Perfilando
En un Veracruz donde el golpeteo mediático es cosa de
todos los días, la gobernadora Rocío Nahle ha demostrado, desde su campaña, que
no toma el camino fácil. Al contrario, ha dejado claro que no es de esas
figuras que se achican. No lo ha hecho antes, y no lo hará ahora.
“Yo soy la gobernadora de Veracruz y la responsable
del Estado, y voy a dar la cara siempre. En los hechos buenos, en los hechos
malos, y todos los días trabajamos”, sentenció recientemente, en un mensaje
directo a quienes, desde distintos frentes, han intentado minar su capacidad de
gobierno.
Esas palabras no son solo una defensa. Son un
compromiso. Porque más allá de los ataques, que en ocasiones se orquestan por
Augustos, Huertas, Yunes y otros personajes con intereses locales, lo que se
impone son los hechos: una administración que no se ha detenido, que da
resultados, y que asume su responsabilidad sin pretextos.
Rocío Nahle sabe bien lo que implica gobernar un
estado tan complejo como Veracruz. Aquí no hay improvisación. “Yo sí sé lo que
estoy haciendo aquí”, remarcó con contundencia, en clara alusión a los
paladines del pasado. Y esa seguridad no nace del ego, sino del trabajo, del
conocimiento técnico, de la experiencia legislativa y del arraigo con la tierra
que hoy encabeza.
Mientras algunos apuestan por la desinformación y el
escándalo, la mandataria mantiene el paso firme. Sabe que la gobernabilidad no
es un tema sencillo, pero también sabe que Veracruz no puede ser rehén de la
mentira, la injuria o la calumnia.
Que le quedan casi cinco años y cuatro meses de
gestión. Y lo dijo con claridad: aquí estará, sin esconderse, dando la cara.
“Y voy a trabajar todos los días”, remató.
Caray, Veracruz tiene al frente a una mujer que no
rehúye su papel, que no se distrae, que no simula. Una mujer que entiende que
el poder para servir se ejerce con responsabilidad, sin perder el rumbo por los
agravios, ni por quienes desean que le vaya mal al estado.
@IvanKalderon