CLAROSCUROS
José Luis Ortega Vidal
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A fin de visualizar con amplitud y en búsqueda de profundizar sus múltiples implicaciones, podemos armar un mapa conceptual o un mapa mental en torno a la refinería clandestina construida y operada por el crimen organizado en la zona de Coatzacoalcos -al sur de Veracruz-, descubierta la semana pasada.
Desde el miércoles dieciocho circula a nivel nacional e internacional la información ventilada por Omar García Harfuch, secretario de Seguridad y Protección Ciudadana, sobre el cumplimiento de una orden de cateo que condujo a la recuperación de 500 mil litros de petróleo crudo, además de infraestructura para la producción de diésel artesanal destinado al mercado negro, en las cercanías de la zona industrial de Coatzacoalcos y Nanchital de Lázaro Cárdenas.
El lugar donde se halló la refinería de pequeña escala se ubica cerca del ejido Nuevo Teapa, municipio de Coatzacoalcos.
Ahí funcionan retenes fijos de fuerzas federales y durante mucho tiempo operó personal del Instituto Nacional de Migración, al tratarse de un nodo carretero que conduce a Villahermosa, Tabasco, además de Tuxtla Gutiérrez, Chiapas, en dirección sur; así como a Minatitlán, Nanchital y Coatzacoalcos en dirección norte.
Desde Nuevo Teapa hay conexión con la zona rural de Coatzacoalcos y del municipio vecino de Agua Dulce…
Entre los ejidos 5 de Mayo y Manuel Almanza, de la demarcación coatzacoalquense, se encontró la fábrica ilegal de combustible propiedad del crimen organizado, cuya planeación, construcción y operación necesariamente está ligada al sector oficial por varias razones; una de ellas, la principal: en México es el Estado quien posee el monopolio y control constitucional del sector energético.
En el artículo 27 de la Constitución Mexicana se lee:
“Tratándose del petróleo y de los hidrocarburos sólidos, líquidos o gaseosos, en el subsuelo, la propiedad de la Nación es inalienable e imprescriptible y no se otorgarán concesiones. Con el propósito de obtener ingresos para el Estado que contribuyan al desarrollo de largo plazo de la Nación, ésta llevará a cabo las actividades de exploración y extracción del petróleo y demás hidrocarburos mediante asignaciones a empresas productivas del Estado o a través de contratos con éstas o con particulares, en los términos de la Ley Reglamentaria. Para cumplir con el objeto de dichas asignaciones o contratos las empresas productivas del Estado podrán contratar con particulares. En cualquier caso, los hidrocarburos en el subsuelo son propiedad de la Nación y así deberá afirmarse en las asignaciones o contratos.”
Se puede asumir como perogrullada pero no lo es: el Estado no autorizó la construcción de la refinería clandestina en Coatzacoalcos y a su carácter de planta industrial ilegal debemos sumar un dato tan obvio como esencial: en PEMEX se encuentra, se relaciona, se vincula, se conoce, se contrata a la mayor parte de personal capacitado, entrenado, experimentado para construir y operar refinerías en México.
Otro elemento a destacar: todo el petróleo que se extrae y se transporta en México para usarlo como materia prima de combustibles pasa por manos de, o es supervisado por, y su manejo se autoriza desde: PEMEX.
Conclusión en este punto en particular: la refinería clandestina de Coatzacoalcos fue creada y operada por la delincuencia organizada…en complicidad con elementos del Estado -de PEMEX- o del sector energético privado cuyo principal cliente o proveedor es PEMEX.
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Omar García Harfuch detalló que en la refinería clandestina del sur veracruzano se producía, además de diésel artesanal o alternativo, nafta ligera -tipo de combustible líquido obtenido del petróleo, empleado como materia prima en la industria petroquímica o combustible para motores de combustión interna-, así como solventes, aceites tratados o combustóleo ligero.
No hubo capturas; es decir, quienes operaban esta refinería ilegal tuvieron –a diferencia del gobierno- información a tiempo para escapar.
Las implicaciones de este golpe del gobierno federal a la delincuencia –y a sí mismo por cómplice- son muchas: demasiadas para ser sometidas sólo al escrutinio periodístico –por muy profundo que sea- además de resultar obviamente multifactoriales.
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En Coatzacoalcos se construyeron durante las décadas de los 60s, 70s y 80s, tres complejos petroquímicos por parte de PEMEX: Pajaritos, Cangrejera y Morelos.
El sector privado –principalmente la firma brasileña Odebrecht, a través de su empresa hermana o vinculada, Braskem y su socio mexicano minoritario, Idesa- construyeron durante los años 2009—2016 el complejo petroquímico Etileno XXI o Braskem-Idesa, ubicado en Nanchital.
Numerosas empresas particulares han operado durante décadas junto a, o en las inmediaciones de los parques industriales de PEMEX en esta región sureña…
Sobresalen CELANESE, Clariant México, CRYOINFRA, INOPHOS Fosfatados de México, Kimberly Clark de México, Materias Primas Monterrey, Sales del Istmo S.A. de C.V., Tomás Ruiz S.A. de C.V., entre otras integradas a la Asociación de Industriales del Estado de Veracruz Asociación Civil (AIEVAC), organismo privado fundado en agosto de 1970.
La referencia a este conjunto de empresas industriales privadas es para contextualizar los cientos de miles de empleos que el ramo petrolero, petroquímico, portuario, manufacturero, ha generado en el sur de Veracruz durante más de medio siglo.
Seré más preciso: si hay un lugar donde abunda la mano de obra especializada para la construcción y operación de una refinería clandestina, es el sur de Veracruz.
Más aún, esta región recibe una parte importante del gas natural y el petróleo extraídos desde Campeche, Tabasco, Chiapas y Veracruz.
Van más detalles, que abundan al respecto: entre Coatzacoalcos, Veracruz y Dos Bocas, Paraíso, Tabasco, la distancia es de 181 kilómetros, lo que implica un recorrido de dos horas y media a tres horas, en auto.
Tanto Coatzacoalcos como Dos Bocas son puertos petroleros, industriales, comerciales y de talla internacional.
En Dos Bocas, el gobierno del presidente Andrés Manuel López Obrador construyó la refinería Olmeca, a cuyo cargo estuvo la entonces secretaria de Energía Rocío Nahle García, hoy gobernadora de Veracruz y quien arribó desde su natal Zacatecas a Coatzacoalcos durante la década de los ochentas para trabajar en PEMEX, dada su profesión de ingeniera química.
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En torno a la refinería clandestina descubierta la semana pasada en Coatzacoalcos, tenemos un mapa conceptual o mapa mental que nos remite a vinculaciones:
- Profesionales y técnicas que van desde especialistas en química, petroquímica, ingeniería industrial, manejo de equipo especializado
- Mano de obra de obreros especializados y ayudantes
- Infraestructura múltiple: tuberías, carreteras, puertos, caminos rurales, vehículos especiales
- Proveeduría de materia prima industrial (petróleo crudo); una lista de productos industriales específicos que se venden en tiendas muy puntuales ligadas a ese sector manufacturero
- Relaciones industriales (ilegales en este caso, entre el crimen organizado y trabajadores o funcionarios especializados del gobierno)
- Mercado (negro)
- Política, mucha política, demasiada política
- Dinero; poder; complicidad (los tres resultan obvios, pero debía ponerlos)
CONTINUARÁ
