La fe católica proclama al Dios único y verdadero, pero también sostiene que en Dios hay tres personas divinas realmente distintas que son un solo Dios: Padre, Hijo y Espíritu Santo. El Padre es creador de la persona humana, el Hijo es el redentor del género humano y el Espíritu Santo es el santificador de toda la nueva creación. La fe católica es esencialmente trinitaria y sostiene que el hombre y la mujer han sido creados a imagen y semejanza de Dios.
Los derechos humanos de todo individuo se fundamentan en la dignidad y grandeza de la persona que le vienen de Dios. Esta es la razón por la que la persona debe ser respetada por todos en cualquier circunstancia en la que ésta se encuentre. Es más, la persona debe estar en el inicio y en el término de todos los proyectos sociales y políticos que buscan el desarrollo integral de cada ciudadano. El Catecismo de la Iglesia Católica va más allá, al afirmar, que "la justicia social solo puede ser conseguida sobre la base del respeto de la dignidad trascendente del hombre. La persona representa el fin último de la sociedad que está ordenada al hombre" (Número 1929).
La iglesia siempre promoverá, defenderá y difundirá la defensa y promoción de la dignidad de cada persona de cualquier nación, raza y religión. Por lo cual, hacemos una llamada urgente a las autoridades federales de nuestra patria para que, con todos los recursos diplomáticos de la nación, defiendan y ayuden a los migrantes mexicanos y de otros países ante las autoridades del país de América del Norte, pues los migrantes son dignos de respeto y solo buscan una mejor forma de vida.