y por el equipo que organiza la exposición en pos de continuar estimulando y promoviendo la actividad cultural).
A final de cuentas, la elección curatorial de la caja de madera donde se da el servicio de limpieza y abrillantado de los zapatos de los transeúntes y paseantes en ciudades y pueblos, en plazas, parques y espacios de convivencia, manifiesta –potenciándola- la identificación de la sensibilidad actual para con las poetas del nomadismo y con las tramas microsociales de la polis. Pero más allá de esa obviedad discursiva que proviene de las prerrogativas vigentes del medio del arte, dicha elección nos recuerda que en el vértigo de todo peregrinaje, los que caminan requieren un instante de quietud y reposo: una cultura de la lucidez para seguir adelante.
