IMPRONTA
Carlos Miguel Acosta Bravo*
México importó bienes de China por un valor de aproximadamente 130 mil
millones de dólares en 2024, posicionándola como el segundo mayor proveedor
después de Estados Unidos, con un déficit comercial significativo que supera
los 100 mil millones de dólares anuales. En cambio las exportaciones mexicanas a China son mucho
menores, alrededor de 10-15 mil millones de dólares en productos como
minerales, petróleo y alimentos procesados, lo que agrava el desbalance
comercial.
El Congreso mexicano aprobó en diciembre de 2025 aranceles de entre 5% y
50% a más de mil productos chinos y de otros países asiáticos sin tratados
comerciales, que entrarán en vigor a partir del 1 de enero de 2026. Estos afectan sectores como
textiles, calzado, electrodomésticos, automóviles, autopartes, plásticos y
aluminio, con el objetivo de proteger la industria nacional y reducir el
déficit.
Los aranceles podrían elevar la inflación en solo
0.2 puntos porcentuales, según estimaciones gubernamentales, con lo cual el
impacto en la Economía Mexicana podría ser casi nulo, pero generarán
precios más altos para consumidores en bienes de consumo y posibles retrasos en
importaciones. escenarios positivos incluyen mayor inversión nacional y
protección de unos 325 mil empleos en industrias estratégicas; los puntos negativos
abarcan menor variedad de productos y presiones en el sector automotriz, ante
los altos precios que se registrarán.
China ya expresó desaprobación, urgiendo a México a
"rectificar" prácticas proteccionistas y protegiendo la relación
bilateral, con una investigación en curso sobre barreras comerciales desde
septiembre de 2025. Represalias potenciales incluyen aranceles recíprocos a
exportaciones mexicanas clave como harina de pescado, langosta, moluscos y
minerales, lo que podría dañar sectores pesqueros y mineros.
Los aranceles
mexicanos del 5% al 50% a productos chinos, incluyendo autos y autopartes,
elevarán los costos de importación directa desde China, lo que se traducirá en
precios más altos para vehículos y piezas de repuesto en el mercado nacional.
La industria automotriz mexicana, que depende de componentes chinos como acero,
aluminio y electrónicos, podría ver incrementos de hasta 10-20% en precios de
autopartes, afectando tanto a ensambladoras como a consumidores finales.
Los autos
importados de China o con alto contenido chino enfrentarán alzas inmediatas del
5-50% según el producto, encareciendo modelos económicos y SUVs populares.
Vehículos ensamblados en México con autopartes chinas verán aumentos indirectos
de 2-5% en precios de lista, ya que las armadoras trasladarán costos para
mantener márgenes.
Autopartes
como frenos, baterías y sistemas electrónicos subirán de precio, elevando
costos de mantenimiento en talleres y seguros automotrices. Esto podría generar
inflación sectorial de 0.5-1% en el ramo automotriz, con retrasos en
suministros que afecten producción en plantas como las de GM o Stellantis.
En suma el
precio de estas decisiones serán pagados por los mexicanos que podíamos acceder
a autos de menor costo incluidos los eléctricos en donde China es el líder a
nivel mundial.
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*Maestro en
comunicación por la Universidad Iberoamericana, de la cual formó parte del
cuerpo académico de la licenciatura en comunicación, así como de la Universidad
Anáhuac, campús norte en Huixquilucan, Edo.Méx.
